Ellas Mis Chicas

Capítulo 12

Narrador omnisciente

Caminando por los pasillos de la firma Gaby notaba el extraño comportamiento de Cristian y era algo que no era muy de acorde a él en estos dos días lo ha notado raro. No dijo nada, pero suponía que significaba aquello y espero que él mismo lo dijera. Ingreso dentro de su oficina revisando los informes, de sus casos. Sin embargo, daba algo de prioridad a los negocios de Omar, acerca de los reportes de las últimas fechas de sus inversiones, además que ya se llegó la temporada de cosechas.

Miro por encima de los informes mirando ingresar a Cristian sujetando unos documentos, en las manos. Centro su mirada en él esto era algo nuevo.

–Esa sorpresa –dijo ella tranquila con una sonrisa.

–¿Cuál? –respondió Cristian.

–Estas aquí, en mi oficina trayéndome los informes. En vez de tu secretaria, o enviarlos a mi correo –replico.

Se acercó hasta el escritorio de cristal de Gaby, colocando los informes sobre el cristal entregándolos mirándola atento. Gaby no lo miro seguía observando sus propios informes. No recogió los documentos de Cristian. Se irguió completo.

–Acaso no puedo, traerle los reportes a mi socia –se dio la vuelta para marcharse. Gaby soltó una risita y este se detuvo y volteó a verla. –¿Esa risa?

–Nada, solo lo disfruto –recogió los documentos.

Cristian regreso a su oficina también con una risa era claro que Gaby se había dado cuenta. Incluso desde la primera llamada de Omar para él.

–Eres de temer Gaby –tomo asiento echando su espalda sobre el espaldar de su asiento –entiendo porque Omar también te eligió para trabajar para él. ¿vendrás a mí o directo con él? –guardo silencio –con él –rio.

Encendió su laptop empezando a trabajar en sus casos.

Por otro lado, dos chicas, en diferentes lugares de la universidad recordaban todo lo vivido en aquel fin de semana. No fue algo tan extravagante como ellas pensaron que viviría desde un inicio, todo lo contrario, fue comprensible las hizo sentirse seguras con ellas para que todo fluyera como las aguas del rio. No obstante, en sus cabezas pensaban que aquello no era todo lo que iban a vivir a su hasta el tiempo que está establecido, miraron el contenido de aquel armario y todos aquellos objetos lo iba a utilizar a su debido tiempo.

Al terminar las clases universitarias, caminaron juntas hasta su nuevo departamento que compartían juntas. Ambas guardaron silencio hasta que el celular de Lucrecia timbro y miro en la pantalla un número desconocido. Seguramente de un cliente. Salomé la miro, ella corto la llamada no atendió, debía ocuparse de algo importante. Talvez ya no trabajaba para aquella agencia, pero antes de unirse a ella trabajaba de forma independiente y conservo algunos números de los clientes más frecuentes con ella. De nuevo timbro.

–No vas a contestar –dijo Salomé mirando adelante.

Lucrecia guardo silencio, miro de reojo a Salomé –no es el lugar –respondió.

Llegaron hasta su departamento en completo silencio. Salomé dejo su mochila en su cuarto y salió a sentarse en la sala con su portátil encendida revisando su cuenta de Instagram. Volvió a escuchar el celular de Lucrecia y esta vez sí contesto. No quiso escuchar aquella conversación por lo que puso música que interrumpiera esa conversación.

Lucrecia salió al instante, encontrando a Salomé sentada en el mueble con su mirada centrada en la pantalla de la portátil. Tomo asiento frente a ella.

–No lo hice –dijo ella.

Salomé la miro y volvió su atención a la pantalla. –No te estoy pidiendo explicaciones –dijo con suavidad.

–Solo quiero que todo esté bien y no creas que… bueno ya sabes –respondió Lucrecia.

Salomé centro su mirada en ella, coloco su portátil a un lado –si crees que voy a ir con el chisme. Te equivocas. No pienso meterme en tus asuntos, solo me concentrare en cumplir mi contrato –respondió Salomé.

Volvió a tomar su portátil, ignorando a Lucrecia que solo se levantó del mueble y camino hasta la cocina a prepararse algo de comer. Ambas eran totalmente distintas, ninguna de ellas se preocupaba por los intereses de la otra, solo estaban ahí porque Omar las, contrato vivían juntas en aquel departamento por el contrato que firmaron. Solo aquí durante cinco días dormían separadas, ahí cada una tenía su habitación, pero allá en la hacienda junto a Omar ambas debían compartir habitación. Dormir en la misma cama juntas o con Omar.

Gaby junto a Cristian salieron a reunirse con los dueños de los negocios, en los cuales Omar había invertido para seccionarse de que todo esté en marcha y no haya nada que pueda perjudicarlo.

–¿Qué largo día? –expreso Cristian.

–No me parece así –respondió Gaby.

–¡Ah claro! Tú lo estas disfrutando –continuo Cristian.

–Si amas algo. Como tu trabajo lo disfrutas al hacerlo –respondió llegando hasta su auto. Cristian le abrió la puerta –gracias –agradeció.

–Todavía existo –dijo con una sonrisa. Cerrando la puerta. Gaby bajo el cristal –me dejaras aquí.

–Si. Te veo en la oficina –salió de ahí.




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