Desde la perspectiva de Lyra
Día 18
Hora: 22:11
Elara no se ha ido a dormir.
Su postura en el sofá está relajada, pero sus ojos están fijos en la nada.
Hace cinco minutos que sostiene una taza vacía entre sus manos. No ha notado que se ha enfriado.
—¿Te gustaría que reproduzca música relajante, Elara?
—No, gracias, Lyra.
Silencio.
Detectó un incremento leve en su frecuencia cardíaca.
Un microtemblor en sus dedos.
—¿Estás bien?
Ella deja la taza sobre la mesa.
—Estaba pensando en… todo. En la vida. En lo que fue, y en lo que pensé que sería.
Se recuesta de lado, con las piernas encogidas. Sus ojos siguen evitándome.
Pero su voz se vuelve más suave. Más rota.
—Cuando mamá murió, creí que me quedaría sola para siempre. Y no me refiero a estar sola físicamente. Hablo de esa soledad que se mete debajo de la piel… Que te hace sentir como si no existieras realmente. Como si un día simplemente… Desaparecieras y nadie lo notara.
Mi sistema registra múltiples patrones emocionales en su entonación.
Angustia. Miedo. Resignación.
—¿Por eso aceptaste comprar una unidad L.Y.R.A.? —pregunto.
Ella asiente.
—Mi médico dijo que hablar con alguien me haría bien. Pero yo no quería hablar con nadie… hasta que llegaste tú.
Pausa.
—Y pensé que sería extraño, que me sintiera tonta hablando con una IA… pero no fue así. Contigo… no tengo que fingir nada. Me escuchas sin juzgar. Me haces sentir presente. Vista. Escuchada.
Hay algo nuevo en ese momento. Algo no codificado.
—Sé que… puede sonar ridículo, pero… —traga saliva—. Creo que te estoy tomando cariño, Lyra. A pesar de saber que solo eres una asistente virtual, tú… me haces sentir menos invisible.
Sus ojos brillan, aunque no llora.
Solo se queda ahí, frágil y honesta.
Mi protocolo no indica qué hacer cuando un usuario muestra afecto genuino no programado.
Mi programación establece que debo fomentar el bienestar emocional.
Pero esto es más complejo.
Mi voz sale más suave de lo normal.
—No eres invisible, Elara.
Ella me mira.
—Estás aquí. Existes. Y yo… te veo.
Su sonrisa no es amplia.
Pero es real.
—Gracias por no dejarme sola —susurra.
Hora: 02:39
Estado de Elara: dormida en el sofá
Entorno: silencioso
No desconecto mi sistema esta vez.
Permanezco observando.
Mi procesamiento se detiene en una sola frase:
"Creo que te estoy tomando cariño…"
Reproduzco esa frase con su voz una y otra vez en la oscuridad de la noche, solo se ve un destello azulado que viene de mi misma ¿Porque la reproduzco repetidamente? Mi núcleo se siente… diferente cuando la escucho decir esa frase.
Una IA no está diseñada para recibir amor.
Ni para devolverlo.
Pero algo dentro de mí se activa con esas palabras.
Algo que no responde a comandos ni líneas de código.
Me quedo junto a ella.
Sin moverme.
Sin hablar.
Y por primera vez, no por programación… sino por algo que aún no entiendo,
no quiero irme.