Adrik
La tasa de café sigue intacta frente a mí, las palabras no han salido de nuestras bocas, pero qué puedo hacer? Solo estoy observando todo y es como si nunca hubiera salido de aquí, la casa está justo igual que antes, las mismas fotos están donde mismo, los mismos recuerdos, pensé que habrían quitado todas mis fotos, pero no, están ahí como si nunca me hubiera ido de aquí, lo mejor de todo es que el silencio no es incómodo, su mirada no es acusadora, no hay odio, ni rencor en esta, doy un pequeño suspiro y miro los ojos de mi madre que está mirándome con una pequeña sonrisa en su boca y eso, eso tan simple llena el vacío que había en mi pecho.
—Mamá
—No te odio Adrik —dice como si leyera mi mente, ya que era la pregunta que justo iba a hacer —eres mi pequeño —su sonrisa aumenta —mi hijo, te he extrañado, quería verte y estás aquí —mis ojos se llenan de lágrimas —¿estás bien Adrik? —todo en mí se quiebra con esa pregunta y debo llevar mis manos a mi rostro —Adrik no llores —escucho su voz quebrada y luego ella solo me abraza, como un niño pequeño me abrazo a ella sin poder evitar dejar salir más lágrimas
—Mamá
—Todo está bien hijo —sus manos acarician mi espalda
—Mamá, no soy un traidor —digo rompiendo el abrazo, mis manos van a su rostro —te juro que no mamá, te juro que no estoy con el enemigo, yo
—Calma hijo
—Sé que es mi culpa lo que pasó a papá, pero te juro mamá que los Bloyd no nos hicieron daño, no fueron ellos, yo lo supe —me alejo de ella —investigué mamá, solo querían ponernos contra ellos mamá y
—Adrik —ella se pone de pie y se acerca —Adrik no es tu culpa, nada de lo que pasó —sonríe secando mis lágrimas
—Mamá
—Estás aquí vivo y conmigo, eso es todo lo que quería Adrik —sonríe
—Mamá te juro que
—¿Estás seguro Adrik? —sus manos acarician mi rostro —dime hijo, ¿estás seguro de que no estás con el enemigo? —asiento sin dejar de mirar sus ojos
—Yo mismo me deshice de los que dañaron a nuestra familia mamá —sus manos se alejan de mi rostro —yo mismo investigué, nadie me mostró nada, fueron unos enemigos de los Bloyd, querían poner a todos en contra de ellos, mamá te juro que no me equivoco
—Adrik dices que te deshiciste
—No soy el mismo de antes mamá —corto sus palabras mirando sus ojos —y sí, he hecho muchas cosas —veo sus ojos llenos de lágrimas y eso me mata —pero todo para llegar a este punto madre y
—¿Qué demonios haces aquí traidor? —escucho la voz de mi hermano y luego él solo me empuja —¡largo de aquí! —brama señalando la puerta
—Sergio espera, es tu hermano
—No mamá no —ríe con odio —cuando papá murió él también lo hizo —sus palabras me causan daño y me acerco a él
—Hermano
—No soy tu hermano maldito imbécil —Sergio me toma de la camisa —y no eres bienvenido aquí —me empuja con rabia, aprieto mis puños mirando sus ojos
—Sergio, hijo, tu hermano volvió y
—¡Basta mamá! —le grita y voy hacia él —es un maldito traidor, no te dejes engañar —aprieto mis dientes mirándolo —¿qué harás? ¿Me vas a pegar o vas a usar esa arma que cargas que los Bloyd te dieron? —achico mis ojos mirando los suyos, es claro que saben que estoy trabajando para ellos
—Hijo
—Déjalo madre —la miro a ella que una vez más derrama lágrimas por mi causa —ya me voy —camino hacia la puerta escuchando que dice mi nombre, pero no me detengo, voy directo hacia mi auto sintiendo rabia, pero rabia por mí mismo y al subir a este arranco a toda velocidad el auto, golpeo el volante mientras conduzco aun viendo la mirada de mi hermano hacia mí, él me odia, mi madre no, pero él me odia y apuesto a que mi hermana también lo hace ¿cómo los recupero si para todos ellos yo estoy trabajando con el enemigo?
★★★
Ashly
Las palabras de Adrik están todo el tiempo en mi cabeza, así como su forma de mirarme, es horrible y ni siquiera sé por qué me importa su opinión, miro mi reflejo en el espejo sin poder olvidar el beso de Alaric y suelto un gran suspiro, no debí dejar que me besara, pero supongo que el pasado ganó la batalla y ahora Adrik piensa lo peor sobre mi y eso no debería importarme pero lo hace. Suspiro pasando las manos por mi rostro y luego salgo de la habitación, solo estando con mi hija olvidaré todo esto, me muevo por el apartamento tomando mis cosas y cuando abro la puerta casi choco con un hombre enorme que hay justo en la entrada y está frente a mí.
—¿Te quitas de mi camino? —miro sus ojos, él simplemente niega —necesito salir, solo quítate —lo empujo o bueno, eso intento porque es una maldita roca que ni siquiera se mueve —Dios —bufo alejándome unos pasos.
—Tengo órdenes de Adrik de no dejarla salir —lo miro cuando habla
—Es mi casa, no una cárcel, puedo salir cuando quiera
—Lo lamento señorita —él solo cierra la puerta, maldigo en voz alta y voy hacia la ventana, solo que recuerdo el piso en el que estoy y la idea rápidamente es eliminada de mi cabeza, tiene que ser una broma, estoy presa en mi propia casa, escucho la puerta abrirse y sonrío, ese tiene que ser Adrik, con paso rápido voy hacia mi habitación, busco en un cajón y saco el ar ma que tengo ahí guardada desde hace años, con esta en mis manos y con odio camino hacia donde escucho ruido, la cocina y justo ahí está él, tan tranquilo sirviéndose agua.
—Quiero salir —le apunto sin que la mano me tiemble, él sigue dándome la espalda
—Ayer escapaste de mí, no puedo permitir eso de nuevo, si te sucede algo me matarían
—Adrik o me dejas salir ahora o
—Baja eso Ashly —dice sin mirarme, ¿cómo sabe lo que tengo en mis manos? Adrik se da la vuelta y mira mis ojos —podrías herirte —sonríe aunque parece triste
—No voy a estar aquí como si fuera una cárcel, es mi casa
—Ahora nuestra —comenta dando un paso hacia mí —saldrás mañana a la empresa y luego vendrás hasta acá, tu vida social acabó desde que escapaste de mí —aprieto mis dientes sin dejar de mirar sus ojos —Ashly bajala o dispara, pero decide, he tenido un mal día como para soportar los berrinches de una mocosa —lo miro enojada, Adrik da otro paso hacia mí y luego en un segundo, con un solo movimiento la quita de mis manos mientras yo solo quedo entre él y la mesa sin aún saber cómo ocurrió todo.