¿Qué tanto daño te han hecho Lana?
P.O.V. CHRISTOPHER SCOTT.
Llevó de nuevo a mi habitación a Lana, ella ya tiene los ojos entrecerrados por causa del sueño, se quedó hablando con Aby.
-- Es muy grande -- dice.
-- ¿Eh?
-- La mansión.
-- Ah, ya te acostumbraras.
Abro la puerta de la habitación y dejó que pase primero, ella camina hacia la cama y se deja caer mientras abraza una almohada, sonrió.
¿Por qué todo lo que hace se ve tan tierno?. Todo de ella es tierno y me encanta eso.
-- ¿No te podrás el pijama? -- pregunto mientras me quito el saco.
-- No se donde está mi ropa -- responde y vuelvo a sonreír.
-- Está en el closet, pedí que la subiera.
Ella abre los ojos y con pereza camina al closet, vi y detrás de ella, abre la maleta y busca el pijama a tenerla en sus manos sólo me mira de reojo con sus mejillas sonrojadas.
-- ¿Qué?
-- Me qui-quiero cambiar.
-- Pues… cambiante.
Ella se pone colorada y mira hacia otro lado -- Pe-pero no quiero que ve-veas.
Rio-- Bien, sólo sacaré mi pijama -- camino hacia los cajones y saco mi pijama, salgo del closet viéndola de reojo, aún sigue con el rostro rojo.
Camino al baño y me cambio rápido la ropa, ya me sentía incómodo con el traje, a veces hasta me parece asfixiante.
Salgo del baño y veo que Lana ya se volvió a acostar en la cama con las cobijas cubriendola. Rodeó la cama y me acuesto del otro lado, ella ya está dormida, lo puedo notar con lo relajada que se ve y su respiración tranquila.
Me quedo embobado viéndola, ella es tan hermosa y tierna, no importa cuantas veces ya lo dije, lo dice siempre.
Con sólo pensar lo que dijo su madre, eso no es verdad, yo no cambiaría a Lana, cuando la vi por primera vez, ella es mía y yo estoy dispuesto a hacer todo para que lo siga siendo.
Lana se mueve hasta quedar pegada a mí y levanta su pierna hasta dejarla encima de mí, sonrió aún más. Dejó que esté así, se ve muy cómoda.
No entiendo cómo es que no tiene loba, si sus padres eran lobos, es lo más lógico que ella también tenga ese gen pero no, me confundió eso por que a veces siendo que su comportamiento es el de una Omega. Tengo que esperar a que ella me hable de ese tema, no quiero preguntar algo que la ponga triste.
***
Me muevo de un lado para el otro y abrazo a una almohada, abro los ojos extrañado ¿No debería estar aquí Lana?
Levantó la cabeza buscándola con la mirada pero no está, me levanto de la cama, la busco en el Abalo y en el closet pero no está.
Me baño rápido y me pongo un traje negro sin el saco, salgo de la habitación, bajo la escalera rápido y sigo su aroma hasta encontrarla afuera, en el patio. Está sentada en el césped revisando unas plantas con el jardinero, él le está diciendo algo mientras Lana termina de sembrar una planta. Me acerco y el jardinero es el primero en notarme.
-- Alpha -- saluda y yo asiento con la cabeza, se despide de Lana y se va.
-- ¿Qué hacías? -- pregunto cuando ya se la respuesta.
-- Me le-levanté temprano y él lle-llegó y me enseñó a plantar -- señala las flores que están enfrente de ella -- ¿T-tu gustan? Por que si no puedo quitarlas…
-- Me gustan -- digo.
A ella parece gustarle, además, no se por que debería dar mi aprobación en eso, son sólo flores pero Lana busca una aprobación como si la si ya no fuera suficiente cuando debe de ser la más importante.
-- ¿Ya comiste? -- preguntó mientras ella se levanta y sacude sus manos.
Milagrosamente no se ha ensuciando y yo que cuando ayudaba a mi mamá a hacer cualquier cosa termina todo sucio por eso no me gusta para nada el blanco y Lana lleva una sudadera blanca.
-- N-no -- responde escondiendo sus manos en su espalda.
-- ¿Pasa algo? -- pregunto al notar como desvía la mirada.
-- Es que… -- se balancea de atrás hacia delante -- Me comí una manzana -- lo dice como si hubiera cometido el error de su vida.
¿Qué tiene de malo que se coma una manzana? Si quiere una la puede agarrar y ya.
-- ¿Y qué pasa con eso?
-- Ya comí eso.
-- Pero eso no es desayuno. El desayuno es la comida más importante del día.
Ella no responde y sólo se queda quieta como si esperará algo pero ¿Qué cosa?. Me agachó un poco para quedar a su estatura.
-- Lana, yo no te diré nada si comes una manzana antes del desayuno, si quieres hasta ordenó que siembren un árbol. Pero aún así debes comer algo más, una manzana no te puede llenar.
-- B-bueno -- responde con las mejillas rojas.
¿Qué tanto daño te ha hecho tu propia madre, Lana?
-- Ven, tiene que comer -- le ofrezco mi mano y ella con algo de nervios la toma.
La llevó de nuevo adentro, ya estamos en invierno y ella afuera con una si por sudadera, se puede enfermar, ella misma lo dijo. Al entrar cierro la puerta, ayer mande a que la temperatura de la mansión estuviera cálida para que a Lana no me pasará nada.
La llevó a la cocina, mayormente como en mi despacho pero eso ya no lo haré. El desayuno es tranquilo no fue difícil hacer que hablar de algo que le gustará y en este caso fue que siempre quiso plantar flores pero que su madre decía que para eso estaban los jardineros.
Al menos Lana se distrajo un poco conmigo, la hice reír mucho aún cuando ella hacía el vago intentó de no reír. Al finalizar el desayuno me pidió permiso para arreglar el closet y extrañado le dije que si, ella subió las escaleras corriendo.
No me gusta que me pida permiso, ella puede hacer lo que quiera y yo no soy quién para detenerla, claro, sólo si no lleva un riego. Tengo que comprarle ropa con lo que trae no va a ser suficiente.
-- ¡Chris! -- Enrique entra abatido a la cocina.
-- ¿Qué? ¿Viste a un fantasma?
-- No se quien les dijo pero los del co dejó saben que encontraste a tu mate y que no es una loba.