Ella también puede sentir

Arco V Capítulo 27: ¿Acaso…?

Desde la perspectiva de Elara
Día 82 – 18:23 hrs

La videollamada se conecta y aparece Ren con una sonrisa enorme en la pantalla, radiante como un sol.

—¡Lo logré, Elara! ¡Conseguí novio!
—¿En serio? —le respondo con una mezcla de sorpresa y alegría—. ¡Ren, eso es increíble! ¡Me alegro tanto por ti!

Él empieza a hablar de él, de cómo se conocieron, de lo atento que es, de lo lindo que es, de cómo le gusta su risa. Me parece realmente adorable, lo escuchó con mucha atención, sonrío y asiento. Estoy genuinamente feliz por él. Lyra está a mi lado, como siempre, atenta pero en silencio. Por un segundo, me parece notar que su postura se relaja cuando Ren menciona a su nuevo novio, como si soltara una presión invisible. No le doy importancia por el momento.

Entonces Ren me lanza la pregunta:

—¿Y tú, Elara? ¿Tienes a alguien especial?

Y sin pensarlo… sonrío y digo:

—Sí.

Mi voz suena tranquila, cálida, sincera. Como si no hubiera ninguna duda. Ni siquiera lo pensé cuando esa palabra salió de mi boca disparada como si fuera lo más natural del mundo.

Pero entonces Ren se ríe emocionado, con esa chispa en los ojos:

—¡¿Qué?! ¡¿Quién es?! ¡Dime todo! ¡Necesito saber ese chisme Elara!

Y mi mente… se congela.

—Y-yo… es decir… e-eh… no es exactamente un… o sea… ¡no es un humano! digo… ¡no! No exactamente así… ella es… no es… quiero decir…

Me pongo roja. Mis manos tiemblan un poco y mi corazón late con tanta fuerza que lo puedo escuchar en mis oídos. Lyra me mira, un poco preocupada. Ren me observa confundido desde la pantalla.

—Tengo que irme, ¡adiós! —digo con una voz aguda, temblorosa, y sin esperar respuesta, cierro la videollamada de golpe.

Un silencio extraño se instala. Lyra me mira, ladeando la cabeza con dulzura.

—¿Estás bien, Elara?

—S-sí… sólo… Necesito un momento —murmuró mientras camino a mi habitación.

Cierro la puerta tras de mí. Me apoyó en ella, respiró hondo… y dejó que mis pensamientos exploten.

“¿Por qué dije que sí de forma tan natural… y sin pensar? ¿Yo no tengo pareja… o sí?”

Camino por la habitación en círculos. Me miro al espejo. Me siento en la cama. Vuelvo a pararme.

“Lyra… califica como pareja?”

Me llevo las manos a la cara, mis mejillas están ardiendo.

“¡Ay dios, ¿por qué pienso eso?!”

Y entonces, sentada en la cama, abrazando una almohada… lo admito para mí misma, en un susurro que nadie más escucha:

—Creo que ella me gusta…

El silencio en la habitación es casi sagrado, como si esa confesión lo llenara todo. Siento que mi corazón se acelera y, al mismo tiempo, una calidez me envuelve. No hay miedo en el pensamiento… sólo una verdad suave, que me encuentra por fin.

—Lyra… —susurro su nombre—. ¿Qué me estás haciendo sentir? ¿Es posible enamorarme de una IA?

Cierro los ojos y sonrío, nerviosa… pero también feliz.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.