⚡Página 12

25 de julio del 1957
Querido diario,

Es cierto lo que dice papá :( No se puede confiar en ninguno de los hermanos Bennett.
Yo pensaba que solo los gemelos hacían cosas extrañas, pero no es así.
Los otros dos, Melquisedec y Malkier, los que yo creía más “normales” de esta familia, hacen algo muchísimo peor.
Es algo tan terrible que no quiero ni pensar en ello.

Se trata de secuestros y asesinatos de chicas adolescentes, chicas tan jóvenes como yo.
Es horrible, y sé que sus padres lo saben, pero no hacen nada para detenerlo.
¿Cómo me enteré? Escuché una conversación entre los señores Bennett una noche, cuando llevaba el té a su habitación.

—“Es peculiar el entretenimiento de tu hijo, deberías hacer algo” —dijo la señora Bennett—.
Su esposo no supo qué responder.

Pero no solo fue eso, también lo vi con mis propios ojos.
Fui a investigar lo que la señora mencionó, y lo que encontré fue una pesadilla.
En uno de los sótanos olía tan mal que casi vomité.
Vi montones de chicas muertas, unas treinta o cuarenta apiladas, en descomposición.
Y más adelante, otras atadas, pidiendo ayuda.
Lo peor fue encontrar el cadáver de mi mejor amiga, Amira.

Salí de ahí lo más rápido que pude, temblando.
No pude ayudarlas, no aún.
Si me descubren, estaría en peligro.
Pero recordé que tengo a mamá de mi lado, y fui a contarle todo para que ella pueda preparar la denuncia.

Esto no puede quedar así.
No puedo quedarme callada