M E G A N
Iniciar el juicio Sherppard conlleva esperar que los gritos despectivos hacia ti se callen y de manera sincronizada escuchar a las madres tratando de callar a sus atemorizados hijos con un “Eres un Sheppard, nosotros no lloramos.”
Ni expresamos sentimientos.
Combustible para mantenerme delante el jurado tradicionalista que no dudó al suspender la regla siete, para luego sin mirar aceptar unas pocas firmas para volverla a integrar. No todo el tiempo tus contrincantes juegan limpio y a veces los árbitros aceptan las trampas.
-Iniciamos el juicio analizando sus firmas asegurándonos que no se ha cometido ningún tipo de falsificación- Claro, porque no es obvio que ellos antes de dejarme venir se aseguraron de verificar que esas firmas son reales.
Están haciendo tiempo, ¿Para qué?
Las miradas de apoyo que los jueces sin vergüenza les dan a los protestantes “tradicionales” es enfermiza. El sistema legal Sheppard está igual de corrupto y arruinado como el sistema legal real. Hasta incluso más.
Su análisis es una muestra de poder. Se quieren mostrar superiores porque presumen que eso es lo que necesitan para doblegarme. Sin embargo, con mi mirada puesta en los papeles y asegurándome que no los “pierdan”; Ellos se dan cuenta que su teatro de superioridad no sirve con la chica que solo por pedir este juicio puede perder su apellido.
En un rayo de ayuda Skylar junto a Jhonny entran sin hacer más ruido que el que hacen los protestantes de la audiencia. Acostumbrada y llena de calma acepta ser otra oveja negra más entre esta familia de lobos. Mi tío no viene con ellos. Él no me garantizó que vendría. Solo me dijo que sin importar el resultado de este juicio contaba con su apoyo.
Ellos terminan de tratar de intimidarme alejando los papeles.
-Todo verdadero- le cuesta sacar esa información y parte de la audiencia no está feliz escuchándola. - Puede proceder Megan Sheppard.
-Gracias jurado- pura cortesía. - Estoy aquí frente a todos ustedes porque nací bajo el apellido Sheppard. Lo que implicó vivir bajo las reglas opresivas. Nací en un ambiente donde llorar, que es solo un instinto de protección a temprana edad, se me prohibió. Mostrar sentimientos o tener un buen conocimiento de estos también se le prohibió a la niña que en clase aprendía que si no eres un Sheppard, es normal y correcto expresarlos. Que las familias se podían abrazar diario y decirse que se quieren sin tener que escuchar “Tú ya sabes lo que siento por ti.”
>> Los sentimientos menos complicados y conflictivos fueron los únicos que se permitió expresar libremente. “Está bien si insultaste a esa persona, tú puedes decir lo que quieres. Eres una Sherppard”. Eso somos. Personas mentirosas y con cero sensibilidad o tolerancia por aquellos que conviven con nosotros.
Camino hacia el equipo RG mirando a Debby.
- ¿Adivinen qué audiencia y jurado? - Los estoy retando para tenerlos justo donde los quiero. - Los Sheppards no son los únicos seres humano que viven en este mundo. No podemos seguir criando personas que no consideren los sentimientos que causan en otras personas. A mí nunca me enseñaron a pedir disculpas. Tuve que aprender yo sola que cuando meto la pata, ser una Sheppard no impedirá que mis amigos me abandonen. - Debby aparta su mirada, ella sabe lo que le estoy tratando de decir. Sin leer más en la reacción de mi ex mejor amiga, suelto una pregunta en el discurso que practiqué con los chicos varias veces.
- ¿Por qué estadísticamente cada 4 de diez Sheppards terminan en la cárcel?
- ¿De dónde saco esas estadísticas? - Al juez no le gusta que saque los trapos sucios de la familia. Michael entendiendo mi mirada entrega el papel con varios testimonios firmados donde recolectamos cada preso en las familias.
-Continúe- una mujer del jurado parece querer arrancarme la voz. Con esta pregunta consigo callar a los protestantes obteniendo su atención.
-Se nos enseña a poner las reglas Sheppard ante todo y en el mundo real eso no termina bien. Terminamos siendo criminales, personas no gratas. Si seguimos así podrían abrir un caso contra toda la familia. Contra el circo de ley que tenemos, obligándonos a terminar con esto, incluso podrían descontinuar nuestro apellido. Por necios quedaríamos sin apellido.
-Estupideces-suelta un adulto molesto entre la audiencia.
- ¿Lo es Señor Vastían? - Sus ojos confundidos se ciñen en mi dirección sin dejar de lado su odio. - Cuénteles a las personas en el recinto donde se encuentran su hijo mayor y su hijo menor en este momento.
En la cárcel por casi dejar inconsciente a un importante empresario en un bar. Sus hijos decidieron entrar en una discusión con aquel pobre hombre debido a que respetando la regla Sheppard, que les da libertad a decir lo que les dé la gana, soltaron todos sus insultos hacia alguien que ni los conocía. Ganándose una orden de restricción y una sentencia por violencia injustificada pagando con días en la cárcel una multa muy elevada.
- ¡Tú no sabes nada!, ¡Ninguno de ustedes entienden la vida! - señala a todos aquellos que nos apoyan. - A penas aprendieron a limpiarse el culo y ya creen que están listo para limpiar toda la mierda del mundo real, pero no es así. Esta generación de jóvenes está llena de ingenuos idiotas que luchan por estupideces, mientras que nosotros los adultos nos encargarnos de protegerlos de todo lo que pasa en el mundo real. ¿Qué sabes tú de sentimientos niñata? Solo quieres llamar la atención, tu generación hace lo que sea por un poquito de atención.
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Editado: 22.12.2020