Aquella mañana me despertaron los gritos de mi hermana Leslie. Me puse un vestido cualquiera, después de ver que pasaba, saldría a cabalgar con mi Tormento, un bello caballo que mi padre me regaló cuando cumplí los 10 años.
Bajaba aquellas escaleras frías de piedra de mi casa, y me dirigía al despacho de donde provenían los gritos.
Cuando entré sin hacer ruido, mi madre estaba de pie detrás de mi padre que seguía sentado mientras mi hermana Leslie estaba histérica moviéndose por la estancia.
Para aclararos un poco, Leslie es mi hermana pero solo por parte de padre. Su madre murió cuando ella tenía 3 años, debido a un parto difícil. Con ella, el bebé también.Mi padre, se volvió a casar después de 10 años con mi madre, y unos meses después llegue yo.
Hoy, con 20 años, mi obligación es casarme pero antes va mi hermana que ya tiene 33 años y no encuentra marido. Creo que es por su forma odiosa de ser y mis padres poco a poco han empezado a pensar lo que yo, aunque no lo quieran reconocer.
Aquella mañana no iba a ser distinta, por lo que escuche que decía, mi padre le encontró otro pretendiente al que ella iba a ahuyentar o no?
-Papá, que sucede? – pregunté al pobre hombre que ya tenía la cabeza apoyada en las manos.
-Hija, acércate – me ordenó mi madre- tu hermana Leslie se casará antes de la siguiente luna llena.
-Que buena noticia – dije yo alegrándome, con la edad de mi hermana ya era difícil encontrarle marido.
-Papi querido, no me puedes hacer esto – lloriqueó ella.
-Entonces dime, que es lo que hacemos Leslie. Hija debes casarte o ir a una abadía.
-Papá – se sentó en la silla que había delante de él- me enamoré de John y estoy embarazada.
Mi madre soltó un pequeño grito mientras se tapaba la boca. Mi padre al igual que yo, nos quedamos sin palabras mirándola con los ojos tan abiertos que parecíamos búhos.
-John, el cocinero? – preguntó mi padre asombrado –
"Dios que diga que no, que es un laird " pensé yo.
-Si papá,nos amamos y queremos casarnos.
- Una hija de un laird de las Highlands no se va a casar con un simple cocinero! – gritó mi padre todo lo que pudo. – No pensaba que me ibas a avergonzar de tal manera.
-Pero papá, por favor, es el padre del niño.
-No, no y no, este papel – señaló hacia su mesa – indica que mi hija mayor debe casarse con Edgar Hamilton, así lo quisimos su padre y yo y así lo ordenó el Rey.
-No puedo papá, estoy embarazada – le dijo con voz baja mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo.
-Ni se te ocurra decirlo una vez más, te casarás con ese hombre y cuando nazca el niño dirás que es suyo y que ha nacido antes de tiempo
-No podemos hacer eso Harold – le dijo mi madre con voz suave, intentando que con ese tono mi padre se fuera a relajar.
-Entonces que hacemos Lis?
-Encontraremos otra solución amor – le volvió a decir mi madre - si esto se sabe, nos traerá la ruina y la muerte a esta casa que tanto hemos protegido nosotros.
-Voy a pensar que se puede hacer – dijo mi padre ya más tranquilo- pero ten por seguro que John de esta noche no pasa, ahora desaparece de mi vista – le dijo a Leslie.
Efectivamente mi padre cumplió su promesa y John, esa misma mañana fue escoltado fuera de los campos de mis padres y una vez ahí, en el bosque, mi padre le mató. Todo esto lo se por que yo les había seguido sin darse cuenta, hasta que oculta entre las sombras mi padre fue a buscarme.
-Se que nos has seguido – me dijo con voz suave- siento que hayas visto esto.
-No papá, no te preocupes – sonreí mientras le enseñaba la daga que llevaba en la bota y en la manga del vestido – yo hubiera hecho lo mismo.
-Tesoro mío, tú eres el único rayo de sol que queda en este clan, prómeteme que nunca me harás pasar por semejante vergüenza .
-No papá, sabes que tal y como me enseñó mamá, al matrimonio se llega pura.
-Eso es tesoro, eso es – me abrazó y me besó la cabeza.
Mi padre necesitaba cariño, necesitaba sentirse querido y últimamente solo mi madre y yo le abrazábamos y le hacíamos saber lo mucho que le queríamos. Leslie se había apartado de su lado, de hecho, nunca la vi acercarse a él, ni cuando este se lo pedía.