-Vale, hoy conseguí ocho cajas, así que podría llenarlas con álbum, fotos y esas cosas - contaba a mi madre que me estaba escuchando por la otra parte de la línea.
-Me parece una buena idea cariño, yo hoy llevé unos cuantos curriculums por el centro, mañana ya me moveré por la periferia, a ver si tenemos suerte- comentó con un tono de voz decepcionada.
-Mami, oye, llevas solo una semana en Valencia, ya verás que tendrás suerte, tienes talento, encontrarás pronto trabajo; ahora te dejo que sigo haciendo cajas, que mañana tengo el último día de clase.
-Tu último día, ¿Cómo te sientes?- me preguntó.
-Pues, bien, realmente bien, ya sabes cuanto quiero llegar el más antes posible a España, así que sé que es un avance dejar el instituto, también así tendré más tiempo para hacer cajas y llegar pronto.
-Espero verte pronto cariño, te echo de menos...- dijo, pero ahora con un tono triste.
-Ya llegaré pronto, no te preocupes, ahora te dejo, te quiero mami.
Suspiré profundamente y empecé a coger cajas y llenarlas de todo lo que encontraba en los cajones, casi con la caja llena encontré un álbum de mi niñez, me senté en la cama y mientras la abría tenía las manos temblando porque sabía que eran fotos que me hacían recordar muchos momentos, quizás algunos no quería revivirlos, como sospechaba aquel álbum me hizo acordar desde el momento que recuerdo hasta entonces, un viaje en mi pasado con un punto de vista diferente, pero con las mismas emociones de una niña.