Cassidy
De regreso a casa, como es costumbre nadie dijo nada, y desconozco la razón de porque cenamos está noche con un Colmán.
Tengo tantos sentimientos encontrados que en cualquier momento podrían llegar a desbordarse por mis ojos. Y cualquiera que me viera en este instante sabría todo aquello que guardo dentro.
Salgo de mis pensamientos en cuanto escucho las puertas del auto ser abiertas y poco después cerradas. Madre y padre ya están caminando en dirección a la entrada de la gran casa y en el auto solo quedamos el chófer y yo.
–otra cena exitosa en familia–digo para mí misma, mientras trato de disimular que no me duele su falta de atención, debería estar acostumbrada. Pero uno nunca deja de esperar a que las cosas cambien.
Salgo del auto en lugar de seguir sintiendo lástima por mí misma y camino hacia el interior de la vivienda en dirección a las escaleras que me lleven a "mi habitación” dónde cierro la puerta y me recargo en esta un instante.
Decido que ya ha sido suficiente por esta noche. Me acuesto en la cama y cierro los ojos poniendo mi mente en blanco.
Me despierto, solo para darme cuenta que dormí tal cual llegué anoche. Volteo en dirección al despertador y aún falta medía hora más para que esté suene, lo que es una suerte ya que me permite tomar una ducha un poco más larga que quite todo el cansancio.
Salgo en dirección a mi guarda ropa y tomo uno de los tantos vestido que en este se encuentran, me lo colocó y no me siento yo misma. Así que abro mi maleta (aún sin deshacer) y tomo un suéter que me pongo encima del vestido.
–Así está mejor– digo para después desenredarme el cabello y creo que ya es hora de cortarlo, pues me llega más abajo de la cintura y cuidarlo es un lío.
Ya completamente vestida y maquillada salgo rumbo al comedor, dónde padre y madre ya se encuentran en este, pese a ser más temprano de lo habitual.
–cuando le dirás –escucho la voz de madre un poco baja, lo que me hace preguntarme de que estarán hablando.
–cuando lo crea conveniente –le responde padre y finaliza la conversación al notar que estoy cerca.
–Buenos dias–digo cuando los dos posan sus ojos sobre mi.
–que bien que ya estés lista–dice madre incitandome a tomar asiento frente a ella –hoy no irás a la empresa con tu padre– continúa hablando. No pregunto pues no me importan sus razones, de hecho creo que así es mejor.
–Bien–digo y comienzo a comer.
Una vez que termine me pongo de pié, tomo mi mochila de manos de Marien y me dirijo al auto en dirección a la universidad.
Una vez en la entrada camino a mi primera clase. dentro me siento en las primeras filas que son las menos concurridas, pues la mayoría de los estudiantes prefiere sentarse del centro para atrás.
Por qué?... no lo sé, pero eso me conviene pues desde el primer día he evitado acercarme demaciado a los demás. Al principio se me acercaban a preguntarme sobre porque desaparecí. Mi respuesta siempre fue la misma. "Fuí de Intercambio".
A medida que más gente se me acercaba, más fría les contestaba para tratar de alejarlos y que dejasen de hacer preguntas. Con el tiempo lo entendieron y ahora solo nos hablamos si es necesario para algún trabajo.
Esa regla no aplica con todos.
–hola, chica–me dice la alegre voz de Berah.
Con ella es diferente. Pues a ella la conocí mi primer año aquí y pudimos ser buenas amigas, pues mis padres la aceptaron en cuanto supieron que era de "nuestro círculo". Fue grandioso pues ya no estaría más sola.
Ella fue la primera en acercarse a mi regreso y sigue igual, como si no hubieran pasado ya dos años desdé que no vimos.
–que tal, cómo estás?– le pregunto haciendo a un lado mi mochila para que ella tome asiento.
–exelente, Roman y yo cumplímos un año está semana y necesito comprarle un obsequio– Roman es su novio, me lo presento hace poco mientras la esperaba en el comedor.
Es un buen chico, de hecho me agrada y estoy feliz de que sean pareja. Ellos dos son los únicos a los que les he permitido acercarse hasta ahora.
–y bien, ¿Qué piensas regalarle?– le pregunto mientras anotó lo que el profesor va escribiendo en la pizarra.
– todavía no estoy segura, pensaba un reloj... pero casi no usa relojes, tal vez una cartera hace poco dijo que quería cambiarla...pero creo que se acaba de comprar una. Podría ser una mascota!!. Me dijo que siempre había querido tener un perro...
–No era alérgico a los animales? – la interrumpo volteandola a ver un segundo.
–cierto – se desánima un poco pero vuelve a hablar como si nada – bien... Que tal un vídeo juego. No se nada de video juegos pero puedo preguntarle a su hermano cuáles le gustan y así no tendría que...
–señorita, podría guardar cilencio– se calla en ese instante y en cuanto el profesor se voltea a seguir anotando, dirije su mirada en mi dirección cuestionandome.
–intente llamar tú atención en cuanto empezaste a subir el volumen, pero me ignoraste– le digo encogiendome de hombros.
– rayos– dice cuando nota que el profesor comienza a borrar y su cuaderno solo tiene escrita la fecha y el título.
–Eres un amor– me dice en cuanto le extiendo mis apuntes para que los copié.
–lo sé –le digo para volver la vista al frente para seguir prestando atención al resto de la clase.
♡♡♡
Un poquito del día a día de nuestra querida Cass.