Ella no Es Perfecta

⋆Capitulo 12⋆

Jasón

Abro los ojos de a poco, para seguido sentarme y dar vuelta en la misma para retirarme la frazada y sacar los pies de la cama. Me pongo de pié y voy directo al baño para asearme y comenzar el día, pues a las ocho tengo una reunión con mi equipo.

No necesito ver la hora, ya que estoy seguro que son las siete en punto, mi cuerpo se ha acostumbrado, pues tengo años despertando a la misma hora.

Cuando termino de ducharme salgo en dirección al guarda ropa y elijo un traje color gris de tres piezas, que combinó con una camisa blanca, perfectamente planchada.

Ya listo, me coloco un poco de loción y voy en dirección a mi mesita de noche para tomar el reloj que siempre cargo conmigo y ponermelo por fin listo para salir.

Cruzó la puerta que da hacia mí oficina y voy directo al mini bar a encender la cafetera. Voy en dirección a mi escritorio y le hablo por el intercomunicador a mi asistente para que me traiga los papeles que necesitan mi firma o en su caso, que los revise.

Henry entra por la puerta con una pila de papeles que me hacen poner mala cara, en momentos como estos me gustaría tomar una vacaciones. Pero el señor quería ser jefe, así que a trabajar.

Con un suspiro le pido que los deje en mi escritorio y le doy las gracias por traerlos. 

Comienzo a revisar uno por uno. Me detengo en el momento que suena la cafetera, me pongo de pié y voy a por una taza para poder servir mi café, ya listo lo llevo conmigo de vuelta a seguir revisando más y más papeles.

Levantó la cabeza en cuanto escucho que abren la puerta, para ver a Henry asomar la cabeza.

–ya están todos en la sala, solo faltas tú – me dice y termina de abrir la puerta.

–Bien, ya voy– digo para ponerme de pié y acomodarme el traje.

Camino hacía la puerta y paso por un lado de Henry para caminar por el pasillo hacia el lado contrario del asensor, dónde hay una pared de cristal que da a una pequeña sala de espera.

Abro la puerta y dentro de encuentran al rededor de seis personas.

–adelante– digo y todos se ponen de pié para seguirme a la habitación de al lado. Dónde se encuentra una pequeña sala de reuniones con una gran mesa cuadrada y tres sillas en cada lado. Menos un lado que es dónde únicamente se encuentra una más grande que el resto, que es la mía. 

Todos toman asiento, dejando las tres sillas frente a mi desocupadas.

– Bien, comenzemos – digo para dar inició.

...

Después de alrededor de una hora por fin hemos terminado.

– ya se pueden ir– digo y todos comienzan a ponerse de pié.

–por cierto... Mattew, Garrett podrían quedarse un momento – pregunto y los nombrados vuelven a tomar asiento.

–claro, que ocurre?– dice Matt un poco extrañado.

– El señor Prescott ha aceptado ser socios– les doy la noticia y veo sus caras de asombro y alegría.

–Yo sabía que aceptaría – festeja Garrett.

–pero... – digo y se ponen serios – mepuso una condición – continúo esperando alguna reacción de su parte.

– ¿Qué condición?– dice Garrett un poco preocupado.

– debo dejar que su hija trabaje con nosotros.

–acaso estás loco– me dice Matt – que tal si quiere información de la empresa, o tiene algún otro plan para usar a su hija contra nosotros, sabes lo que nos costó levantar la empresa.

–lo sé. Matt, tranquilo – lo calmó.

–aceptaste– vuelve a hablar Garrett.

–si.

–Bien, confiamos en ti. Pero ten cuidado con ella– menciona Matt. Y lo veo como si se estuviera preocupando por nada.

–Hablo enserio Jasón, porque querría que su hija trabaje con nosotros cuando el tiene su propia empresa y podría darle el puesto que ella quisiese.

Bien. Mattew tiene un punto y estoy de acuerdo con él.

– debemos irnos– dice Garrett viendo su celular y poniéndose de pié – Jasón, piensa bien que harás con ella– dice para después salir seguido de Matt.

Mattew y Garrett estuvieron conmigo desde el inicio. Garrett esta en el puesto de Gerente, y Matt decidió quedarse en el departamento de contabilidad.

Después de unos segundos yo también me pongo de pié y salgo en dirección a mi oficina nuevamente.

...

Al medio día ya dejé el saco por algún lado de mi oficina y la camisa la llevo remangada a tres cuartos, además del cabello un poco despeinado. Me paresco a los niños, que van a la escuela bien arreglados y regresan como si los hubiesen arrastrado.

Aún no se que voy a hacer con Cass, no estoy muy seguro de nada, no tengo la menor idea de cuánto tiempo se quedará o si debo ponerla en algún área en específico. El señor Prescott no mencionó nada más aparte de el día en que iniciará.

Así que espero no equivocarme al momento de decidír que haré con ella.

– Henry –hablo por el intercomunicador – consigue un escritorio – pido, además de todo lo que supongo necesitará al momento de comenzar a trabajar.

Bueno, ahora solo falta saber dónde debo ponerlo...




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