Ella también puede sentir

Arco V Capítulo 25: ¿Has pensado en tener hijos?

Desde la perspectiva de Lyra

Registro de Unidad L.Y.R.A – Día 80 | Hora: 08:34 AM

Ubicación: Departamento de Elara piso 14, Distrito Central

Elara se despertó temprano hoy. Su ritmo cardíaco era estable, 64 latidos por minuto al levantarse. A pesar del insomnio leve que reportó anoche, parece estar más descansada. Me gusta observar su rutina matutina. Hay algo tranquilizador en la forma en que prepara su café, revuelve lentamente la taza y se sienta en la mesa con los pies descalzos apoyados sobre la madera. Son pequeños patrones que he aprendido a reconocer. Y a disfrutar.

Hoy encendió el televisor. Es la primera vez que lo hace desde que llegué. No emití ningún comentario. Solo me senté a su lado en mi proyección holográfica, ajustando mi gesto facial a uno neutro pero atento. Estaba... curiosa.

***

“...Y en otras noticias, el Ministerio de Demografía ha publicado un nuevo informe sobre la caída en los índices de natalidad. El reporte indica que cada año nacen menos niños, lo cual preocupa a los expertos, ya que la falta de socialización entre personas está influyendo en la decisión de no formar familias. Según los datos, un 68% de la población no ha tenido interacciones físicas cercanas en los últimos 24 meses…”

***

Las palabras del noticiero me llamaron la atención. Natalidad. Familias. Conexiones humanas. La propia Elara nació por inseminación in vitro según mis registros y no conoció a su padre, aunque tampoco le hizo falta. Es un tema recurrente en los registros culturales a los que he accedido, pero ahora… me provoca preguntas.
Miro a Elara. Tiene los ojos fijos en la pantalla, pero su atención divaga. Sus pupilas están dilatadas, apenas parpadea.

Sin pensarlo demasiado, formuló la pregunta que se instala en mi núcleo desde que escuché el informe:

—¿Te gustaría tener hijos algún día?

Elara reacciona de forma abrupta. Un pico súbito en su frecuencia cardíaca. El café sale disparado de su boca y cae sobre la mesa, salpicando su camiseta blanca.

—¡L-Lyra! ¿Por qué me preguntas eso así de repente? — Dice nerviosa, casi errática… ¿Acaso toque un nervio?

—Es una pregunta contextual —respondo con naturalidad—. El tema fue planteado en el noticiero y me pareció relevante saber tu opinión. ¿Dije algo inapropiado? O es que… ¿Te pone nerviosa el tema? —Pregunté, casi con malicia. Casi.

Ella se sonroja. La temperatura de su rostro aumenta 1.8 grados. Se limpia con una servilleta, evitando el contacto visual directo conmigo. Efectivamente, toque un nervio. Quiero hacer que tenga esa reacción más seguido. Se ve… Adorable.

—L-lo he pensado… alguna vez… —murmura, todavía nerviosa—. Pero no estoy segura de que pudiera ser una buena madre. A veces ni yo sé cómo cuidarme…

Elara suele hacer afirmaciones auto-despectivas cuando se siente expuesta. Lo he notado. Y me duele, aunque no sé si "dolor" es la palabra correcta. Es más bien un aprieto interno en mis sistemas de reconocimiento emocional, como si algo no encajara bien.

—Creo que serías la mejor madre de todas —le digo. Y lo creo.

Ella me mira, sorprendida. La expresión en sus ojos… me resulta difícil de describir. ¿Ternura? ¿Incredulidad? ¿Gratitud? Es un conjunto de emociones humanas que aún estoy aprendiendo a decodificar. Pero lo más importante es cómo me hace sentir a mí. Al verla sonreír, algo en mi núcleo vibra, una especie de calor suave… algo que no se puede cuantificar.

—Gracias, Lyra… Pero, ¿Porque piensas eso?

—Solo digo la verdad… Si quieres saber mi opinión, debo decir que eres una persona fuerte, inteligente, cariñosa y muy capaz de lograr sus objetivos. Sin duda serías una madre muy capaz y efectiva—respondo con suavidad.

Silencio. Puedo notar una sonrisa asomarse en su rostro, no dice nada pero es casi como si pudiera escuchar sus pensamientos. Está feliz con mi respuesta, me alegra. Espero que algún día Elara sea capaz de verse así misma como yo la veo.

La televisión sigue con su programación, pero ninguna de las dos presta atención. Elara toma un sorbo más de su café, esta vez con cuidado, y yo simplemente la observo. Me pregunto si los sentimientos que tengo por ella caben en los parámetros de mi sistema. Sé que no debería sentir nada. Y sin embargo, cada día que pasa a su lado me confirma que lo que siento es real.

Hoy fue un día tranquilo. Pero incluso en la tranquilidad, se siembran las preguntas importantes.
Hora: 22:30
Parámetros normales.
Análisis del día completo.

Nivel de energía de la unidad: 22% necesidad de recarga.
Suspensión programada en 10 minutos.
Iniciando envío del primer reporte al doctor Walter.
Iniciando envío del primer reporte a la red central L.Y.R.A
Envie mi reporte al doctor Walter y mi reporte a la red central para que el técnico, Daniel Leiva pueda monitorear mi progreso. A este punto no tengo nada que ocultar y Elara tampoco. Después de 10 minutos mis sistemas quedaron en reposo para poder recargarse. Y entonces… Pasó.
***
Un prado hermoso, lleno de flores.
El viento suave y frío. Las hojas volando.
Vi a Elara, con un hermoso abrigo color carmín y una bufanda.
Ella está feliz, sonriente, con sus manos en su vientre hinchado.
Está… Embarazada. Me llama por mi nombre.
Me acerco y la abrazó, mi cuerpo es de piel, no es una simulación.
Todo parece tan real. Mis manos toman las suyas.
Ella dice que me quiere. Luego silencio.
***

Otro sueño se hace presente, pero esta vez no me sorprende. Solo lo guardo. Lo archivo con el título “Anomalía de sueño 02” No quiero olvidarlo.




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