¿embaraza? La Nerd

Capítulo 15: El Caos Tiene Nombre.

—¿Qué está pasando aquí? —la voz de mi papá sonó como una bomba cayendo sobre nosotros.

Me giré, apenas consciente, con los ojos borrosos por las lágrimas, y lo vi... con los puños apretados, la furia marcada en cada línea de su rostro.

—Anny... —dijo mi mamá desde detrás de él, pero ya era tarde.

Yo temblaba. Mis piernas se rindieron. Caí de rodillas al suelo, sin poder detener el llanto que me desgarraba el pecho.
No podía hablar. No podía respirar.

Cody quiso ayudarme, quiso volver a sujetarme...
Pero mi papá ya lo había separado de un tirón, sujetándolo por la camisa.

—¿¡Qué le hiciste!? —rugió, empujándolo contra la pared—. ¡¿Qué mierdas le hiciste a mi hija!? ¡Si se te ocurrió ponerle una mano encima, te juro que no sales caminando de aquí!

—¡Señor García, por favor! —intentó defenderse Cody, con la voz temblorosa—. ¡No es lo que cree! Solo... ¡todo puede explicarse! Pero necesitamos calmarnos... por Anny. ¡Por favor!

—¿¡Calmarnos!? ¡Llego a mi casa y mi hija está temblando y llorando! —espetó, fuera de sí—. ¡¿Y me pides que me calme!?

Y entonces, sin previo aviso:

¡PUM!
El golpe fue seco.
Directo a la mejilla.

La cabeza de Cody se giró por completo. Un hilo de sangre se dibujó en la comisura de sus labios.

—¡¡PAPÁ, NO!! —grité, pero mi voz ya no tenía fuerza.

Mi mamá se arrodilló junto a mí, desesperada, rodeándome con los brazos.

—¡Alberto, cálmate, por favor! —rogó entre lágrimas—. ¡Estás asustando más a Anny!

Pero no era solo miedo. Era todo. Era el dolor, la culpa, el secreto.
Era el caos dentro de mí saliendo sin control.

—¡Anny, habla! —exigió mi padre, fuera de sí—. ¡Dime qué pasó! ¡Dímelo ahora!

Intenté abrir los labios. Sentí el ardor en mi garganta...
Pero lo único que logré fue...

vomitar.

Lo poco que había comido esa tarde salió con violencia, dejando a mi madre paralizada, mirándome horrorizada, aún sosteniéndome.

—Dios mío... —susurró ella, pasándose la mano por la boca, como si la realidad recién la golpeara.

Cody dio un paso hacia mí, queriendo ayudar.

—¡Ni se te ocurra! —ladró mi papá, alzando el brazo como advertencia.

Cody se detuvo, con las manos arriba, sin moverse más.

—Señor García... —dijo él, tragando saliva—. Tenemos algo que decirle... pero por favor... tiene que calmarse. Esto no puede seguir así.

Mi padre bajó lentamente el puño. La rabia no se iba... pero algo dentro de él se quebró.
El silencio que siguió fue como un cristal por romperse.

—¿Qué es lo que tenemos que saber? —susurró mi mamá, aún arrodillada junto a mí, con los ojos rojos de tanto llorar.

Yo abrí los labios.
Quise hablar.

Pero lo único que logré fue llorar de nuevo.

Y en ese instante... un grito desgarrador rompió el aire.

Cody se giró hacia mí, alarmado.

—Anny... ¿estás bien?

Pero no estaba.

El dolor en mi vientre fue repentino.
Una punzada aguda que me cortó el aliento.

—¡Ahh! —grité, llevándome las manos al estómago—. ¡Cody...!

Y en segundos, todo se volvió negro.

—¡ANNY! —gritaron todos al unísono.

Y entonces... el caos llegó a su punto máximo.

Y aún no sabían la verdad.



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Editado: 30.04.2025

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