Tomás soltó una carcajada, no servía para ese tipo de momentos, él no era para nada serio:
—Gabriel —llevó sus manos a su barriga, de tanto reírse le estaba doliendo—, disculpa, es que no pude contener la risa —se calmó—. Ya te dije, yo solo quiero ayudarte, sé que estás enamorado de ella y Alejandra ha sufrido mucho, merece ser feliz. Es solo que tú estás siendo muy amable con ella y lamento decirte que te está viendo solo como amigo, te mandó a la friendzone —Tomás trató que la risa no se le saliera—. Es por eso que te quiero ayudar a que la conquistes, ya te dije, yo la conozco muy bien, desde que éramos unos niños siempre hemos estado juntos y tú solo eres un aparecido en su vida, un pretendiente, y déjame decirte que ella tiene muchos, pero muchos pretendientes —lo observó de arriba abajo—. Pero me acabas de demostrar que estás decidido a todo por ella y eso es lo que los demás pretendientes no tienen.
Gabriel no lo entendía, había visto como aquella noche ella lloraba por él y los dos discutían como si se amaran:
—¿Tú estás enamorado de ella? —preguntó Gabriel sentándose a su lado, sabía que Tomás no funcionaba con el carácter fuerte.
—¿De dónde sacas eso?, para nada —agitó una mano hacia los lados—, ya te dije, solo somos amigos muy allegados, aunque... —Tomás no sabía si decir eso— ella no me ve así.
—Lo sé.
—Anda, —Tomás tragó en seco— ya veo la razón por la que no me quieres ver cerca —soltó la carcajada, Gabriel ya odiaba esa risa.
—¿Podrías dejar de reírte tanto?
—Pero relájate... —Tomás le dio una palmada en el hombro.
—Pero este tipo... —se enojó Gabriel.
—Por ser tan serio es que ella no se abre contigo, mira, ya te has dado cuenta que Alejandra es muy relajada, ella por más que le guste eso de la literatura y sea estudiosa, ella demuestra que es supuestamente seria, pero que va... Esa tipa más floja no puede ser, le encanta maquillarse, le gusta ir a fiestas y más alcohólica no puede ser. En las vacaciones de verano se metió tremenda borrachera que después estaba apurada —Tomás soltó la carcajada—. A ella le gusta que sean bien directos los hombres, esos que son malos, pero que a la vez son amorosos, ya sabes, es una mujer, le gusta lo opuesto a lo que es ella —observó a Gabriel con su porte serio—. Así... Sí, demuéstrale tu verdadera personalidad, esa misma que le muestras a tu hermana, imagina que es ella. Como tratarías a cualquier mujer, has como si no sintieras nada por ella, no le demuestres que estás interesado en ella.
—Oye... Acabas de decir que a ella le gustan los hombres directos.
—¿Yo dije eso? —Tomás quedó en blanco por un momento— no... Has lo contrario, las mujeres no le hacen caso a los hombres que les pretenden, ya sabes, ellas se hacen muy rogadas —miró con desagrado a Gabriel— ya tú deberías saberlo, ni que fueras virgen.
—Eres pésimo dando consejos —soltó Gabriel con un tono aburrido.
Keidys observaba a Alejandra como si esperara que le contara algo:
—¿En serio no me lo vas a decir? —inquirió Keidys ya impaciente.
—¿De qué estás hablando?
—Ay... No te hagas la tonta, hablo sobre tú y Gabriel...
—Ya lo dije antes, solo somos amigos, no pasa nada entre él y yo —replicó Alejandra un tanto fastidiosa.
—Uy Alejandra... Tú si eres boba, ¡boba! Gabriel tiene un montón de chicas detrás de él y tú no le haces caso. Él es un gran partido y tú ignoras eso por completo —Keidys le dio un pequeño golpe sobre la cabeza de la chica.
—Ay, Keidys... —se quejó la chica—, yo solo veo a Gabriel como un amigo, no llevamos casi nada de conocernos, además, yo no quiero tener novio. Él es muy lindo conmigo, pero me he dado cuenta que es así con todas, por eso no puedo hacerme ilusiones.
—¿De qué hablas? —Keidys soltó la carcajada— como se nota que no lo conoces, niña, Gabriel tiene una personalidad bastante seria y es sumamente callado, aparte de que siempre está ocupado en sus asuntos. Bueno, cuando uno lo llega a conocer bien y él le toma aprecio a esa persona ya cambia, se vuelve abierto y bastante risueño, de lo contrario es... Da hasta miedo —Keidys se había salido del asunto, se dio cuenta que no dijo lo que quería—. Hablo de que él está interesado en ti, vi como prestaba atención a lo que decías y te defendió cuando Tomás se burló de ti. Realmente quiere algo contigo —explicó Keidys.
Alejandra se ruborizó y tragó en seco. Le había dado un miedo el solo pensar en esa posibilidad, se imaginó por un momento ella siendo novia de Gabriel.
—Olvídalo, entre Gabriel y yo nunca va a pasar algo —miró hacia la casa de Gabriel. Vio que llegó un auto y de allí se bajó la hermana del muchacho.
—Ah... Es Gera... —dijo Keidys emocionada— vamos a hablar con ella, es tu futura cuñada...
—¡Cállate! —gritó Alejandra y después corrió hasta su casa, cerró la puerta con mucha fuerza.
—¿Se enojó? —Keidys quedó inmóvil mientras veía que su plan había fracasado.
Alejandra se tiró en su cama y empezó a patalear, se sentía realmente fastidiada con aquel pensamiento sobre un romance con Gabriel. Hasta el momento solo lo veía como un gran amigo que tenía gustos muy parecidos a los de ella y eso le encantaba. Aquella posibilidad que había en que él estuviera interesado en ella hacía que su cerebro se licuara por completo.
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Editado: 13.05.2023