Ella es mia

Prólogo

Cassio se mira al espejo, en su rostro se dibuja una gran sonrisa, se ajusta la corbata de su uniforme. Hoy será un gran día para él, va a declararse a Leyla, la niña más bella de Zafiria, están en el último año, así que ha decidido declarar su amor, ya el otro año van a la universidad, piensa terminar sus estudios, trabajar en la empresa de su tío Maximiliano, es el heredero de su padre, pero le gusta lo de los paneles solares, en sus planes es trabajar con su tío, esperaba su padre lo entendiera.

Sube las gafas gruesas que se han deslizado hasta la punta de su nariz, toma el perfume que le regalo su madre en Navidad.

Mira su reloj, ya era hora de ir al instituto, toma su bolso saliendo rápidamente de su habitación, baja las escaleras, el chófer lo está esperando.

*****

Cassio se deja caer de rodillas en el centro de su habitación, las lágrimas corren por sus mejillas, las palabras crueles de Leyla no salen de su mente "Nunca seré la novia de un estúpido gordo, feo y miope" Todos rieron con las palabras crueles de ella, él sintió que le arrebataron el corazón y lo estrellaron contra el suelo.

La joven lo mira por encima de su hombro, sus amigas se burlan y el resto de alumnos que estaban en el patio del instituto y escucharon las crueles palabras de Leyla no dejaron de reírse.

Cassio tomó sus cuadernos, caminó hacia la biblioteca, su reflejo aparece en la puerta de vidrio, estaba gordo, pero su madre siempre le decía que era un jovencito precioso, las gafas de pasta negra no le ayudaban para que pudieran ver sus ojos amarillos que constrastaban con su piel bronceada, su madre decía que él era el joven más guapo de los Fortuna, pero en este momento se daba cuenta que su madre lo veía con ojos de amor.

Leyla lo había despreciado por feo, gordo y miope.

*****

—Mamá, deseo de regalo de cumpleaños que me operes de los ojos, no quiero usar más espejuelos —su madre estaba leyendo un libro, ella levanta la mirada y asiente; Cassio la mira extrañado, su madre se oponía a que su hijo se sometiera a una operación por miedo, pero en este momento ella estaba aceptando sin protestar, él desvía la mirada se sentía avergonzado, lo más probable ya sabia lo que había pasado.

—Hice cita con el nutriologo —su madre cierra el libro — A veces nos topamos con pésimas personas.

Cassio no respondió se dio la vuelta, lo menos que quería era hablar el tema con su madre, Leyla le había roto el corazón y se había jurado que nunca más ninguna mujer tendría el poder de dañarlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.