Darcy había bajado a desayunar con un semblante terrible, usando ropa que cubriera lo mejor posible sus heridas. Casey se dio cuenta del cansancio en los ojos de Darcy y le preguntó si pasaba algo, Darcy le dijo que todo estaba bien y que simplemente se quedó estudiando hasta tarde para un examen de su escuela.
Usualmente, su familia no hablaba a la hora de comer, se consideraba de mal educación, por lo que le pareció extraño cuando Marlon se aclaró la garganta y dijo:
—Quiero decirles que la próxima semana tendremos una reunión, con varios socios míos para cerrar un contrato importante, así que será mejor que estén presentables para el evento, especialmente tú, Darcy.
Ella no supo si Marlon insinuaba que ella vestía mal o si significaba algo más, solo se limitó a murmurar un «está bien» y siguió con su desayuno.
Holland apareció en el comedor, sirviendo jugo de naranja a la familia; Edith le preguntó dónde estaba su padre y él le respondió que estaba limpiando las habitaciones de cada uno, y qué le había pedido ayuda para servir el desayuno.
Darcy miraba a Holland disimuladamente y éste le regresó la mirada, sin percatarse que el vaso de Tom ya estaba rebosando de jugo de naranja, y al darse cuenta, tomó torpemente las servilletas y empezó a limpiar, disculpándose una y otra vez. Darcy soltó una risa, pero la escondió bajando la cabeza y cubriendo su boca. Pero ni Darcy ni Holland se fijaron que Edith los observaba detenidamente con sospecha en su rostro.
Terminó el desayuno y cada uno se levantó de la mesa, sin embargo, cuando Darcy se levantó, Tom la llamó y la llevó a una esquina para estar a solas.
—Necesito que me ayudes. —dijo Tom juntando las yemas de sus dedos con una exagerada seriedad, o por lo menos, así lo vio Darcy.
—¿Qué? ¿Para qué? —preguntó Darcy malhumorada, siempre que Tom le pedía ayuda, no significaba nada bueno, y no estaba de humor para lidiar con las tonterías de Tom. Su hermano hizo una mueca tratando de encontrar la manera de explicarle a Darcy lo que necesitaba.
—¿Qué hiciste ahora? —interpeló Darcy cruzando los brazos y con un dejo de molestia en su voz.
—No es nada grave. —respondió Tom apresuradamente, alzando sus cejas—. Solo... finélautoelveshino. —murmuró esto último bajando la cabeza.
—¿Qué? —preguntó Darcy confundida.
—¡Que pinté el auto del vecino, maldita sorda! —replicó Tom con la voz baja, revisando que sus padres no lo escucharan. Darcy le dio un sape en la cabeza y Tom se quejó. Gruñó con los dientes apretados y llevó a Tom aún más lejos, en un rincón cerca de la chimenea.
—¡¿Cómo es que siempre te pasan estas cosas?! —reclamó Darcy.
—¡Lo sé, lo sé! Soy un idiota irresponsable y merezco lo peor.
Darcy rodó los ojos, Tom siempre hacía eso cuando se metía en problemas.
—Pero estaba algo ebrio... ¡y mis amigos me dijeron que, si no lo hacía, no tenía las suficientes pelot...!
—¡Ya entendí, no me des más detalles! —interrumpió Darcy haciendo un gesto para que se detuviera—. Y, ¿cómo es que yo puedo ayudarte?
—Necesito que me ayudes a borrar esa pintura... créeme, si los viejos se enteran, me van a desheredar. —afirmó Tom con la voz temblorosa al final.
Darcy lo miró un momento, entrecerrando los ojos.
—¿Qué fue lo que pintaste exactamente?
—¡Eso no importa! Solo ayúdame, ¿sí?, ¿puedes? —suplicó Tom juntando sus manos.
Darcy se resignó y le dijo a Tom que tal vez había algo que quitara la pintura por la bodega.
—¡Genial! Iré a ver qué hay y luego me acompañas a limpiar.
—¡NO! —gritó Darcy abruptamente, Tom la miró extrañado.
—Es que... ahí hay mucho polvo y moho, te va a hacer daño, mejor yo voy y tú me esperas.
Después de lo que pasó la noche anterior en ese lugar, Darcy no quería correr riesgos de que Tom saliera herido, sabía que era algo tonto y que seguramente todo era parte de su imaginación... su retorcida y demente imaginación; pero, aun así, prefería prevenir que lamentar.
Ahora la bodega estaba iluminada por la luz del sol, lo que le dio un ligero alivio a Darcy al entrar. Lo primero que vio, fue la ventana que se había quedado abierta debido al fuerte ventarrón. Fue a cerrarla, y un pequeño rayo de luz le molestó los ojos, haciendo que apartara la cabeza. Casualmente, pudo ver a Dolly en el suelo, en una esquina que Darcy no vio en la noche debido a la oscuridad. Esa parte estaba más iluminada que todo el lugar debido a un tragaluz que llegaba casi a la altura del techo, Darcy tomó a Dolly y se dio cuenta que una tabla del piso estaba salida; pudo ver una especie de objeto dentro del suelo, por lo que suavemente quitó la madera, empezando a hacer un poco más de esfuerzo al ver que, en efecto, era algo que estaba escondido ahí.
No era suficiente quitando solo una madera, así que revisó qué tan flojas estaban las demás, y al mínimo esfuerzo, las tablas saltaron del suelo por todos lados, haciendo que Darcy se cubriera el rostro instintivamente para que ninguna tabla le golpeara la cara. Sin embargo, quitó los brazos inmediatamente al ver un cofre de cuero, totalmente empolvado y muy percudido; parecía haber estado ahí por siglos. Se aseguró que no hubiera nadie y sacó el cofre, que estaba lleno de pequeños insectos y tierra, proveniente de donde estaba escondido. Por como pesaba, parecía haber algo adentro, y cuando Darcy lo abrió, confirmó que así era.
La mayoría eran papeles de periódico y fotos en blanco y negro de mujeres y hombres que parecían de una época muy antigua; todos eran elegantes y muy bien parecidos.
Rebuscando un poco más, Darcy pudo ver un cuaderno que tenía una tapa de cuero, pero parecía más un diario; lo sacó y lo abrió para ver su contenido.
Frunció las cejas, confundida al ver lo que estaba escrito ahí:
Alicia Wolstencraft - Fortuna: 18 millones
El segundo nombre decía:
James Wilde - Fortuna: 22 millones