¿embaraza? La Nerd

Capítulo 35: Silencio antes del golpe

Narrado por Cody

No sé cuánto tiempo estuve sentado en ese pasillo.

El suelo estaba frío. El aire, espeso. Y mis pensamientos... eran como cuchillas, girando sin control.

Zoe estaba a mi lado, sentada también. No dijo nada durante un buen rato. Solo se quedó ahí. No como una amiga. No como una hermana de Anny. Sino como alguien que entendía lo que dolía no poder hacer nada.

Me miró de reojo. Supongo que esperando que hablara. Pero no podía.

Porque, ¿qué se dice cuando te arrebatan la posibilidad de decidir sobre lo que amas?

Mi garganta ardía. No del llanto, sino de la rabia contenida.
Del miedo.
De la impotencia.

Zoe suspiró y finalmente habló, con esa voz que usaba cuando no quería romperse:

—Lo hiciste bien, Cody. Estuviste ahí para ella. Y estás aquí ahora.

—No fue suficiente —susurré.

Me incliné hacia adelante, con los codos apoyados en las rodillas. Me apreté el rostro con las manos, queriendo desaparecer.

—Me quitaron a mi hijo sin mi permiso. Me quitaron la oportunidad de luchar con Anny... Y no pude hacer nada.

Zoe se quedó en silencio. Pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Lo sentí. No necesitaba mirarla.

—¿Y si algo le pasa? —dije, con la voz quebrada—. ¿Y si... y si no vuelve? ¿Cómo se vive con eso, Zoe? ¿Cómo se sobrevive a eso?

Ella no respondió con palabras. Solo me abrazó. Así, de repente. Como si hubiera estado esperando ese momento.

Su abrazo fue firme. Cálido. Triste.

—tu no la traicionaste, Cody —me dijo al oído—. tu estuviste ahí. tu la escuchaste. tu creíste en ella. Eso... eso es amor. No importa lo que digan los demás.

La abracé de vuelta. Porque necesitaba sentir algo. Lo que fuera.
Porque el vacío era demasiado.

—No sé cómo se toma una decisión así —murmuré—. Porque si salvás a uno, ¿no estás dejando morir al otro?
Y si elegís... ¿cómo vivís después con esa elección?

Zoe se separó un poco y me miró directo a los ojos. Con firmeza.

—No fuiste tu quien eligió. Fue él. Y si eso nos deja una lección, es que cuando Anny despierte, tiene que saber todo. Sin secretos. Sin mentiras.

Asentí. Y en ese momento... las luces de la sala se apagaron. El quirófano.

Nos pusimos de pie. El corazón me latía en el cuello. En los oídos. En el alma.

El doctor salió. Su rostro era una sentencia.

Zoe me tomó la mano. Fuerte.

Yo di un paso. Luego otro. Y el mundo se detuvo cuando escuché las palabras:

—Se hizo la cesárea. Se logró estabilizar a Anny… pero lo siento mucho, Cody
El precio a pagar fue caro.
El precio a pagar fue caro.

Me quedé quieto. Sordo. Como si las paredes hubieran cerrado el sonido.
Como si mi pecho ya no pudiera con nada más.

Zoe apretó mi mano. Pero yo no podía moverme.

—¿Qué… qué quiso decir? —alcancé a preguntar, aunque la voz me salió ronca, apenas un susurro.

El doctor bajó la mirada. Se notaba cansado. Casi derrotado.

—Necesito que me acompañes, Cody.

Zoe soltó mi mano. Y por un segundo, quise no ir.
Quise quedarme allí. Donde no existía la verdad todavía.

Pero caminé.
Un paso. Luego otro.

Y detrás de la puerta a la que me llevó…
Me esperaba la respuesta que podía destruirme.



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Editado: 30.04.2025

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