Ellos Mienten

⚡CAPITULO 6

Silencio entre paredes

Escuché un murmullo en la cocina mientras terminaba de picar las zanahorias. Una de las criadas estaba llorando. Berenice le acariciaba la espalda con una expresión igual de dolida.

—Lo vi en el pasillo, pero no sospeché nada —dijo mi padre en voz baja.

Yo fingía seguir pelando las zanahorias, aunque hacía rato que mis manos estaban quietas.

—Fue horrible, Eladio —sollozó la criada—. La señora Bennett simplemente me pidió que llamara a Beatriz para que limpiara el desastre. Se llevaron su cuerpo, y sé que no le darán el entierro que se merece...

—Qué horror —susurró Bere mientras removía una olla, visiblemente afectada.

Me acerqué a la mesa y le entregué las zanahorias a papá.

—¿Me puedo retirar, padre? —pregunté con suavidad.

—Directo a tu habitación. Y no le abras la puerta a nadie —dijo con tono firme, sin mirarme.

Asentí y salí de la cocina… pero no tenía intención de ir a mi cuarto. No esta vez.

Sabía quién me podía contar lo que en verdad estaba pasando.

La señora Beatriz.

Caminé despacio hasta el ala vieja de la mansión. En el pasillo, vi a la señora Bennett salir de la habitación de Beatriz. Recordé las advertencias de papá: “Nunca te quedes sola con ella”. Así que me escondí detrás de unas gruesas cortinas hasta que la vi alejarse, elegante y sin prisa, como si nada hubiera pasado.

Toqué dos veces la puerta.

—¿Señora Beatriz? —pregunté en voz baja.

Al entrar, la encontré llorando. Me arrodillé a su lado con el corazón latiendo con fuerza.

—¿Qué ha pasado, señora Beatriz?

—La mataron... mataron a la señorita Méndez —dijo entre sollozos—. Una de las criadas más jóvenes de esta casa. No lo puedo creer. Él no era así… lo están contaminando.

—Lo siento mucho… —susurré—. ¿Cómo sucedió?

—No lo sé con exactitud. Solo sé que fue asesinada. Le abrieron el cuello y… su abdomen también. Todos sus órganos habían desaparecido. —Al ver mi expresión pálida, se detuvo—. Ya sabrás el desastre que hay aquí dentro.

—¿Lo denunciaron?

—Aquí nadie dice nada, niña. Solo los Bennett hablan. Y cuando lo hacen… siempre es para ocultar la verdad. No sé qué mentira inventarán esta vez para proteger a su familia.

—Pobre chica… pobre familia. Pensé que él no sería capaz de hacer algo así —murmuré cabizbaja.

—Lorena, cariño —dijo mientras levantaba mi rostro con dulzura—. Malkier Bennett es un misterio sin resolver. Estarás más segura si te mantienes lejos de él.

Sus palabras eran firmes. Y sin embargo… dentro de mí ocurría lo contrario.

Cuanto más me decía que me alejara, más quería saber.
Cuanto más callaban… más ruidos hacían los secretos.

Yo no podía ignorar lo que estaba pasando.
Quería entenderlo.
Quería saber por qué alguien como él, que parecía hecho de fuego y hielo, podía esconder detrás de su belleza... un asesinato.

¿Por qué era un asesino?




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