*Omnisciente*
Para algunos adolescente el mejor día de su vida es ser mayor de edad, para algunos representa independencia, responsabilidad y el deseo de ser libre y elegir su propio destino.
No todos tienen ese concepto; unos siguen siendo personas sin madurez mental y que aun deben crecer y aprender de su corta vid... que un pequeño toque de sensatez les llegue a la cabeza y así comprender.
Parada en medio del salón de visitas de su casa bajo la mirada de sus padres, Samantha espera la gran noticia que ellos tienen para darle.
-Tú hermana estaría en este momento brincando de felicidad de por fin ser mayor de edad. Tú sólo tiembla como un animal que espera ser botado de su hogar.
-No soy ella, y si tiemblo es por no saber que saldrá de sus bocas como buena noticia, que para mí no será de felicidad.
Dichas esas palabras, su madre se levanta del sillón en el que se encuentra y le carga en su delicado rostro una bofetada, el cuerpo de Samantha, se sacude con violencia al recibir el golpe y rápidamente las lágrimas comienzan a salir.
No es dolor físico el que causante de sus lágrimas, es el dolor en su alma.
-Insolente, eso es lo que has sido todos estos años. Si nos hubieran dado la oportunidad de elegir entre la vida de tu hermana y tú, sin dudar habríamos elegido a nuestra pequeña Salomé.
Esas palabras son cuchillas para su amagullado corazón.
Jamás tendrá el cariño de ellos, jamás superan la muerte de su hermana, y jamás entenderán que ella no fue culpable de nada.
-Uno de mis socios esta sumamente interesado en ti, y ahora que has cumplido la mayoría de edad no será un problema para sacarte del país.
Su cuerpo se congela al escuchar las palabras de su padre, su corazón se detiene y su respiración se agita.
-¿Q-u-é, Q-u-é quiere decir?
El temblor en su voz y la torpeza de esta provoca que su madre sonría.
¿Cómo puede sonreír con algo así?
-Que dejaras de ser un maldito estorbo en nuestras vidas, te he vendido a mi Socio, Anthony Still .
¿Qué?
Siente su cuerpo desfallecer, por lo que cae de rodillas al suelo, duele claro que si, el golpe fue fuerte y nadie intento ayudarle, pero duele mucho más entender lo que esta diciendo el hombre que tiene enfrente, que dice ser su padre.
La vendieron, como si fuera algún objeto más de la casa.
No sienten ni el más pequeño afecto por ella.
¿Está permitido vender a una persona?
¿Dios permite que esto pase?
Llora desconsoladamente con la mirada baja sintiendo sus fuerzas desaparecer.
-No. No. No... No puedes hacer eso, soy tú hija, eso es un delito.
Balbucea con voz rota.
-Mi hija murió hace años, tú no eres nada de esta familia, y nadie tiene porque saber que es un delito.
Odio.
Rabia.
Dolor.
Sentimientos que ahora se albergan en su corazón.
Esas personas no tienen corazón, ella es su única hija, ¿por qué no disfrutar con ella su vida? Si ya saben lo horrible que es perder a un ser querido entonces, ¿por qué hacen esto con ella?
Con esfuerzo y mordiendo sus labios para no soltar ningún quejido de dolor se levanta del suelo, caminando casi arrastra hasta el sillón a un lado de la ventana. Su madre sólo le dedica una mirada fría, sin sentimientos algunos.
-Soy mayor de edad, ustedes ya no tienen derecho en mí. -saca fuerzas de su interior, coraje de su corazón y enfrenta a ambos con dolor al mirarlos-. Me marchó y así no volverán a saber de mi, no les molestare jamás...
Una risa maliciosa se escucha en la habitación, es su padre quien ríe sin emoción.
-Eso lo hubieras hecho antes, ya no hay nada que puedas hacer, mañana te iras con Anthony, y dejaras de existir para esta familia.
Una madre debe querer y adorar a sus hijos, dar hasta su vida por ellos, o eso es lo que ella ha escuchado; no obstante, la suya no es ni una, ni la otra... Únicamente un ser lleno de resentimiento con la vida por haberle arrebatado a una de sus hijas y que jamás volvió a ser la misma, olvidando por completo que aún quedaba otra que anhelaba con el corazón su amor.
"Él me ayudará"
Ese pensamiento hace que una pequeña sonrisa acompañe a su dolor.
Esta noche lo ira a ver, le contará todo lo que ha vivido y lo que están por hacer sus padres. En las últimas semanas ha logrado ver que algo ha cambiado en él, ya no la ve como un problema, si no que la mira con algo más que fastidio, pero aún no sabe que es.
-Esa sonrisa me indica que tienes algún plan -su madre se acerca a ella y sin cuidado la toma del brazo levantándola de un fuerte jalón-. Ni se te ocurra pedirle ayuda al vecino...
Abre sus ojos a más no poder al escuchar esas últimas palabras.
¿Cómo saben ellos de él?
-Creías que no sabíamos que por meses has estado detrás de ese muchacho, y ni así has logrado que te tome en cuenta. -ahora es su padre quien le habla, pero está vez con algo oculto en sus palabras-. Sería una pena que le sucediera algo... Es más seria una desgracia para el vecindario qué uno de sus habitantes apareciera muerto en medio de la calle...
-¡NO!
Grita de dolor, con sólo escuchar decir esas palabras.
"Están jugando ellos no serían capaz de hacer algo así"
Un nudo se forma en su garganta y un dolor de cabeza la acompañan ahora.
—No se atreverían, ustedes no son asesinos.
-Intenta hablar con él, y verás de lo que somos capaces, Samantha.
Llora de dolor e impotencia, ¿cómo ha sido posible que su vida llegara hasta este punto?
-Que para mañana a primera hora estén lista tus maletas. Vivirás el infierno mismo con Anthony, el mismo infierno que hemos vivido sin tu hermana...
"¿cual infierno han vivido ellos?
Soy yo quien ha vivido dentro de él por años"
"volverlo a vivir ya no es una opción, nada bueno ha surgido de ello, y quizás lo más hermoso e importante de vida ahora este en peligro"