¡¿ella es mi Entrenadora?!

Capítulo 42: Bienvenidos a mi pasado

“Bienvenidos a mi pasado, cuidado al pisar los traumas”

Miércoles, 10 de octubre del 2018.

M I C H A E L

Competir cambia tu estilo de vida. Ser el capitán del equipo RG implica pasar aproximadamente más de dieciocho horas entrenando semanalmente. Es parte de mi rutina y disfruto de esas horas de entrenamiento a pesar de que, al entrenar termino con mi respiración agitada y con mi corazón palpitando haciéndose escuchar. Igual quedo con una sensación que aún no se cómo describir. Solo sé que por esa sensación despierto en la madrugada solo para entrenar. La sensación explica porque nadar es mi pasión.

Mi estilo de vida cambió en varios aspectos, como por ejemplo la manera en la que enfrento ciertas situaciones. Tal como Calvin cuando se siente perdido y se escabulle en la noche a la piscina donde entrenamos, a Debby entrenar la ayuda a sentirse en control y yo si pudiera viviría en el agua.

Para la conveniencia de Sofie como hermana yo quiero ser una especie de sireno. Restando el comentario de mi hermana para mí entrar en una piscina es como encajar finalmente. Todos buscamos desesperados nuestros “sitio” en el mundo, pues para mí ese sitio es el agua.

El agua es para mí un hogar que constantemente se mueve y cuando eres parte de un equipo de competencia élite juvenil viajas de manera frecuente. Esos viajes te permiten olvidar los errores que cometiste en tu ciudad local. Conectar con otros estilos de vida.

Los viajes tienen esa cualidad de envolverte en otra realidad que no es la tuya con sus tradiciones y diferentes culturas, personas con diferentes formas de ver la vida. Te envuelves en una burbuja.

Entrenar en estos viajes despeja tu mente. Viajar a competir es por unos días contar con la oportunidad de volver como alguien completamente diferente.

No pensé que algún día el destino me obligaría a ver esa oportunidad como tentadora.

El destino nos arrojó esa oportunidad impidiéndonos no tomarla. Para bien o mal el equipo RG que vuelve de las estatales no es el mismo.

Regresar a lo que decidiste no empacar para el viaje se siente igual que cuando en los relevos sales del agua para que otro entre. Debes salir, dejar toda esa adrenalina atrás, todas las emociones fuertes y disfrutables. Quedas desconcertado.

Como pez fuera del agua.

Regresamos en medio de la semana, por lo que con un poco de persuasión conseguí quedarme en casa. Debby tampoco fue al instituto. Según lo que conseguí que contara anoche, por primera vez desde mucho tiempo sus padres y ella pelearon como gatos contra un perro. Está en su habitación y no saldrá de esta hasta que sus padres admitan algo que es muy importante para ella. Adrien ni siquiera logró tener una discusión real con su madre. Los Reeds le contaron a su mamá y lo que hizo fue redactarle un correo a su propio hijo. Él fue al instituto porque hoy su madre regresa de su viaje de negocio. Adrien solo quiere mantenerse fuera de su casa la mayor cantidad de tiempo posible.

Y por mucho que la ex – señora Cass no conozca a su hijo sabe que su escondite favorito es mi casa, por lo que esconderse en el instituto es su mejor opción en estos momentos.

Calvin fue al instituto por el seminario de dos horas y media del profesor de teatro. Adrien según Megan, alias mi informante, fue arrastrado por Calvin al seminario. Megan está en el instituto por dos razones. La primera es porque debe repetir un examen de biología, Sofie en la mañana ha estado ayudándola. Mi hermana debe ayudarla, así de mal le va en la materia.

Yo tampoco soy tan bueno en biología, pero tuve la suerte de que mi compañera de clase fue Debby. Gracias a ella logré pasar esa materia.

La segunda es porque Megan le dio permiso a Adrien para poner más datos sobre nosotros en la página donde recopilamos las firmas. Según ella, el instituto es un lugar neutro para los Sheppards.  

Desde el cómodo sofá de mi casa mando mensajes de apoyo tanto a Megan para desearle éxito en su examen y seguridad, como a Adrien quien se queja conmigo sobre lo poco interesante que es el profesor de Teatro.

-Michael, hijo- camino a la cocina siguiendo el sonido del llamado de mi mamá.

Nuestra relación aún está superando ese “bache”, como ella decidió llamarlo. La perdoné, pero aún sigo tratando de volver al lugar donde confiaba completamente en mi madre.

-Grace, madre- ella entrecierra sus ojos, nunca le ha gustado que la llame por su nombre.

-Toma- me entrega dinero y las llaves del carro-. Ve a comprarnos más leche de soja, barras de cereal y Sofie necesita palomitas. Ah y almendras, compra la bolsita que tu padre compró la semana pasada.

Veo con anhelo la serie que pausé en el televisor de la sala.

-Michael, no te mandé a clases así que ve a comprar lo que te dije. Aún quedan tres horas de clases- advierte convenciéndome. Ese blog de maternidad hizo que creara una comunidad de madres. No subestimes nunca a una comunidad de madres.

En el supermercado sigo con detalle las instrucciones de mi mamá. No tardo mucho tiempo, me permito curiosear los pasillos mientras espero que mi madre confirme que no falta nada más.




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