Primera cita.
P.O.V. LANA COLTER.
Revisó mi closet buscando que ponerme para la ¿cita? ¿sería una cita? ¿O no?
Suspiro y mejor busco que ponerme, aún sigo con mi pijama de stitch. ¿Me pongo un vestido? ¿Un pantalón? ¿Una falda? ¿Qué se supone que me tengo que poner?
Creo que será mejor un pantalón con una linda blusa y un abrigo, no creo que quede mal. Busco entre mi ropa hasta encontrar lo indicado.
Un pantalón azul, una blusa amarilla de tirante y mi abrigo negro termina siendo lo que me pongo después de haberme bañado, terminó acompañadolo con unas zapatillas negras, no creo que ve mal.
Dejo mi cabello suelto, tomó mi dinero y lo guardo en mi bolsillo al igual que mi celular, miro el reloj de mi mesita de noche, 11:27.
Me siento en mi cama, esperando que el hombre llegue a sonar.
¿Él también estará impaciente por llegar? ¿O sólo soy yo la impaciente? ¿Le gusta como me veo? ¿O se enojara por mi forma de vestir?
"Creo que cualquier cosa que te pongas se verá bonito en ti"
Sus palabras llegan a mi mente, si le gustará ¿O podré cambiarme? No, no lo creo. Me levanto de la cama y me vuelvo a ver al espejo.
¿Y si me cambio la blusa? ¿O el pantalón? Por qué el abrigo sólo tengo dos y este es el que mas gusta.
Él hombre suena haciendo que me sobresalte, me acerco a la ventana de mi habitación, puedo verlo, igual que ayer tiene un traje puesto sin el saco, está vez la camisa manga larga es blanca, en su mano trae una rosa bonita.
Sonrío y salgo de mi habitación cerrando la puerta con llave, bajo las escaleras y abro la puerta con una sonrisa, él me repara con la mirada de abajo hacia arriba haciendo que mis mejillas se pongan rojas y él sonríe de lado.
-- Te ves muy hermosa -- dice finamente y me extiende la rosa que aceptó con gusto.
-- Gra-gracias -- Eso lo hace sonreír más. Dejo.la rosa en la mesa que está cerca de la puerta, la vendré a guardar cuando llegue.
-- ¿Estas lista? -- me extiende su mano.
-- Si -- respondo tomado su mano, cierro la puerta.
Él me lleva caminado calle abajo, nuestras manos van unidas, la suya es más grande, apenas y puedo tomarlo de la mano.
Sonrio -- ¿Qué hiciste hoy? -- pregunto.
-- No hice nada, no se puede hacer mucho en la mañana -- él rie.
-- Se puede hacer mucho en la mañana.
-- La diferencia es que yo no tengo nada que hacer -- vuelve a reír.
-- Tienes razón, yo estuve en dos viodecoferecias.
-- Eso suena aburrido.
-- Es por que lo es -- río.
-- ¿Do-donde iremos? -- pregunto.
-- Se de un lugar único para ir a comer.
En unos minutos estamos enfrente de un bonito restaurante, uno que da más al aire libre, tiene muchas plantas, lo había visto cuando pasábamos con mi madre pero a ella nunca le gustó en cambio a mi siempre me llamo la atención.
-- ¿Te gusta? -- pregunta el alpha Christopher.
Asiento con una sonrisa, emocionada, él sonríe. Cruzamos la calle y entramos al restaurante, una de las empleadas nos lleva a una mesa.
Todo se ve lindo y es fresco estar dentro, la decoración es muy hogareña. El alpha Christopher me ve con una sonrisa.
-- Estás muy emocionada -- afirma y yo sonrío si es aún posible.
-- Me gusta el lugar -- le digo mientras veo la carta del restaurante.
Hay muchos platos que se me hacen apetecibles. ¿Tengo que pedir mi comida yo misma? ¿O lo hará él como lo hace mi madre? Miro algo dudosa la carta.
-- ¿Qué quiere pedir?
Lo miró un momento -- ¿Puedo pedir cualquier cosa?
Él me mira extrañado -- Si, si te gusta lo puedes pedir.
Reviso nuevamente la carta, puedo pedir cualquier cosa, oh, tal vez un plato de carne con ensalada, madre sólo me deja comer una vez a la semana carne. Al final pido carne y él pescado.
-- ¿No te aburre ser alpha? -- pregunto.
-- A veces puede ser estresante pero vale la pena. Además con la ayuda de mi beta a veces es fácil.
-- ¿Tu beta? No recuerdo quién es.
-- No debes recordarlo, es a mi quién tienes que recordar -- río.
La camarera llega con nuestro pedidos, nos deja las platos enfrente junto a nuestra bebidas, ambos pedimos una coca cola.
-- ¿Cuál es tu color favorito? -- pregunto y él sonríe.
-- Son mucho a colores.
-- Pero siempre hay uno que las personas les gusta más. El mío es el celeste.
-- El verde -- termina respondiendo con una sonrisa.
Me la pase haciendo preguntas y en sólo respondía con una sorisa de vez en cuando era él quien me las hacia y quedó sorprendido al saber cuando es mi cumpleaños.
-- ¿Año nuevo? -- pregunta aún sorprendido.
Ya habíamos terminado de comer, la camarera ya se había llevado los platos vacíos y nos había traído más coca cola.
-- Si.
-- Eso será en dos semanas.
-- Exacto, mi padre decía que siempre terminaba bien el año.
-- Sin duda alguna -- dice él y yo rio -- ¿Y la pasarás con tu madre?
--Bueno… mi madre sólo me compro un horrible vestido -- hago una mueca y él sonrie -- y me lleva a comer lo que ella quiera.
-- ¿No sería lo que tu quieres? -- niego con la cabeza.
-- Mi madre es quien decide todo -- respondo con la cabeza baja.
-- ¿Y yo podré ir? -- mis mejillas se tornan rojas.
-- No se, si es lo que quieres.
-- ¿Tu quieres que esté contigo? -- asiento con la cabeza -- Bien, sin ninguna falta -- sonrió.
Antes de que responda mi celular suena y rápido contestó al ver que es mi madre.
-- ¿Dónde estás Lana? -- pregunta.
-- Emm… so-solo salí un rato a despejarme.
-- Ven rápido, tengo que ir a una fiesta de una amiga y tú te querrás en casa.
-- Y-ya iré -- cuelgo la llamada y miro al alpha Christopher -- M-me tengo que ir -- digo.
-- ¿Tu madre?
-- S-si, ella saldrá está noche y me tengo que ir ya -- me levanto y él hace lo mismo.