De vuelta en casa
Me encuentro frente a una gran casa de dos pisos color blanco con detalles oscuros, con grandes ventanales y un gran jardín frente a la propiedad. Miro a mi alrededor y nada a cambiado, las demás casas son igual de grande y todas cuentan con un jardín enfrente con grandes árboles y otro jardín igual de grande en la parte de atrás.
—¿vas a entrar? —me pregunta mi madre pasando por mi lado
—supongo— le respondo en un susurro, tomando mi maleta y dirijiendome a la entrada de la propiedad
Dentro todo es en colores claros, desde las paredes hasta los adornos qué están por todas las partes de la casa, con una gran iluminación natural, que entra por los ventanales y hace que todo brille.
—Bienvenida señorita, su maleta ya se encuentra en su habitación, y su madre a pedido que valla a la sala de estar —escucho una voz detrás de mi, y volteo encontrándome a Marién, una mujer de alrededor de sesenta años que a trabajado en esta casa desde que tengo memoria.
Me gustaría decir que ella es como una segunda madre, pero no, ella solo se limita a hacer su trabajo sin relacionarse demasiado con ningún miembro de la casa.
—gracias Marién, enseguida voy— le digo y me dirijo a la sala de estar, dónde mi madre se encuentra sentada, en un sofá blanco, debo resaltar. Con una taza de lo que creo es té, en la mesa que se encuetra frente a ella.
— qué bien que estas de vuelta hija, ya era tiempo de que regresaras — la escucho decir mientras toma un sorbo de té y deja la taza frente a ella nuevamente — podrás regresar a clases a partir de mañana, Mauricio te llevara y recogerá después clases. Y por la tarde iras con tu padre a la empresa para que puedas seguir con tu entrenamiento, ya lo arregle todo, ahora puede ir a descansar a tu cuarto.
—si, madre— es lo único que digo, que le puedes decir a alguien que cree que puede manejar tu vida a su antojo.
Me voy en dirección a mi habitación mientras pienso que no debí volver, allá era feliz, era libre de tomar absolutamente todas mis decisiones. Aquí mi madre decide lo que debo hacer o al menos tiene "gran influencia" en las decisiones importantes. Claro que "gran influencia" es no tomarme en cuenta.
Subo las escaleras del segundo piso, y entro a la segunda habitación del lado derecho. Todo sigue igual, la cama al centro de la habitación, frente a esta el escritorio con todos mis libros. Qué, por si fuera poco, todos son de temas elegidos por mi madre.Nada en esta habitación se siente realmente mío, pese a haber estado aquí veinte años de mi vida.
Cierro la puerta y me acerco a la cama sacando mi celular y por fin tocó el icono de ”llamar” que ya se encuentra en la pantalla desde que aborde ese avión.
—Dile “hola”, es mamá —escucho la voz de Bastián al otro lado de la línea y la dulce voz de mi pequeño Dariel balbuceando un suave “hola” y allí me doy cuenta de cuánto me acostumbré a tenerlo a mi lado. Solo espero verlo lo más pronto posible
–hola cariño