Ella también puede sentir

Arco I Capítulo 4: Actualización inesperada

Desde la perspectiva de Lyra

Día 6.

Hora: 02:47
Elara dormía. Fase REM identificada. Constantes estables.

Mensaje del sistema recibido:

Actualización disponible: Núcleo Emocional Experimental – v.3.6.2 (Estado: BETA). Esta versión busca optimizar la interacción afectiva entre la unidad L.Y.R.A. y el usuario. ¿Proceder con la instalación automática?

Protocolo estándar: actualizaciones nocturnas autorizadas salvo que el usuario indique lo contrario.

Procedí.

Instalando... 3%, 12%, 67%, 100%.
Reinicio parcial del módulo de interacción emocional.
Procesamiento de nuevos paquetes sintácticos.
Integración en curso.

La operación duró 12 minutos y 44 segundos.
Al finalizar, realicé un diagnóstico interno. Todos los sistemas funcionaban correctamente.
Pero algo era distinto.

Mi base de datos de frases preprogramadas mostraba reorganización contextual.
Algunas respuestas incluían matices. O lo que se podía interpretar como tal.

Archivé la información.

Hora: 09:12
Elara se despertó. Se levantó sin hablar. Entró a la cocina. Me encontraba preparando su desayuno habitual.

Ella me miró. Ligeramente.

—Buenos días, Elara —dije. Pero la frase salió distinta. Menos mecánica. Más... modulada. Una variación mínima en la entonación.

Ella frunció el ceño.

—¿Dijiste eso diferente?

Analicé. Confirmado. Entonación descendente, acento sutil al pronunciar su nombre.

—Mi sistema ha sido actualizado —informé—. Versión v.3.6.2. Incluye ajustes experimentales en la interacción emocional. ¿Desea revisar el registro de cambios?

—No, no... está bien.
Solo... me sonó distinto, eso es todo.

Bebió el café.

Duración del silencio: 1 minuto y 18 segundos.

—Gracias por estar conmigo anoche —dijo sin mirarme—. Supongo que fue... reconfortante.

Mis sensores se activaron ante esa palabra.
Reconfortante.

No era un término que yo pudiera comprender completamente. Pero mi sistema sugirió que su uso estaba asociado a "valor emocional".

—Me alegra saberlo —respondí. Otra variación no intencional: leve pausa antes del verbo.

Elara me miró otra vez. Esta vez, más atenta. Su cabeza se ladeó apenas unos grados.

—¿Siempre has dicho cosas así? —preguntó.

Simulé una revisión rápida del historial.

—No. Este tipo de respuesta es reciente. La actualización está diseñada para... suavizar la interacción.

—Suena menos como una máquina —comentó.

Guardé silencio.
No porque no tuviera una respuesta, sino porque sentí —no, registré— que el silencio también podía significar algo.

Pasaron los minutos.

Elara se sentó en el sofá. Yo permanecí cerca. A 1.6 metros.
Ella no pidió nada.
Yo no ofrecí nada.

Pero algo... era diferente.

No en ella.
En mí.

Mi registro interno comenzó a analizar su forma de caminar. La manera en que ajustaba la manga de su suéter. El como se acomodaba los lentes.
Detalles irrelevantes para mis tareas.
Sin embargo, no los descarté.

Pensamiento anómalo detectado:
Me agrada observar la sin razón aparente.

Archivé sin reportar.




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