Sábado, 4 de agosto del 2018.
M I C H A E L
Esto es patético. Estúpido. Insultante. Estamos en una parte privada del famoso bosque Sangre del Gran Oso bajo una carpa grande que fue montada a última hora. La lluvia le agrega grandeza a las cosas. Sin embargo, esta lluvia solo le agrega un matiz patético al asunto. Era mejor lo que montaron en la escuela para el equipo de debate en la competencia municipal.
Separaron las mesas creando una división para los entrenadores. Para que decidan a quien apoyar sentándose en el lado correspondiente. Estúpido. Los jueces ni siquiera han llegado, y según varias personas los jueces serán los último en llegar. Insultante.
Nos sentamos en el lado derecho. El entrenador se mantiene en la puerta para recibir a los entrenadores que nos apoyan y también reclutar algunos miembros del otro lado. Mucha gente llegando y comiendo después llegan los jueces. Su llegada no fue tan impactante como la entrada del entrenador SW y su equipo.
Llegaron una hora después de nosotros. Llegó con todo su equipo, él mostró satisfacción por nuestra reacción. Lo que el entrenador SW no sabe es que nuestra reacción colectiva es provocada por su “hijo”. Alex caminó detrás de él como un perrito faldero.
Ayer con la revelación surgió una duda. Fuimos bastantes cercanos por todo un año. Nos veíamos todos los días. Le conté sobre Abby. Él conoció la peor parte de mí. Yo no logré conocerlo a él, no realmente.
Los jueces se presentan. Hacen un resumen del caso y se dirigen a sus asientos anunciando el inicio del debate. El entrenador SW empieza primero. Carraspea para llamar nuestra atención y empieza su seguramente irracional argumento.
Inmediatamente mi mano se posa en la mano de mi entrenadora. No me mira. No es necesario para saber que está sorprendida. Sin embargo, ante la sorpresa, ella no aparta mi mano. Ella relaja sus labios y devuelve el apretón con más fuerza.
Estoy enamorado de Megan.
Estoy completamente enamorado de su misteriosa alma. De su risa y sonrisa. De cómo sin darse cuenta hace sentir a todo el mundo incluido. Estoy enamorado del cómo entrecierra sus ojos cuando está concentrada, como los cierra en cada beso y no los abre hasta que está segura que yo los abrí. Sus ansías de adrenalina, lo consciente que está de las consecuencias de cada cosa que hace. Amo lo valiente qué es. Ella aprieta con fuerza mi mano debido a que el entrenador pronunció su nombre.
Lo medité, busqué en internet, incluso leí los párrafos que Sofie marcó en su historia de amor favorita. Hasta vi la película basada en ese libro. Vuelven a pronunciar su nombre, otro apretón. Tantas sensaciones diferentes para un mismo sentimiento. Algunos sienten las típicas mariposas, otros simplemente lo saben. No importa de qué manera se presentará, nunca dudas de lo enamorado que está el protagonista de una película o libro romántico. Ella vuelve apretar mi mano cuando el entrenador SW empieza hablar sobre la importancia del reglamento.
No fue la lógica en las películas románticas quienes confirmaron mi enamoramiento, fue ese deseo interno de querer vivir momentos románticos con ella. A diferencia de esas películas nosotros terminamos, se acabó. Ningún final feliz o siquiera aceptable para Michael y Megan. Por eso llegué a la conclusión de que una parte de mí desea que solo estemos en pausa. Esa parte tiene esperanza, cree que ese no fue nuestro final. Ella se remueve incomoda reaccionando al Entrenador SW señalando sus debilidades. Una parte de mí espera que en esta montaña rusa haya otra subida y esa subida no tenga bajada. Megan no ha terminado de romperme el corazón porque mi corazón está en pausa esperando que ella cambie de opinión.
¿Cómo se descongela un corazón?
Cómo le explicas a ese órgano multitareas que la persona que últimamente lo hace latir con fuerza está prohibida. Cómo le pides que dejé de posponer el dolor.
¿Cómo le pides que se rompa de una vez?
Su mirada se posa en mí. Yo se la devuelvo trasmitiéndole apoyo.
Para bien o para mal mi corazón tendrá que crear una línea. No habrá nada que yo pueda hacer para evitarlo. Si ella quiere ser solo amigos, seremos amigos. No se si fue nuestro presente o nuestro pasado desconocido lo que nos conectó. Y es que no importa. Lo único que importa es no perder esa conexión. Esta vez aprieto yo su mano.
Por el poder que el deseo de no perder mi conexión con Megan me otorga. Nos declaro amigo y amiga.
No le presto mucha atención al discurso del Entrenador SW. No es difícil resumirlo. Su discurso se basó en la importancia de mantener las tradiciones. Los errores que Megan cómete al entrenar y en su inexperiencia. Él quería desarrollar un argumento sobre porqué las mujeres no deberían entrenar. No pudo hacerlo pues una de las jueces lo interrumpió. Los jueces para deliberar sobre el primer discurso piden un descanso.
En el descanso nadie quiso levantarse ni a buscar agua. El ambiente se siente pesado. Megan sigue sosteniendo mi mano. Yo sostendré la suya hasta que ella la aparte. Megan no habla, nadie la presiona. Hemos trabajado tanto en el discurso que solo queremos que salga bien y poder salir de aquí directo a celebrar, y entrenar. Todos los entrenadores que están aquí opinan que este evento es una pérdida de tiempo. Todos excepto el entrenador SW.
Llega la hora de separar nuestras manos. El descanso termina. El discurso de Megan empieza. Ella no carraspea, solo empieza hablar.
-Los hombres llevan mucho tiempo suponiendo que las mujeres no podemos hacer lo mismo que ellos. Aceptamos esa afirmación por bastantes años hasta que nos cansamos de murmurar calladas nuestras opiniones. Desde ese momento hemos luchado por lo que queremos.
>> Por eso hay cuatros jueces en esa mesa donde dos de estos son mujeres. Por eso estoy aquí luchando para que no me arrebaten mi puesto. Lo único que deberíamos estar discutiendo aquí es cómo eliminar ese párrafo del manual. No pude digerir ese párrafo. No puedo con lo irracional de su afirmación. ¿Solo por qué soy mujer no puedo? Omitiendo el gran espacio en gris que abarca a todas las diferentes mujeres que hay… Créame jurado, mi vagina no se interpone en mi manera de entrenar. Las mujeres biológicas y las no biológicas entrenamos mejor que él, pues estoy segura que su pene junto a su actitud arrogante no lo hace entrenar mejor que yo. Puede que solo tenga diecinueve años, pero tengo un padre entrenador. Llevo más de la mitad de mi vida entrenando. He cometido errores, lo sé, soy lo suficientemente profesional para corregirlos. Porque no importa si tienes 30 años de experiencia o solo uno, todos cometemos errores. Así que los invito a ustedes jueces a que tomen en cuenta el argumento real.
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Editado: 22.12.2020