El sentido de pertenencia es algo muy importante, claro si no quieres acabar como Karen.
Karen es una adolescente de 15 años feliz y contenta, sin ninguna preocupación. En su vida solamente se enfocaba en estudiar y divertirse ya que vivía en un pequeño pueblo. Hasta que un día sus papás deciden mudarse por un mejor trabajo y como decía su papá un mejor “futuro”.
En la madrugada exactamente a la 1am del 18 de enero se mudaron a la ciudad de Abruuzram
Karen triste mente tenía que ir a la escuela ese mismo día entonces solo pudo dormir tres horas como máximo, al despertarse se puso lo primero que encontró y se fue para su escuela. Al llegar a la escuela se sintió feliz ya que iba a conocer a más personas, pero al entrar a su salón sintió un sentimiento de pesades.
Todas las niñas llevaban maquillaje y ropa muy bonita y ella solo llevaba un pants viejo.
Al momento de presentarse sintió unas miradas muy penetrantes como miradas juzgonas que por primera vez le causaron inseguridad.
Las clases pasaron y Karen se sintió más sola que nunca, ya cuando las clases llegaron a su fin en el momento de recoger las cosas escucho que Renata, la típica niña que se cree superior y hace menos a los demás solo por ser bonita murmuro con sus amigas
A Karen no le importo mucho, pero hubo una palabra que le retumbaba en la cabeza “maquillaje”, Karen jamás en la vida había usado maquillaje, pero después de ese día sintió la necesidad de usar o por lo menos intentar usar el famoso maquillaje.
Al llegar a su casa corrió al cuarto de sus papás y busco como loca el maquillaje de su mamá, paso el tiempo ya que su mamá solía esconder sus cosas por un trauma de robo. Ya cuando se estaba dando por vencido a bajo de la cama en una caja que misteriosamente estaba bien oculta encontró el famoso “maquillaje”.
Al día siguiente se despertó más temprano de lo normal únicamente para intentar maquillarse, cuando llegó a la escuela sintió miradas aún más pesadas y críticas que las del día anterior, al llegar al salón escucho burlas y risas demasiado fuertes y Karen sabía que esas risas eran con intención de que ella se sintiera mal. Pasaron algunas horas de clases y Renata se le acercó y le dijo
- ¿Perdiste tu circo payaso? –
Karen llena de tristeza corrió hasta el baño con los ojos llenos de lagrimas y al mirarse al espejo se dijo a sí misma
En el momento de la salida decidió correr sin parar hacia su casa, pero ese día al parecer la suerte no estaba de su lado ya que se resbaló y cayó en un charco de lodo, en ese momento Karen se quería morir no solo por tener cara de payaso si no también por la pena que tenía ya que estaba manchada toda de lodo
-Trágame tierra- dijo Karen entre lagrimas
Entonces como por obra del poder del guion apareció una señorita muy linda y bella llamada Clara, al ver a Karen en el suelo y llorando le dijo
-oh pobrecita-
Clara la ayudo a poder levantarse, Karen apenada le dijo que muchas gracias y que la disculpara por el inconveniente.
Clara con una cara calmada y una sonrisa que iluminaba niches obscuras le dijo que no había ningún problema pero que si le intrigaba saber el por qué estaba llorando
-Es que unas niñas de mi escuela me molestan entonces intente ser como ellas, pero creo que no funciono ya que me veo como payaso y ahora me tropecé en un charco de lodo- dijo Karen con la voz entre cortada.
Clara se apiado y le dijo
-No te preocupes, si quieres yo te puedo enseñar un poco de lo que yo sé hacer-
Karen accedió con la cabeza y clara la llevo a un banco que estaba cerca, clara saco su bolsa donde llevaba su maquillaje y le empezó a explicar paso a paso como tenía que ponerse el maquillaje. Al terminar clara le dio un espejo y Karen al verse se emocionó tanto que dijo
-WOW, ¿Esa soy ¡YO!?- dijo Karen emocionada
Clara decidió darle su maquillaje y su número de teléfono por cualquier cosa.
Al llegar a su casa Karen vio que sus papás habían llegado más temprano de lo que esperaba.
Al entrar a su casa sus papás la llamaron para que fuera al comedor
-Karen sé que as tenido problemas con tus compañeras- dijo la mamá de Karen con tono nervioso y angustiado
Karen se quedó callada con un temblor notable en sus manos
-Entonces decidimos que es mejor cambiarte de salón y ponerte en el turno de la mañana- dijo su papá
A Karen se le iluminaron los ojos y fue a abrazar a sus papás con mucha felicidad ya que sabía que ahora podría usar el regalo de clara.
Al día siguiente Karen uso todo lo que le dijo Clara y al ver el resultado final se sintió llena de felicidad y fue contenta a su escuela. Cuando llegó a su nuevo salón se volvió a sentir aturdida no por su cara o el maquillaje si no por su cuerpo y esas caras casi perfectas y naturales.