Ella es mi secreto

Capítulo 2: Contrato

Seis años después:

Ashly

Tomo un bolígrafo en mi mano sin saber bien qué hacer porque mi mente está en otro lado, observo con pesar el documento frente a mí y sin pensar un suspiro escapa de mis labios, no tengo la mínima idea de lo que tengo en frente porque no he leído ni una simple palabra, el carraspeo de mi padre me hace levantar la mirada y sus ojos negros como los míos me miran esperando que diga algo, no mentiré, llevo años esperando este momento, he estudiado, he conseguido cosas importantes en esta vida y sobre todo, paso a paso me he ganado su confianza, solo la de él porque a pesar de que mi hermano es quien lleva ahora los negocios, mi padre sigue siendo el jefe.

—¿Aceptas? —él sonríe acomodándose en su silla, miro mi reloj disimuladamente sabiendo que no llegaré a tiempo a mi cita

—Steven no estará feliz —digo una gran verdad, mi hermano y toda mi familia me odia desde que me fui de la casa a temprana edad y rechacé el dinero que ganaban de forma que no me gustaba.

—Da igual eso

—Mamá tampoco, mi hermana no sé y bueno, sabes que me odian, tú también lo hacías

—Me has demostrado que puedo confiar en ti —sonríe y mi interior comienza a dar saltos de felicidad

—No hice mucho

—No estoy en la cárcel gracias a ti hija —sonrío y asiento —por eso quiero que vuelvas a la familia

—Volveré y a esta empresa también —él sonríe feliz —pero de lo otro no quiero saber nada

—¿De lo otro? —me mira confundido

—Tus negocios —aclaro mirando sus ojos

—Ashly

—Es mi condición papá, tú tienes las tuyas, yo pongo las mías —a las malas asiente

—Fírmalo —señala el contrato —hazlo y serás dueña de una parte de esta empresa pero léelo Ashly

—Lo haré en casa —me pongo de pie y guardo los documentos, sin decir más salgo de su oficina con una victoria a mi favor, fue fácil hacerle creer que estoy de su lado, bueno, tardé años para ganarme esto, ahora debo preparar bien mis pasos, mi familia no es tonta, no es en vano que tienen todo el país controlado y todos temen a su apellido, los Bloyd son peligrosos, inteligentes y poderosos, con solo mencionar ese apellido se pueden abrir muchas puertas, muchos quedan a tus pies por respeto y muchos otros por terror, las personas le temen, le respetan y algunas hasta veneran, yo, simplemente los odio, mis padres sabían de mi relación con Alaric, he tenido que guardar un secreto enorme a mis hermanos y tragarme el dolor de la traición de Alaric, además de eso, por culpa de ellos mi pequeño secreto ha tenido que vivir cinco años lejos de mí, escondida como si fuera culpable de algo y viéndonos bastante poco para no llamar la atención.

—Por tu cara veo que lo has logrado —dice el sujeto que me esperaba en un auto a unas cuadras de la empresa, lo miro sonriendo

—Aún debo firmar un contrato que estoy segura tendrá muchas condiciones

—Pero es un paso —Benjamín se acerca más a mí —ya estás casi dentro muñeca

—No me llames así —bufo

—¿Lo celebramos hoy? —una de sus manos toca mi rostro

—¿Pensé que los policías tenían sus reglas, ¿qué soy? ¿Una informante? ¿Una espía? No puedes tener una relación conmigo que no sea —su boca calla mis palabras cuando me besa, pero rápido me alejo.

—No soy un simple policía —ríe limpiando el labial de su boca —Ashly

—Hoy ya tengo un compromiso —abro la puerta del auto

—Solo iba a decir que te cuides —lo miro rápido —tu familia es

—Peligrosa, lo sé —ruedo los ojos —los conozco muy bien, sé de sobra los monstruos que pueden llegar a ser y créeme, todo saldrá a la luz

—Vivirás con ellos —salgo del auto —podrás hacer lo que planeamos sin sentir —miro sus ojos —ya sabes, ¿amor por ellos? —sonrío

—El amor se gana Ben —cierro la puerta lanzando esta y me apresuro hacia un taxi que ya me espera, hay cosas en la vida que no se perdonan, personas que no cambian y pasos que debemos dar para poder ser felices, estoy segura de que si ahora mismo ellos supieran que mi hija está viva, no dudarían en querer hacerle algo, mis padres no perdonan una traición ni una desobediencia, desde pequeña aprendí eso a las malas, cierro mis ojos pensando en el pasado hasta que el taxi se detiene y bajo de este para esperar a otro, mientras voy en este miro hacia todos lados para cerciorarme de que no me sigan y sé que luego solo debo tomar un autobús que me llevará a mi destino, este recorrido debo hacerlo así siempre que quiera verla, a veces tardo horas en la calle por si me siguen y cuando llego ya es tan tarde que la encuentro dormida, esto debe acabar y solo hay una forma de que eso suceda, si mi familia está tras las rejas.

—Dime que está despierta —es mi saludo hacia Sergio, una de las personas que me ayuda a cuidarla junto a su hermana, un gran amigo que conozco desde niños y que hace seis años me ayudó, gracias a él, mi bebé está bien.

—Ya duerme —bufo entrando a la casa, él ríe —se quedó horas esperando, pero ya es muy tarde

—Diablos —me lanzo al sofá y miro el techo

—Ella lo entiende

—Ella es una niña que ha vivido lejos de su madre desde que nació Sergio

—Es inteligente —se sienta a mi lado —Marcia llegará pronto, tuvo que salir —comenta refiriéndose a su hermana

—Gracias por todo Sergio

—No debes darme las gracias siempre que vienes Ashly —respiro hondo

—Cuando mi madre me llevó a ese hospital pensé que debía perder a mi bebé —le miro —pero estabas tú ahí, ni siquiera sabía que eras médico —río, nos conocíamos desde niños, íbamos juntos a la escuela, éramos prácticamente vecinos, pero un día todo cambió, su familia se mudó lejos de la mía y ahora odian a los Bloyd

—Tenía que hacer algo, no querías hacerlo y no iba a dejar que una vez más tus padres se salieran con la suya —él sonríe —le habían quitado todo a mis padres, fui feliz cuando te ayudé Ashly, soy feliz aquí con tu hija, cuidando de ella, ese pequeño tesoro.

—Te debo la vida




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