Ella es mía (trilogía Trillizos, Libro #3)

Capítulo 17

Mi marca.

P.O.V. CHRISTOPHER SCOTT. 

-- No quiero -- dice Lana con las mejillas rojas y yo sonrío.

Paso mi nariz por su cuello haciendo que rías y pasa sus manos por mi cabello, no me tendejo, y sigo hasta llegar donde llevaría mi marca. Noto como se pone nerviosa y me separó, no quiero que se sienta incómoda.

Además, estoy arriba de ella, desde hace diez minutos estoy intentando que se levante.

-- Pu-puedes ha-hacer e-eso de nuevo-o -- dice con el rostro rojo.

Vuelvo a pasar mi nariz por su cuello y ella pasa sus manos por mis brazos.

-- ¿Te gusta? -- pregunto cerca de su oreja.

-- S-si. Mu-mucho.

Sonrió por ese maravilloso descubrimiento, lo haré más seguido. Levantó mi rostro para verla, sus mejillas rojas me encantan, tiene los ojos cerrados, está disfrutando que pase mi nariz en su cuello.

Aprovecho que tiene los ojos cerrados y uno nuestros labios, no hemos vuelto a besarnos desde su cumpleaños, sólo me da besos en la mejilla pero es difícil resistirme a esos labios tan dulces y rosados que tiene Lana.

El beso se vuelve más largo cuando Lana enreda sus brazos en mi cuello, hago de lado mi rostro para poder besarla mejor. Mis manos pican por querer tocarla pero no quiero que se sienta incómoda ni presionada.

-- Chris -- susurra sobre mis labios.

Me separó, ella tiene la respiración agitada y su rostro está lo más rojo posible haciéndola ver tierna. Sus ojos brillan.

Ella vuelve a unir nuestros labios, quiero tocarla, quiero sentir su piel con mis manos. Mi lobo se remueve inquieto por querer marcala. Terminó cortando el beso y Lana no deja que me separe mucho.

-- Lana -- llamó pero ella sólo sonríe.

-- ¿T-te gustó? -- pregunta y se que no debo darle una respuesta negativa, además, nunca le diría no a sus beso que saben a gloria.

-- Me encantó -- paso una vez más mi nariz en su cuello.

Quiero marcarla.

-- C-Chris -- llama con nervios y le canto mi rostro para verla, sus manos ahora están en mi pecho y el sonrojo no se ha ido de sus mejillas -- ¿T-tu me ma-marcaras? -- pregunta con la vista en sus manos.

-- Yo quiero marcarte pero no lo haré hasta que tú me lo pidas.

-- ¿Y s-si te lo pi-pido ya? 

Sonrió emocionado al saber qué quiere mi marca.

-- Dilo -- pido -- mírame y dilo.

Sus ojos viajan hasta los míos, mi sonrisa no se va y menos se irá si ella lo dice.

-- Quiero t-tu marca A-alpha -- pide.

La besó de nuevo, mi lobo está feliz al oírla decirlo y a mi no me cabe la felicidad, ella besa tan bien. Y hago lo que me aguantando, paso mis manos sobre su cintura hasta llegar a sus muslos.

-- Eres tan hermosa -- murmuró cuando me alejo para besar su cuello y ella ríe.

Lana pasa sus manos por mi abdomen, pero las dejan ahí mientras yo respeto besos en su cuello y hombro, la escucho gemir.

-- Chris -- dice en voz baja, subo mi mano llevando con ella la camisa de su pijama hasta quitarse la componente y mi atención va directamente a un lunar cerca de su pecho.

Oh, será mi lunar favorito sin duda alguna, Lana tiene las mejillas rojas, ella no sabe cómo actuar y eso me parece tierno. No hace mucho sólo deja sus manos en mi pantalón, no sé en qué momento bajaron más.

-- Quítame la camisa -- digo en un susurro.

Y así es como comienza, yo guiandola en cada paso, hasta poder hacerla mía de distintas formas.

Ella ya es completamente mía, Lana ya lleva mi marca en su cuello y el vínculo ya está cerrado. Oh, cómo quisiera llevar su marca en mi cuello, sin duda alguna la portería con orgullo.

***

Me muevo en la cama buscando a alguien, pero no la siento y abro los ojos, en lo correcto, ella no está aquí.

Vale, no era lo que yo esperaba al despertar después de lo que tuvimos, espera, ella ¿Se levantó?

Una humana no se puede levantar después de que es marcada, queda inconsciente por que es algo nuevo en su cuerpo, Joseline quedó tres días inconsiste y mi hermano estaba que escapaba las paredes, papá lo explico, una humana queda incosiste de dos a tres días.

Me levanto de la cama y visto rápido, aunque la ropa ya no está tirada en el suelo, ella debió recogerla, diosa, me la imagino con sus mejillas rojas pensado. Sonrió inevitablemente.

Salgo de la habitación y bajó las escaleras, escuchó unas voces en la cocina que no tardó en seguir. Lana es la primera en notarme y corre hacia.

-- Chris -- me abraza por la cintura y sonrió, se aleja -- T-tu tía hi-hizo comida -- dice y educado veo a mi tía Jacqueline en la cocina con una sonrisa.

Lana regresa a lo que estaba haciendo y yo me acerco a abrazar a mi tía.

-- ¿Cuándo pensabas decírmelo? -- pregunta después del abrazo con los ojos entrecerrados.

-- Es una larga historia -- murmuró.

Lana va a llamar a los demás para poder comer, aun tiene las mejillas rojas.

-- Christopher -- dice en un regaño a mi espalda y se quien es.

Me doy la vuelta -- Hola tío.

-- ¿Cuándo nos iba a decir?

-- Cuando los viera.

Mi tío niega con la cabeza y se acerca hacia nosotros.

-- Bueno… cuando estuviera a salvo.

-- ¿Por qué no lo está ahora?

-- Los del Consejo -- mi tío suelta un suspiro.

-- Hablaremos de esto después -- me señala con un dedo.

-- También he visto hablar con mi tía -- ambos nos volvemos a ver.

-- Hablaremos luego -- dice ella igual que mi tío, tal para cual ellos.

Los demás no tardan en aparecer, Lana ayuda a mi tía a llevar la comida hasta la mesa, me gusta verla así, feliz. Ella se lo merece, merece la felicidad que todo le pueda traer.

La cena pasó entre risas y escenas vergonzosas, creí que me salvaría de historias malas mías pero no, mi tío sacó a relucirlas. Claro, estuve a punto de gruñir pero Lana reía, reía tanto que iluminaba el comedor y había puesto su mano en mi brazo en un intento de relajarme y funcionó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.