Lorena no sabía qué hacer. Todo estaba sucediendo tan rápido que apenas podía procesarlo. Demasiados encuentros con los hermanos Bennett, demasiados secretos enterrados en los pasillos de aquella casa. Su abuelo parecía ocultar más de lo que decía, y eso empezaba a incomodarla. Sentía que estaba a punto de explotar. Necesitaba respuestas. Ya.
Así que decidió adelantarse. Iría donde Malkier, le diría la verdad: que Beatriz era su madre. Luego buscaría a su padre y exigiría ver la tumba de su madre. Entregaría lo que tenía que entregar a Kevin, cerraría ese capítulo y saldría de aquella locura. Antes de perder la cabeza del todo.
Caminó decidida, saliendo de la casa principal hacia los pasillos que conectaban las habitaciones privadas. El aire era espeso, como si las paredes guardaran cada susurro, cada traición. Al llegar a la puerta de Malkier, no se detuvo a tocar. Empujó suavemente y entró sin anunciarse.
La habitación era sobria, inusualmente blanca para el resto de la casa. Las paredes, las sábanas, incluso las cortinas, todo era inmaculado. En contraste, el ambiente se sentía gélido, clínico. Desde el interior del baño se escuchaba el leve murmullo del agua corriendo.
Pensó que quizás él no estaba, o que era alguno de los otros hermanos. Pero aún así, avanzó. Con paso lento y corazón acelerado, giró la perilla del baño y empujó la puerta.
Lo que vio la dejó helada.
No era un hombre desnudo lo que había detrás de la puerta, como su mente había imaginado por inercia. Era algo mucho peor. Una joven, desangrada, yacía en la bañera. Su pecho estaba abierto, su corazón ya no en su sitio, sino colocado cuidadosamente dentro de una caja con hielo sobre un banco de madera. Malkier, sin inmutarse por la presencia de Lorena, extraía con precisión quirúrgica el hígado y los riñones. Al lado, una pequeña bandeja de metal contenía instrumentos médicos, pinzas, bisturíes, gasas.
Lorena quiso gritar, pero algo en su interior le dijo que debía quedarse en silencio.
—Te estarás preguntando por qué saco también los ojos, si lo que necesito son los órganos —comentó él, sin girarse, con voz grave pero tranquila.
Lorena retrocedió un paso del susto. La garganta le ardía del miedo. —No... no sé —balbuceó.
—Es para que no siga viendo lo que le estoy haciendo. Tal vez, si no lo ve, no le duela tanto —dijo mientras, con absoluta calma, removía los ojos y los dejaba caer en una bandeja aparte. Luego abrió el grifo y dejó que el agua corriera sobre el cuerpo, lavando los rastros de sangre que aún quedaban.
Tomó el corazón, el hígado y los riñones, y los colocó en otra caja con hielo que selló cuidadosamente con una tapa metálica.
—¿Para qué es eso? —preguntó Lorena, acercándose con paso tembloroso.
—Un niño de cinco años necesita el riñón. El corazón es para una pequeña de diez. Ambos están en lista de espera desde hace meses. Siempre visito los hospitales antes de hacer esto —respondió sin rastro de culpa. Luego cubrió el cuerpo con una manta gruesa, la metió dentro de una bolsa de lona y la cerró.
Lorena sentía que todo lo que creía entender sobre el bien y el mal se tambaleaba.
—Entonces... ¿matas a una mujer para salvar dos vidas? Pero... matas a una mujer —dijo, intentando encontrar lógica en medio de aquel horror.
—Sí. Y sin contar que esta mujer era un parásita. Vacía. Gastaba sin medida. Era una trepadora que usaba a los hombres como bancos vivientes mientras los niños mueren esperando una oportunidad para vivir. Ella no valía más que esos niños. Ni siquiera igual —afirmó con frialdad.
Lorena sintió náuseas, pero no supo si por la escena o por la respuesta.
—No sé qué decirte. Matar a una mujer así... esta mal —Lo ultimo lo susurro.
Malkier no respondió. Simplemente tomó la bolsa con el cuerpo y se encaminó hacia la puerta. Lorena lo siguió sin saber si estaba presenciando un crimen o un acto de justicia retorcida.
Sabía que lo que él hacía no estaba bien. Pero también sabía que había niños vivos gracias a él. ¿Matarías a una persona para salvar a dos? Era una pregunta sin respuesta. Una que Malkier Bennett, aparentemente, ya había contestado hace mucho tiempo
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Editado: 04.09.2025