—¡¿Qué demonios te sucedió allá abajo?! —se quejó Edith moviendo sus manos frenéticamente, caminando de un lado a otro. Darcy seguía igual de molesta que cuando estaba en la sala.
—Solo creaba un tema de conversación con el Sr. Edmund, no entiendo por qué te molesta tanto. —respondió Darcy, sentada en la silla del escritorio, cruzada de brazos.
—No te hagas la inocente, niña; tú bien sabes que te comportas como una malcriada cuando hay invitados especiales, tú sólo quieres ahuyentarlos. —replicó Marlon en un tono tranquilo, pero la ira se reflejaba claramente en su rostro.
—En mi defensa, Edmund se comportó de una forma muy fuera de lugar conmigo, ¿no les molestó que haya dicho que por mi comportamiento me iba a quedar solterona, en pocas palabras? —dijo Darcy levantándose de la silla.
—Pues no se equivoca, tiene absolutamente toda la razón, ningún hombre te querrá si te sigues comportando como una niña rebelde y malcriada —soltó Marlon alzando la voz.—Eres una mujer joven, y desperdicias tu juventud jugando a ser la mujer revolucionaria de la familia; solo mira a tus amigas, ¡Meredith incluso está esperando un bebé! ¿Cuándo es que vas a madurar y vas a dejar de hacer estupideces? —mediante hablaba, Marlon se ponía cada vez más rojo por la ira, alzando la voz y alterándose cada vez más. Darcy estaba más o menos acostumbrada a esa clase de comentarios, pero nunca escuchó decir por la boca de su padre que creía que todo en lo que se esforzaba Darcy eran estupideces, ¿entonces era una estupidez ser la primera de la clase?, ¿o el hecho de que tenía dos trabajos para pagarse los estudios? Y, aunque ellos no lo supieran, ahorrar para largarse de esa casa y no tener que depender de ninguno de sus progenitores, ¿eran estupideces? Darcy incluso ayudaba con los gastos de la casa y les daba tutoría a sus hermanos, prácticamente no causaba ningún problema, pero al parecer para su padre todas esas cosas eran inútiles. Darcy no supo qué responder a eso, pero sintió unas enormes ganas de llorar. El estudio se llenó de silencio, Darcy solo podía escuchar sus largas respiraciones para contener sus lágrimas.
—El lunes, Edmund se presentará a la reunión que tenemos planeada, Darcy podrá disculparse y corregir su comportamiento ahí; de todas formas, él no se mostró disgustado a pesar de su comportamiento; recuerda en lo que quedamos, los berrinches de Darcy no tienen peso alguno en esto. —dijo Edith rompiendo el silencio y tranquilizando a Marlon, mientras acariciaba su brazo.
¿El que Darcy se defendiera eran berrinches según ella? Ya nada la sorprendía a esas alturas, pero hubo algo que la inquietó, y era que no tenía la remota idea de a que se refería su madre con "recuerda en lo que quedamos". Darcy respiró hondo y con voz temblorosa preguntó:
—¿A qué te refieres con que...?
—No hagas ni digas nada más, hija. No es de tu incumbencia, solo retírate, no quiero oír más quejas. —se apresuró a responder su madre, mirándola inexpresivamente, pero con un tono firme. Darcy solo miró a sus padres con ira y decepción, queriendo soltar todo lo que pensaba sobre ellos en ese mismo instante.
Tenía unas desmesuradas ganas de gritar, pero al mismo tiempo, sentía que su voz iba desapareciendo lentamente. Se retiró deprisa sin decir una palabra, antes de que sus padres se dieran cuenta de que tenía los ojos llenos de lágrimas, y cerró la puerta con fuerza.
Llegó a su habitación y empezó a llorar con la respiración agitada. Se quedó apoyada a la puerta, sentándose lentamente en el suelo y rodeándose a sí misma con sus brazos, haciendo todo lo posible para que nadie la escuchara. Pensó en dejar absolutamente todo; sus estudios, sus sueños, rendirse literalmente de todo y casarse con el primer hombre que encuentre a ver si de esa manera sus padres cerraban la boca y la dejaban en paz. Se quedó ahí un buen rato, sintiéndose abrumada y destrozada, deseando que sus padres la vieran como una hija y no como una molestia.
Después de algunos minutos, respirando y enfriando su mente, se dijo a sí misma que nada de eso la llevaría a ningún lugar, llorar no iba a resolver nada, por lo que secó sus lágrimas y fue a darse un baño para tranquilizarse. Consideró ir al pueblo después y comprar algunas cosas para ella y sus hermanos, y así distraerse al menos un poco. Salió del baño y se vistió. Se dirigía a ver a Molly para preguntarle si deseaba algo. Pensó que tendría que ir a la habitación de Tom después, pero al llegar al cuarto, vio que Tom estaba con Molly cuchicheando sobre algo.
—¿Qué haces en el cuarto de Molly? —quiso saber Darcy formando una débil sonrisa con la comisura de sus labios.
—Hablábamos del tipo que vino hace un rato, ¿quién era? —preguntó Tom. La sonrisa de Darcy se desvaneció formando una expresión de desagrado.
—Ugh, ni me hablen de ese tipo; lo único que diré, es que es un idiota con el ego hasta el techo. —dijo Darcy sentándose en la cama, uniéndose a sus hermanos y bufando al final.
—Literalmente creo que lo conociste hoy, ¿cómo hiciste esa conclusión tan rápido? —dijo Molly con una expresión burlona en su rostro.
—"Serás una buena enfermera" —imitó Darcy a Edmund con una voz fastidiosamente aguda, y siguió imitándolo, mencionando el momento en donde le dijo a Darcy que "sería una mujer solitaria" por su actitud.
—Vaya imbécil. —dijo Tom disgustado.
—¿Y por qué vino aquí? —preguntó Molly.
—Tengo la pequeña sospecha de que mamá y papá intentan emparejarme con un macho millonario otra vez. —explicó Darcy.
—Eso tiene sentido para mí. —contestó Tom. Molly parecía reflexionar sobre algo.
—Dars, tú crees que los viejos sean capaces de..., bueno, lo que hemos temido con los tipos anteriores. —dijo Molly con algo de preocupación en su rostro.
—No —dijo Darcy tajantemente—, aunque lo intentaran, no dejaría que lo hagan, me han forzado a hacer muchas cosas... pero forzarme a casarme ya sería demasiado.