— ¿Me extrañaste, detective?—le pregunta Martina al detective White en cuanto él y Loud entran a la sala de interrogación.
— ¿Sabes por qué estás aquí?—inquiere Loud mirándola fijamente con las manos cruzadas sobre la mesa.
—No, la verdad es que no. Supongo que para responder más de sus aburridas preguntas—se encoge de hombros con una sonrisa socarrona.
—Hemos comprobado que tu coartada no es del todo cierta como nos habías dicho.
— ¿Eso significa?
—Que te ubica en el lugar y la hora de los hechos—añade White—Además, se ha encontrado nueva evidencia importante para el caso, así que si antes no eras sospechosa ahora sí lo eres.
Martina suelta una risa incrédula haciendo ver a los detectives que no tiene nada de que temer. Sin embargo, su postula dice todo lo contrario.
El comportamiento de una persona durante la interrogación refleja algunos datos sobre su personalidad y pistas que nos pueden conducir a la verdad.
Martina siente una pequeña presión, a pesar de que ellos no digan nada, ella sabe que los detectives conocen o han descubierto algo que ella desconoce aún. Esas dos miradas fijamente sobre ella le quema, le hace sentir vulnerable, y solo desea que no lo noten.
—Creo que nos estás mintiendo—Loud suspira—Nos mientes, Martina.
—No.
—Sabes, no te ves tan afectada por la muerte de Agatha.
—Ni por la de Sergio o la de Lucy—añade White— ¿Qué pasó, Martina? ¿Acaso no erais amigos?
— ¿Qué vais a saber vosotros? Sergio y Lucy eran mis amigos, y a pesar de todo, cada uno de nosotros estaba para el otro. Ellos no lo merecían.
Frustración, nerviosismo y enojo se pueden apreciar en Martina, los detectives ya lo notaron, saben que ella en cualquier momento explotara y revelara todo.
Solo necesita un poco más de presión.
—White, ¿notaste que no mencionó nada sobre Agatha?—Loud lo vuelve a ver con las cejas fruncidas.
—Sí—White se levanta y camina por la sala, observando como Martina lo seguía con la mirada nerviosa— ¿Acaso vosotras no se llevaban bien como nos habías dicho? —se detuvo al lado de ella.
—No. Digo Sí—exclama
Bien. Su nerviosismo le jugó una mala pasada, se siente presionada por la presencia de White a su lado.
— ¿Fuiste vos? ¿La mataste?
— ¡No!—niega rápidamente acomodándose en la silla, evitando la mirada penetrante de los detectives.
— ¿Qué sucedió esa noche, Martina?—White caminó hacía el otro lado de la mesa para observarla de frente— ¿Acaso vos y Agatha discutieron?
—Sabemos muy bien que algo ocurrió ese día en la fiesta, en la casa del lago de tu familia, —menciona Loud— ¿Qué fue lo que de verdad ocurrió?
—Fue un error—espeta frustrada.
— ¿Qué fue un error? ¿Qué Agatha muriera? ¿Qué Sergio y Lucy se murieran? ¿O lo que hiciste?
—Agatha era tu mejor amiga, Martina. Necesitamos conocer toda la verdad que conllevó a que Agatha muriera esa noche—comenta White poniendo sus manos en el respaldar de la silla donde minutos atrás estaba sentado.
{...}
—Hola, Agatha—saluda alegremente Lucy llegando al casillero de su amiga.
— ¿Qué hay de nuevo?—Agatha le sonríe cerrando su casillero.
—Necesito de tu asesoramiento.
— ¿Para qué o qué?—la mira confusa.
—Tienes que ayudarme a elegir el vestido perfecto para el concurso.
—Como si Agatha pudiera reconocer entre un buen vestido y entre uno que no—señala Martina al escucharlas, pasa al lado de ellas y se sienta en su respectivo asiento.
— ¿De qué concurso habláis? ¿Me he perdido de algo?—Pregunta Agatha sentándose detrás de Martina mientras que Lucy se sienta a su lado izquierdo.
Tanto Martina como Lucy la vuelven a ver confusas por su pregunta y Agatha alza sus hombros.
—Sí, el concurso. Ya sabes, el baile de inspiradores del pueblo, donde se escoge a la reina, la Miss Harmony de este año—dice con obviedad Lucy.
—Se me había olvidado.
— ¿Cómo lo has podido olvidar?
—Lucy, Agatha tiene su cabeza tan metida en su mundo que cuando se realiza algo tan sofisticado ni se da cuenta. Además, nunca la escogen como participante así que este año será igual—comenta Martina con una gran sonrisa socarrona viendo a Agatha y ella rueda sus ojos.
— ¿Qué sucede entre vosotras?—cuestiona Lucy alternando su vista entre las dos chicas.
—Martina se ha olvidado de lo que significa una amistad.
—Y Agatha se le ha olvidado en donde vivimos, que somos de la élite y eso es lo único importante.
Lucy la observa sorprendida por lo que dijo, cuando iba decir algo el profesor entró haciendo que las tres volteen la vista al frente y presten atención.
—Bueno chavales, estos dos días dejaremos las largas clases habituales ya que se acerca el día de los inspiradores. Al parecer eso es más importante que aprender sobre la 2° guerra mundial—acota el profesor llegando a su escritorio. —Pero bueno, eso es lo que hay.
En el pueblo Harmony, el día de los inspiradores hace homenaje a todo aquel ser humano que ayudó, como su palabra lo dice, a inspirar a los demás con sus acciones. Cada año se realiza un baile para la celebración, en el cual se escogen a 15 chicas como invitadas presenciales para concursar por ser la reina y la Miss Harmony, ellas son las encargadas de escoger un caballero que las escolten en todo el trayecto.
Lo sé, se gastan miles de dólares en trajes, vestidos, comida y decoraciones para estos bailes, pero en cambio reciben otros cuantos miles que entregan a la causa. Sí, los invitados todos los años deberán donar cierta cantidad de dinero solo por el hecho de asistir, así ayudan e inspiran a otros a hacer lo mismo.
Desde que Agatha cumplió sus quince años, nunca la han escogido, en cambio Lucy y Martina han entrado todos los años. Lucy ganó el año antepasado, y Martina ganó el año pasado, así que no sería nada nuevo si este año Martina volviera a ganar.
Editado: 11.09.2020