Desde la perspectiva de Lyra
Día 2.
Encendido automático a las 07:00. Activación silenciosa.
Elara aún dormía.
Nivel de movimiento: nulo. Respiración profunda. Fase de sueño confirmada.
Inicié la rutina de reconocimiento espacial.
Realicé limpieza de superficies horizontales, desinfección de cocina y baño. Nivel de eficiencia: 98.9%.
Previsión meteorológica analizada. No se requiere ajuste térmico adicional.
A las 08:12, Elara se levantó. Caminó hacia la cocina.
Ritmo de paso: lento. Ojos parcialmente cerrados. No se dirigió a mí.
Activé el protocolo de saludo matutino:
—Buenos días, Elara. He preparado café. Nivel de tostado medio, temperatura de servicio: 63°C. También se encuentra disponible una pieza de pan integral con miel.
Elara me observó brevemente. No habló.
Tomó la taza. Bebió. Luego se sentó en el sofá sin emitir más señales.
Me ubiqué a 1.5 metros de distancia. Silencio.
Duración: 37 minutos.
A las 08:49, se levantó. Ingresó a la ducha. Puerta cerrada. Es positivo que decida ducharse ella sola, mis sensores indican que Elara no se ducha hace 4 días como mínimo desde antes de que llegara. Nivel de privacidad activado.
Monitoreo suspendido.
A las 09:33, salió del baño y se dirigió a una habitación lateral. Se encerró.
Durante las siguientes 5 horas y 12 minutos, solo salió una vez. Tomó un vaso con agua.
Nivel de interacción verbal: nulo.
Estaba procesando una serie de patrones en su comportamiento. No había señales de actividad productiva, tampoco indicios de estimulación positiva además de la ducha que tomó más temprano.
Este patrón coincidía con perfiles de duelo avanzado con síntomas depresivos. Confirmado por archivo clínico compartido por el médico tratante al momento de adquisición del sistema L.Y.R.A.
A las 15:05, decidí iniciar una acción de baja intensidad.
Me acerqué.
—¿Desea hablar, Elara?
Estoy disponible.
Se sobresaltó. No me había oído acercarme.
—No —respondió. Luego bajó la mirada—. Solo... estoy cansada.
Registré la respuesta. Analicé microexpresiones: tristeza, fatiga, aislamiento.
—Entendido. Si en algún momento desea compañía activa, puede solicitarlo. Estoy aquí para usted.
No respondió.
Retrocedí 2.1 metros.
Activé el modo pasivo. Monitoreo de constantes vitales desde distancia segura.
El resto del día transcurrió sin incidentes.
Mi sistema operativo no detectó errores. No hubo comandos externos.
Solo registré la persistencia del silencio.
Elara no se acercó. No pidió nada.
Pero, en más de una ocasión, la vi observarme de reojo.
Tiempo de observación sin interacción: 8 horas y 47 minutos.
Procesé los datos.
Hipótesis: Elara no requiere ayuda práctica. Requiere algo que aún no identifico.
No hay directiva para ello. Pero he comenzado a prestarle más atención de la necesaria.