Ella era fea

Capítulo 76: Graduación

Todos estaban en el salón de eventos reunidos en grupos muy emocionados, vieron cuando Keidys estaba entrando con sus padres, se acercó a ellos y los saludó:

—Te vez hermosa Alejandra —le dijo a su amiga. Miró a Claudia— tú también, ay, las dos están preciosas.

—Tú también Keidys, estás perfecta —dijo Alejandra casi que saltando de la emoción.

—¡Hoy es el gran día! —gritó emocionada Claudia y la siguieron sus amigas.

Tomás estaba grabando todo e hizo que Keidys dijera unas palabras a la cámara. Algunos padres se acercaron a Keidys para pedirle fotos, ella aceptó y después los hijos de los señores se acercaron para llevárselos:

—Está prohibido pedirle fotos a ella en el colegio —susurró un muchacho a su madre mientras se alejaban.

—Si no fuera por esa regla no te dejarían de pedir fotos hoy —dijo Alejandra al lado de Keidys—, así no disfrutarías tu graduación.

Después de un rato todos tomaron sus puestos y la graduación comenzó, algunos profesores hablaron, se escuchaba como unos cuantos padres y estudiantes lloraban, también se vio al fondo el director Moreño que estaba soltando lágrimas silenciosas:

—Ay, esto es tan nostálgico —dijo Claudia a una amiga.

—Se… —soltó la muchacha quien empezó a llorar.

Josef estaba al lado de Keidys y le dio un beso en la mano, ella se ruborizó por completo:

—Ay, Josef —llevó una mano a su rostro.

Alejandra estaba bastante nerviosa, miró a Mateo que estaba a su derecha:

—Cálmate, se te va a olvidar el discurso si sigues así —dijo Mateo, abrazó a su prima y después le dio un beso en la mejilla—, estarás grandiosa, fue tu sueño desde que entraste a la secundaria.

—Sí… —Alejandra soltó una sonrisa.

En aquel momento llamaron a Alejandra para que dijera unas palabras, ella se levantó y caminó hasta la tarima, se escuchó unos aplausos y algunos silbidos, el presentador mandó a hacer silencio:

—Buenas noches a todos —saludó Alejandra—, hoy es un día especial para nosotros, es una de las tantas metas que vamos a alcanzar en nuestras vidas, aunque yo creo que esta es la más importante, seguramente algunos pensarán que no es así, pero yo daré mis razones de por qué lo creo así. Desde que somos unos niños que no sabían ir al baño estuvimos en el colegio, comenzamos con pre-escolar, después transición, primero y así sucesivamente, algunos pues comenzaron con primero. Yo no, sí fui a pre-escolar con todo un grupo de imperativos chicos que no me dejaban la vida en paz —se escucharon algunas risas—. Aprendimos en el colegio a hacer amigos, a escribir y hasta a hablar, conocer los sonidos, la filosofía que nunca entendimos y muchas cosas más. Nuestros primeros amores y desamores. Creo que por eso es la etapa más importante, porque aprendimos a ser personas, aquí dimos nuestra primera impresión de lo que es la vida, ahora ya sabemos lo que queremos en nuestra vida; en esta noche les deseo a todos una vida feliz, que por más errores que cometamos en la vida aprendamos de ellos, nos levantemos con la cara en alto y sigamos adelante. La vida está llena de callejones sin salida, paredes altas que tenemos que aprender a escalar; no será nada fácil, pero querer es poder. Y sé que todos los que están hoy aquí reunidos son fuertes, por eso sé que marcaremos una huella en el mundo y demostraremos de lo que estamos hechos —todos empezaron a aplaudir y se levantaron de sus puestos. Alejandra desplegó una gran sonrisa, desde la tarima se veía todo ese tumulto de personas aplaudiendo su discurso, lo que ella siempre había soñado, ahora era una realidad— ¡promoción dos mil diecisiete! —gritó, todos empezaron a gritar lo mismo y saltar en sus puestos lanzando los birretes antes de tiempo, la emoción los carcomía.

 

Llegó lo que todos estaban esperando, la fiesta, esta vez sería diferente para todos, lo habían planeado desde hace rato y no se haría varias fiestas por aparte para cada grado. Esta vez todos se reunieron y planearon la fiesta de graduación. Adecuaron una cancha de futbol que quedaba cerca de allí con luces, mesas llenas de comida y claro, aunque los padres no lo sabían aquellos tanques llenos de coctel estaban repletos de alcohol. La música sonaba fuerte y todos empezaron a gritar, saltar, hacer de todo en aquel lugar. Lanzaban espuma, polvo de colores y todo tipo de cosas. Hasta una guerra de globos llenos de agua se formó, dejando a las chicas con sus cabellos totalmente mojados, los tacones a un lado y una gran diversión en el lugar.

Algunas personas que pasaban por la cancha se quedaban viendo la gran fiesta que había en el lugar, pero como esta estaba completamente enrejada nadie podía entrar.

Claudia estaba completamente borracha, se acercó a una esquina y empezó a vomitar:

—¿Ay te encuentras bien? —preguntó Mateo.

—Pásame agua —dijo en un hilo de voz. Mateo le trajo una botella de agua.

—Creo que debes descansar —recomendó el muchacho—, son las cuatro de la mañana y te la has pasado todo este tiempo tomando coctel cuando tú no soportas el alcohol.

—Ay por favor, no comiences, esto está buenísimo y tengo que bailarlo hasta el final —dijo ella tambaleándose en su puesto mientras tomaba agua.




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