Lunes, 08 de octubre del 2018.
M I C H A E L
He sido parte del equipo RG desde que soy muy joven y nunca imaginé pertenecer a otro equipo que no fuera ese antes de llegar a la universidad. El equipo está compuesto de mis mejores amigos, y el entrenador a pesar de sus lecciones y reglas estrictas siempre nos cuidó. No había otra cosa que disfrutara más que ser parte del equipo RG.
Me nombraron capitán en las peores condiciones, lo sé. Ser nombrado capitán fue ver destellos de luz desde el pozo donde estaba. Ser capitán me ayudó. Concentré todas mis energías en ser un buen capitán para olvidarme lo mucho que flaqueaba siendo una buena persona.
El equipo RG siempre estuvo para mí y odio no poder estar para ellos.
Pudimos hablar toda la noche. Con Megan puedo hablar varias horas y nunca cansarme. Ella se sintió culpable, pero realmente no es su culpa. No es su culpa ser una Sheppard. Además, no estoy siendo obligado a dejar mi capitanía.
Hago esto por Skylar y Megan. Lo hago porque mi familia puede que no sea perfecta o siempre honesta, pero nunca me sentí atrapado en mi apellido. No odio ser un Royss.
Me gustaría decir que dormimos abrazados y nos despertamos así, pero la verdad no puede estar más alejada. Nos dormimos juntos con su espalda presionada contra mi pecho y mi cara enterrada en su cuello. No nos despertamos así. Ella se la pasó moviéndose toda la noche. Removiéndose como un gusano entre mis brazos.
Al despertar encontré sus pies en mi cara. Sus pies están bien cuidados. Su dedo que está al lado del pulgar es más largo que los otros. Le hago cosquillas a sus pies divertido. Debo alejarme rápidamente ante un movimiento que casi termina con mi nariz.
-Megan- le murmuro al bulto que supongo que es su cabeza debajo de la sabana.
Ella encoje sus pies escondiéndolos debajo de la sabana como respuesta.
-Megan- localizo su cintura debajo de la cama y le hago cosquillas. Ella se remueve como pez fuera del agua.
-Mhh- dice quitándose la sabana de la cara para que por fin pueda ver su hermosas y adormiladas facciones.
-Buenos días- le sonrío a su ceño fruncido tratando de despertar completamente.
-Hola- bosteza.
-Que lindas te ves comiéndote el pelo- bromeo haciéndola rodar los ojos. Ella se cambia de posición volviendo a mis brazos, a la posición en la que quedamos al principio.
Ella se quita los cabellitos de la boca. Se pasa la mano por la cara quitándose las lagañas. Cuando termina se voltea hacia mí sin el ceño fruncido-. Buenos días para ti y para tu madrugador amiguito.
Rio por lo bajo y la atraigo hacia mí- ¿Cómo estás?
-Molesta porque tú luces perfecto con tu cabello desordenado de manera linda con una excitante voz ronca y yo seguramente luzco como si hubiera pasado toda la noche en medio de un tornado.
Yo niego enfrentándola. Su cuerpo queda bajo el mío obligándola a observarme a los ojos. Noto como lucha para no bajar su mirada a mis labios y yo también lo hago.
-Tú eres hermosa Megan- susurro en su oído-. Hermosa, sexy y no sabes lo mucho que tu look de estuve en el centro de un tornado me excita.
No miento. Ella tiene su cabello desordenado cayendo por su cara, sus ojos aún no están completamente abiertos debido a que se está despertando y ayer nos dormimos tarde. Aun así, no puedo evitar que mi cuerpo reaccione a ella, a su toque.
Mi alarma del teléfono interrumpe nuestro beso. Ella se cubre los oídos ante el molesto sonido y yo no puedo evitar que esto me transporté al primer día de clases específicamente al momento en el que la conocí.
Sonrío con el recuerdo. Ella no entiende porque le sonrío al sonido de la alarma, confundida envuelve sus manos alrededor de mi cuello para darme la pista de continuar con nuestro beso.
Un grito proveniente de la cama de al frente nos vuelve a interrumpir.
-Díganme que no lo pensaban hacer mientras dormíamos- cuestiona Calvin despertando a su gemelo.
-Estábamos hablando- escuso dejándome caer al lado de Megan, frustrado con mi alarma quien ya no me trae tan buenos momentos levanto mi pesado cuerpo de la cama. Estúpida alarma que me trae buenos momentos solo para interrumpirlos.
-Ojalá yo tuviera a alguien con quien hablar así- responde Chad moviendo sus cejas arriba y abajo.
Lo ignoro y debo conformarme con solo un casto beso de Megan. Camino al baño para arreglarme para la competencia donde seré el rival del equipo RG, de mi familia. Me visto con el nuevo uniforme del equipo Perdomo que Ada dejó para mí ayer. Se ajusta a mí, pero al mismo tiempo se siente muy incómodo, prestado, no mío.
Diferente al uniforme RG que se siente como una segunda piel.
Salgo del baño encontrándome con Calvin y Megan acostados juntos en la cama.
- ¿Cómodos? - Megan está abrazando a Calvin, convirtiéndolo en la cuchara pequeña.
-Si- murmura Calvin sin moverse.
Cuando Calvin confesó su sexualidad me sentí mal por el alivio que sentí. Porque eso significaba que él no estaba interesado en ella, y es que, aunque sé que ahora son solo amigos estoy consciente de que su conexión es algo diferente a la que yo tengo con Megan.
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Editado: 22.12.2020