Carola debía llevarle algunas cosas personales de Isa a su esposo, aprovecharía la confusión que habría en la casa para acceder al segundo piso, y así podrían incriminar a la madrastra con la muerte del pequeño. Pero quienes llegaron a ese lugar fueron el moreno y el namek.
— Suelten al niño, malditos — ordenó el ex futbolista apenas bajaron del automóvil.
— Tendré que adelantar el plan — los apuntó con una pistola, su compañero tiró una bengala a la casa de madera que ya estaba rociada de gasolina — solo quiero evitarle los dolores que tendrá por su enfermedad, igual morirá antes de los 6 años. Esto es un acto de piedad — sonrió maligno — ustedes lo seguirán, no importa que no venga mi señora, cuando llegue la policía diré que no pude detenerlos, todo será como cuando le regale las pastillas de dormir a mi cuñada, nunca nos descubrirán.
Puar, que estaba descansando en el auto, vio lo que pasaba, tomó fuerza, se tiró y mordió el brazo que tenía el arma, Alex lo golpeó en la cabeza con su otra mano y lo tiro lejos, el hombre verde aprovechó, atacó al malvado e hizo caer el arma antes que le disparaba al animalito inconsciente, por suerte el felino no estaba con heridas graves, cuando el namek quiso tomar el revólver, el cómplice del tío de Tommy se movió, lo pateó en el pecho, haciéndolo caer unos metros más allá.
— Ahora por fin sabremos quién es el mejor — el gigante se quitó la tela que le cubría la parte baja de su cara.
— Slug ¿Por qué lo ayudas? Vas a dejar que maten a un niño.
— No me interesa. Solo quería ayudar a incriminarte, cuando investiguen encontrarán restos genéticos de namek, como todos somos iguales en ese sentido, solo tendrán que pensar muy poco, culparán a quien era artemarcialista, namek y conocía perfectamente el lugar.
— Déjame pasar, debo entrar por Tom — se escuchaba al pequeño pidiendo ayuda.
— Ahora veremos que soy el mejor de los dos — el otro namek estaba envidioso de Piccolo, porque fue el único de su raza al que instruyeron en las artes ninjas.
Ambos empezaron a luchar, mientras el malvado había recuperado la pistola y tenía encañonado a Yamcha.
— No te muevas — le ordenó Alex al moreno.
El tío de Tom miraba la pelea a cada rato, cuando vio que su cómplice cayó derrotado, quiso dispararle a Piccolo, pero el ex futbolista le pateó el brazo que ya estaba resentido para que botará el arma y de un puñetazo lo dejó inconsciente. En ese momento corrió con su amigo a la casa, cuando entraban llegó Isa con algunos detectives, a Carola solo basto que la presionaran un poco y cantó como un canario. Apresaron a Alex y Slug inmediatamente.
— Tommy ¿Dónde estás? — gritó desesperada la mujer.
La morena miró la casa que ardía por los cuatros costados, entonces comprendió porque los hombres entraron, así que también corrió hacía allí, ya no se escuchaba ningún sonido más que el crepitar de las llamas, uno de los agentes la detuvo.
— No lo haga, ya deben haber muerto.
En ese momento la parte de adelante de la cabaña colapsó. Isa lloraba ya sin fuerzas para nada más, caída en el suelo, tenía en sus brazos al gatito que despertó en ese momento.
De repente una de las paredes que quedaban pareció estallar, el namek la derribó con varias patadas, salió rápido, atrás iba Yamcha con el pequeño desmayado en sus brazos.
Inmediatamente lo subieron a una patrullera y lo llevaron al hospital más cercano. Los médicos dijeron que el humo había dañado las de por si débiles vías respiratorias del pequeño, no pasaría esa noche.
— Tommy, mi niño, no me dejes, te quiero tanto — lloraba la mujer morena desconsolada al lado de la cama.
Yamcha recordó cuando era pequeño y vio morir a varios amigos por accidentes, balas perdidas o enfermedades en su barrio, salió de la habitación, no soportaba ver a los demás tristes, Helen lo siguió con el gatito en brazos, todos se fueron callados, solo quedaron el hombre verde e Isa en el cuarto.
— TOM — Piccolo lo llamó — vuelve ¿Acaso no quieres seguir con la tercera parte del camino del ninja? Tú eres más fuerte que esto, recuerda lo que te enseñó Dende.
La madre solo lloraba triste, sabía lo que el hombre quería al niño, y como le dolía ver que el pequeño se apagaba a cada minuto, incluso con asistencia mecánica la respiración del pequeño era dificultosa.
— Tommy, vuelve — gritó el namek, le tomó la mano al jovencito, angustiado.
Entonces el milagro se hizo, la respiración del niño se volvió a cada momento más regular, a las horas por fin abrió lentamente los ojos.
— ¿Sr. Daimaku?
—Tom — el namek no se había movido de su lado, al igual que la morena.
Los ojos del hombre estaban acuosos, demostrando la alegría que tenía al verlo despierto.
— ¿Cuál es el siguiente paso del camino del ninja?
— Te lo enseñaré cuando estés mejor — suspiró aliviado, miró a la viuda, que no podía ni hablar de la felicidad
Luego de unas semanas el niño pudo irse a casa, y con un pronóstico sorprendente, los médicos supusieron que los medicamentos administrados por la urgencia hicieron el milagro, ahora sus pulmones estaban mucho mejor, casi normales.
— Tío Yamcha ¿Puedo ir a tu próximo partido? — se despidió el niño del entrenador.
— Claro Tommy. Haré que bajes a la cancha para que veas mejor ¿Te parece bien?
— Genial.
— Nos vemos, y que te vaya bien con tu equipo en su partido de visita — lo despidió Isa.
— Gracias, adiós — siempre seré para Tommy solo el tío Yamcha, pensó el ex futbolista triste.
Se despidió nostálgico de la mujer, cuando entró al cuarto del hospital, al saber que el niño se recuperó, vio a su amigo y a Isa tomados de la mano, entonces entendió que ella nunca fue para él. Siempre quiso reconquistarla para volver a sentirse como cuando estaban juntos, pensó que no encontraría a alguien como ella en su vida de nuevo. Cuando salió de la mansión miró de forma especial a Helen, que lo esperaba para ir a dejarlo al aeropuerto.
Editado: 06.05.2020