Ellos

Capitulo 9: Lucha y escape

Cuando el vehículo se perdió entre las sombras de la noche, sentí que finalmente podía respirar, sin embargo eso no aminoro el creciente miedo que se formaba en mi pecho y se desplazaba a mi cerebro gritándome que debía escapar a donde fuera con tal de no ser encontrada.

Pero la experiencia junto con la gente que había perdido a lo largo de los años me enseño que no debía dejarme dominar por el impulso y mantener las emociones lo mas controladas posibles para evitar ser capturada, más no encontrada pues en ese momento era más que claro que me habían descubierto y solo esperaban para atacar.

Mi única opción viable era permanecer dentro del parque y permanecer atenta para partir al amanecer, quizás tendría la posibilidad de perderme entre el mar de personas que corrían presurosos a sus destinos, pero descarté esa idea de modo temporal puesto que ellos también podrían sacar provecho de aquella ventaja, pero no tenía nada más al alcance.

Las noches en este mundo aún me resultan extrañas e increíblemente cortas debido a las luces que utilizan para alejar a la oscuridad, y generalmente era efectivo para aliviar su temor e incluso detectar un posible peligro, sin embargo, para mí, tener mucha o poca luz  y oscuridad puede ser desesperante para los sentidos pues mientras unos se agudizan otros se "apagan" dejando un marco de vulnerabilidad, algo que, desgraciadamente había aprendido tras los continuos escapes entre dimensiones. Era más que evidente que estas personas no conocían el verdadero peligro o terror en su estado más puro

Pobres humanos, si en verdad conocieran lo que se esconde...

Aguce mi oído, adapte mi vista a la oscuridad e invoqué mis armas mientras caminaba en los alrededores del parque evitando la caseta de vigilancia y la reja de la entrada al público, pese a la belleza que se veía durante el día, la arboleda era totalmente distinta cuando el sol se ocultaba; la vegetación de tan vivos colores era sustituida por las tenues luces de la calle dando paso a sombras que se mecían con el viento en una danza casi siniestra, las ramas de los arboles que bajo la luz del sol señalaban tranquilidad y meditación, entre la tenue oscuridad y los lejanos destellos de las farolas formaban espeluznantes rostros y manos deformes que esperaban a la próxima incauta victima para llevarla a las entrañas de la noche.

Todo había permanecido en tranquilidad desde la captura de la pareja en la entrada del parque, quizás la "yo" de hace 10 años pensaría que todo acabo, pero, aunque suene a paranoia, incluso cuando la calma reina, es motivo suficiente para no bajar la guardia...y tenía razón.

Cuando el cielo y el ruido de la ciudad anunciaron la llegada del amanecer regrese a mi refugio para dormir un poco, pero claro, no lo conseguí. Solo pude descansar levemente hasta que pasaron los jardineros con su extraña maquina para regar las plantas y algunas de las gotas de agua combinadas con barro me hicieron abrir los ojos.

Luego de despabilarme y limpiar todo rastro de mi presencia, invoque mi energía para crear una nueva vestimenta antes de salir a mezclarme con los otros visitantes del parque, la mañana transcurrió con algo de movimiento debido a un grupo de niños que estaban reunidos sembrando arboles nuevos, eso brindo algo de paz a mi agitado corazón pues, desde mi llegada solo había contemplado las desdichas humanas que provocaban entre si mismos y la naturaleza.

No todos son iguales...pero eventualmente la mayoría se corrompen. Pensé mientras me dirigía a la entrada del parque.

Conforme avance, me di cuenta de poca concentración de personas en el lugar, varios eran deportistas, madres de familia o vendedores ambulantes, nadie parecía percatarse de lo ocurrido la noche anterior, y probablemente jamas lo sabrían.

Al llegar al portón salude al guardia deseando que tuviera un buen día a lo cual él me respondió con una leve sonrisa e inclinación de cabeza, continué mi camino a la calle sin mirar hacia atrás.

Pensé que haber conseguido el control total de mis sentidos cuando me interne en la jungla de asfalto, pero me equivoque, pues en menos de un segundo me vi rodeada de un torrente de personas que iban y venían hacia algún lado, unos hablaban a través de esos aparatos rectangulares, otros caminaban e incluso corrían trayendo de la mano a sus hijos mientras estos se quejaban ruidosamente exigiendo descanso o ingerir alguna golosina y el resto de gente que pude toparme, gritaban su mercancía e incluso pedían comida.

Mi sentido de la vista y el oído se vieron abrumados durante varias calles hasta que perdí de vista las copas de los arboles del parque, agradecí a los dioses por haber aminorado el alboroto de las calles cuando me aleje lo suficiente de mi antiguo refugio, durante algunos metros pude estar en silencio y concentrarme para comprobar si alguien me había seguido el paso, sin embargo, la respuesta que obtuve al abrir mis ojos no fue totalmente favorable.



#11401 en Thriller
#6522 en Misterio
#4629 en Suspenso

En el texto hay: misterio, suspenso, terror

Editado: 25.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.