Elsbeth

38

 

Me senté tranquilamente en el sillón del despacho después de haber cenado ahí. Después de un mes, estaba terminando con el trabajo y las reuniones acumuladas el tiempo que estuvimos fuera.

Mi cabeza estaba dando vueltas ahora mismo del agotamiento que tenia encima. Montones de papeles que tuve que leer y firmar.

-Sigues aquí? –entró Connor.

-Si, me queda un poco.

-Venga, vamos a dar una vuelta a caballo, el aire fresco de la noche te despejará.

-Pues si, por que hoy no iba a terminar para nada.

Me puse la capa y subi encima del caballo. Connor les informo a los guardias de donde iríamos pero que queríamos estar solos.

Llegamos a un claro del bosque que había alrededor del castillo y nos sentamos en una manta que el había llevado.

-Elsbeth, te quería hacer una pregunta – yo le mire y asentí – quería saber si ha pasado algo durante tu ultimo embarazo y no puedes tener hijos.

-No, puedo tener hijos. Por que me lo preguntas?

-Por que llevamos ya varios meses casados y no te has quedado embarazada.

-Llevas razón y ya hice llamar a la matrona para que mañana me revise. Pronto lo sabremos.

Nos quedamos varios minutos más hasta que decidimos volver, ya hacia demasiado frio fuera. Cuando me puse de pie y fui a recoger mi capa del suelo algo me atravesó el vientre. Solo me di cuenta de que algo no estaba bien cuando vi la mirada de Connor asustada, mirando hacia mi barriga.

Perdi la conciencia.

 

Desperté y estaba sudando. En mi habitación se encontraba mi madre durmiendo en el sillón al lado de la chimenea y Connor mirando por la ventana. Movi un poco el tan pesado brazo para hacer ruido y llamar la atención ya que la garganta la tenia tan reseca que no podía hablar, pero ellos no se enteraban, se ve que tampoco movi el brazo.

-Connor – dije con voz tan baja que había dudado de si me había escuchado – Connor – volvi a repetir sin fuerzas, pero no me escuchaba.

Cerré los ojos, en cualquier momento se acercarían a mi cama y entonces los abriría. Escuchaba como mi madre se desvelaba y caminaba por la habitación , sin mirarme, hasta que vino con un trapo húmedo y me vio despierta. El grito que ella pego llamo la atención de Connor que se volvió hacia nosotras.

-Cuanto llevas despierta?

-Agua – ni siquiera tenia voz, ya solo movi los labios.

-El médico debe verte primero y luego tomarás agua.

Media hora después me daban un caldo de pollo caliente con el que mi garganta se suavizó y mi estómago se tranquilizó.

-Que paso? – aún así mi voz sonaba débil.

-Te han atacado – contestó mi madre – pero no han encontrado al culpable. Los guardias los están buscando, no te preocupes.

-Que sucede? – miré hacia Connor que todavía no se había acercado a mi desde que estaba despierta – Connor – llamé su atención.

-Nada, descansa y no te preocupes por nada. Lo importante es que has despertado.

El caldo relajaron mis musculos y me quedé dormida. Me desperté otra vez en medio de la noche y estaba sola. Intenté levantarme de la cama ya que tenia necesidades que cubrir pero Connor no me dejó.

-Donde estabas? – el señaló hacia la mesa que había, donde con una pequeña vela estaba leyendo varias cartas.

Me ayudó a hacer mis necesidades y me volvió a meter en la cama.

-Connor, ven conmigo – le dije pero el negó con la cabeza y se sentó otra vez ahí dándome la espalda.

Me volvi a despertar por la mañana. La que se encontraba a mi lado ahora era Dana y mi madre.

-Donde esta Connor? – pregunté ahora con unas pocas fuerzas más.

-Esta fuera, buscando al que te atacó.

-Que ha pasado, está raro y no me habla- tanto Dana como mi madre se miraron y fue esta ultima la que habló.

-Ya sabes hija, su orgullo está por los suelos ahora mismo, lo típico de no haberte protegido, se culpa por haberte sacado a pasear. Hombres – terminó ella y yo pensé que podría ser cierto.

-Tu descansa, pasado un tiempo el se olvidará de su herido orgullo y volverá a ser el mismo – me dijo Dana.

 

Me desperté por la noche, y ahora Connor si estaba en la habitación.

-Cuando has llegado?

-Esta tarde.

-Por que no me despertaste?

-Por que necesitas descansar Elsbeth.

-Connor – ahora si decidió mirarme – no fue tu culpa.

Salió de la habitación dando un portazo y yo decidi salir detrás de el, lo único es que no tenia las fuerzas suficientes como para correr. Una vez en la puerta escuche una conversación.

-Debes decirle la verdad – reconoci la voz de Dana – algún dia se enterará y no te podrá perdonar.

-Pero como le digo que por mi culpa le han hecho daño a mi mujer y a …. – se quedó callado.

-Connor, debe saberlo. Ella es fuerte, podrá superarlo. Además ya está presa, no podrá huir y es tu mujer quien debe decidir su castigo, es la Reina.

Me tumbé en la cama y decidi no hacer preguntas por el momento, no tenia fuerzas como para saber lo que me escondían.



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En el texto hay: amor, guerra, highlands

Editado: 12.12.2018

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