¡¿ella es mi Entrenadora?!

Capítulo 23: Cobarde

M E G A N

Ni el alcohol en mi sistema logra mantener mi fe en ellos mucho tiempo. Pasó menos de una hora cuando Chad llamó para decirme que necesitaban mi ayuda con urgencia.

- ¿Pero... ¿qué...?

Quirina Sheppard está riéndose a carcajadas viendo la pantalla negra de la televisión, claramente está borracha.

-Todo estaba bien al principio, ella estaba bailando con nosotros. Parecía que estábamos ganado su confianza hasta...

-Hasta que ella dijo que si queríamos ser sus amigos debíamos conseguirle un poquito de alcohol.

- ¿Y ustedes le hicieron caso?

Cada quien es responsable de sus decisiones. Si ella decidió tomar alcohol es su problema. El problema de nosotros es que no puede firmar la petición ebria, eso quitándole importancia al otro problema, darle alcohol a una menor de edad es un crimen. En estos momentos eso es lo de menos.

-Ella parecía segura, parecía una pequeña ruda Megan. ¿Cómo rayos íbamos a saber que era su primera vez?

-Para cuando lo supimos ya era muy tarde- concuerda Adrien.

-Adrien te elegimos para estar con Chad para que evitaras una situación como esta- le reprocho.

-Lo sé...

Chad abre la boca ofendido. Cuando decide hablar lo interrumpo.

-Lo menos que puedes hacer es no ofenderte. - defendí.

Chad se cruza de brazos murmurando "No fue mi culpa", "Yo no la emborraché”, “Yo no creé el alcohol.”

- ¿Qué hacemos? – interroga Adrien mirando a Quirina quien ahora pretende jugar a ser "sexy.”

Paso mi brazo por la parte baja de la espalda de mi prima segunda. - Ayúdenme a llevarla a uno de los cuartos de arriba.

Adrien se sitúa al otro lado de ella mientras que Chad agarra el bolso de Quirina.

-Te lo dije, Juana- ella señala a una chica pelinegra que se ve mucho más borracha que ella. - Todo el mundo me ama- exclama alzando sus cejas. - No pueden dejar de tocarme-presume.

La chica vomita como respuesta. Ahora sé que Juana almorzó una hamburguesa, Genial. Mi prima segunda aquello le provoca arcadas. No se quien vomitará primero si Chad o Quirina.

¡Hagan sus apuestas!

Adrien y yo estamos algo asqueados, lo tomamos con más tranquilidad. En mi caso es porque esa sustancia salió de mí varias veces en una etapa de mi vida donde olvidaba por varias semanas lo que era estar sobria.

La reacción calmada de Adrien sorprende, sin embargo, evitar un vomito es más importante en este momento por lo que decido no involucrarme.

Subiendo la escalera ella se marea. Adrien decide que lo mejor es llevar a la chica al baño para tratar de encontrar alcohol, un alcohol diferente al que ahora está en su sistema. Adrien posa a mi prima en el inodoro, Quirina tira su cara hacia atrás.

Por un momento pensé que ella se estaba sintiendo mejor. Hasta que, como en aquel dicho "Todo lo que sube tiene que bajar.” Con una gran arcada tirándola hacia delante, vomita. Justo en la camisa de Adrien.

-Y-yo necesito salir- Chad huye del hedor del baño.

Por la respiración de Quirina concluimos que se quedó dormida. Adrien se quita la camisa y trata de enjuagarla en el lavamanos.

-Esta noche va de bien a peor- opino sentada en la bañera.

- Yo que pensé que estaba yendo de bien a mejor-bromea Adrien.

Adrien es probablemente con el que menos hablo del equipo. Y no porque nos llevemos mal sino porque Adrien tiene una personalidad tímida. Cuando toma confianza se transforma en una personalidad extrovertida/bromista.

Por eso Adrien no comenzaba ninguna conversación conmigo y yo tampoco intentaba comenzar una con él. Sólo hablábamos cuando otra personaba iniciaba la conversación hasta que hace dos meses él empezó una conversación. Tal vez porque conocía lo suficiente sobre mí o porque se sintió muy incómodo por el silencio, no lo sé.

El punto es que desde ese momento llevamos una amistad algo inusual. Nos llevamos bien, sabemos que tenemos algo en común. Lo que no sabemos es qué en específico es lo que tenemos en común.

-Al menos ninguno de nosotros esta borracho- consuelo recordando mi primera fiesta con el equipo RG.

Él encarna una ceja y voltea para dirigirme una mirada de incredulidad. - Tú hueles alcohol.

Tomé ocho shots de vodka. Estoy más relajada, pero sigo sobria. - Esta fiesta huele a muchas cosas, el olor cayó en mí por accidente- excuso.

-Claaro, voy a fingir que te creo si eso te deja dormir.

- Que noble persona.

Él ríe y sigue tratando de limpiar su camisa.

-Megan ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Mhhm si

- ¿Qué fue lo que pasó entre Michael y tú el día de la fiesta?

La pregunta me ataca con la guardia baja tanto que casi caigo de cara en la alfombra. Logro agarrarme de los bordes de la bañera y volver a mi posición original, salvándome de un golpe que dejaría un moretón y una situación vergonzosa que contar.

Que estilo, que disimulación. Me culpo a mí, el alcohol en mí no tuvo nada que ver.

-Em…Mmm- intento ganar tiempo para pensar en una respuesta que me permita evitar decirle a Adrien que su mejor amigo y yo nos besamos. Porque no sé si puedo o debo decirlo.

Piensa, Megan, Piensa. Los ocho shots en mi sistema no me defraudan y permiten que llegue a una solución.

La mejor manera de evitar responder una pregunta es responder con otra pregunta. - Te lo diré solo si tú dices que fue lo que pasó entre Deb y tú minutos antes de comenzar la competencia clasificatoria.

-No responder lo dice todo- expone alzando ambas cejas juguetonamente.

- ¿Vas a responder mi pregunta?, no hacerlo lo diría todo- contraataco con sus palabras.

-Okay, nadie responde nada. Bien jugado-él termina de lavar su camisa y mientras la seca trato de relajarme. Dejo reposar mi cabeza en la pared cerrando por un momento mis ojos.




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