Eran las ocho de la mañana con veinte minutos, tenía prisa era su primer día de trabajo en una nueva empresa y quería dar una gran impresión. Al descender del autobús no pensaba más que subir y bajar el puente. Cuando estuvo arriba del puente se encontró con una chica. Era un día frío apenas rebasaban los diez grados centígrados; las miradas de ambas se cruzaron por un instante y siguió su camino. Pero Ellina fue detrás de ella. La reconocía, pero había cambiado. Ya no era tan delgada como antes, tenía una figura de mujer definida y debía tener veintiocho años. Era baja estatura, y su cabello seguía siendo castaño y rizado.
—¡Espera! —dijo Ellina
Alyssa tuvo que detenerse y girar para mirarla, no creía haberla visto antes, pero algo le resultaba familiar.
—¿Me dices a mí?
—Por supuesto, eres la única Alyssa aquí.
Alyssa la miro confundida
—Pero ¿cómo sabes mi nombre?
—Yo lo sé todo.
—¿Quién eres? —Alyssa la miró escéptica
—Soy Ellina.
—Pues mucho gusto Ellina. Tengo que ir a trabajar, un gusto saludarte.
Alyssa siguió su camino mientras Ellina pensaba una estrategia para ir por ella.
Una vez que Alyssa ingresó a la oficina donde trabajaba no salió hasta pasadas las seis de la tarde.
Cuando estuvo en la parada del transporte Ellina se acercó a ella. Alyssa se asustó al escuchar su voz
—¿Tu otra vez? —preguntó.
Ellina pudo notar las manos de Alyssa temblando y su respiración agitada.
—¿Que te sucede, porque estas así?
—¿Acaso no tienes tus propios asuntos que atender? —Alyssa respondió con brusquedad y Ellina sonrió maliciosamente.
«Con que ahora eres una rebelde Alyssa» pensó.
Alyssa hizo una seña al transporte que pasó frente a ella y este se detuvo, ella se subió y Ellina la siguió.
Se sentaron en la misma banca y Alyssa estaba incómoda. Todo el trayecto permaneció en absoluto silencio.
—Alyssa, tienes que venir conmigo ahora mismo. El tiempo se nos acaba—dijo Ellina cuando bajaron del autobús.
Alyssa quien estaba en la espera de otro autobús la miró confundida
—No entiendo de qué hablas.
—Te lo contaré todo si vienes conmigo—Ellina intentó inútilmente tomar el brazo de Alyssa por la fuerza, pero ella se alejó con agilidad
—Que te sucede muchachita, déjame en paz.
—¿Muchachita? —repitió Ellina indignada—. Como sea. Estás en la realidad equivocada, y te trasladaré a la correcta
Alyssa la miró aterrada—¿Estas drogada?
—¡No! —gritó Ellina
Alyssa se fue del lugar dejando atrás a Ellina, caminando muy rápido y muy fuerte.
—¡Espera!, ¡Espera! —gritaba Ellina intentando alcanzarla. Pero Alyssa se había convencido de que esa chica iba a lastimarla y detuvo un taxi rápidamente para subir en él.
Ellina no tenía mucho tiempo y no quería terminar así. Así que sin meditar mucho realizó un hechizo del tiempo que provocaba que todo se detuviera a su paso excepto ella y aquella muchacha.
Alyssa miró al conductor del taxi quedarse congelado y se asustó
—¡Sal del auto Alyssa!
Alyssa moría de miedo. Pero no creía en eso, pensaba que era un lío con su cabeza, había sido diagnosticada con trastorno de ansiedad hace un par de meses y creía que quizás ahora estaba alucinando. Pero parecía tan real como nunca antes.
Al fin Alyssa salió del taxi pues quería intentar huir, pero su plan fue frustrado cuando Ellina la tomó fuertemente del brazo. Aquella chiquilla rubia tenía una fuerza que Alyssa desconocía. Con su mano izquierda Ellina apuntó y creó un círculo de luz con sus manos mientras susurraba unas frases inentendibles, aquel círculo de luz flotaba en medio de la noche. Ellina intentaba llevar a Alyssa hasta ahí, pero esta se resistía y se arrastraba por el suelo tenazmente, pero Ellina era más fuerte
—¡Suéltame! —gritó Alyssa, pero cuando vio aquel círculo de luz sintió que el pánico se apoderaba de ella
Ellina insistía empujándola al círculo, y al final Alyssa no tuvo más fuerza, cuando estaba a punto de ser lanzada intentó inútilmente correr, pero la rubia la tomó con tal fuerza que la llevo dentro del circulo.
—¡Ahhh! —gritaba Alyssa, dentro del círculo se sentía en caída libre con una inmensa rapidez, y ella siempre había tenido un terrible miedo a la velocidad. Alyssa gritaba que parara que no podía soportarlo más.
Finalmente terminaron llegando hasta una plataforma donde todo era color blanco.
Alyssa estaba acostada sobre el suelo sintiendo un mareo terrible. Cuando se puso mejor se levantó y fue en contra de Ellina que estaba parada observando.
—¡Detente!, no soy tu enemiga. Tienes que comprender. Alyssa había derribado a Ellina y estaba intentando golpearla, pero ella se defendía.
—¡Déjame ir, quiero ir a casa con mi madre, con Raúl, con mi hermana, dime cómo debo irme o juro que te mataré!
—Deja de ser tan grosera. De lo contrario no te diré cómo ir a casa y no verás ni a tu madre, ni hermana ni a ¿Quién es Raúl? —preguntó Ellina frunciendo el ceño intrigada
Alyssa estaba llorando, pero había podido calmarse.
—Es mi novio. No he hecho nada malo por favor solo quiero ir a casa—dijo suplicante
—Mira ves aquella luz del día, tienes que ir hacía allá y atravesarla—dijo Ellina apuntando hacia el otro lado del lugar
Alyssa observó, tenía miedo y no sabía si confiar en esa chica, pero no tenía más opción.
—Debes tener cuidado, Alyssa, allá afuera hay muchos autos es muy peligroso pueden atropellarte, si eres ágil saldrás ilesa, pero si no podrías nunca volver a casa, así que recuérdalo—dijo Ellina seriamente
Alyssa solo asintió con la cabeza y un segundo después salió corriendo deprisa. Por un instante sintió que nunca saldría porque mientras más corría más lejana se veía la luz del día. Pero pronto pudo acercarse a la luz.