Embarazada en la Gira. #1

Capítulo Siete; Inesperado, abrumador y emotivo.

Sophia.

Hoy es el día, está declarado por los astros y todos los dioses de todas las generaciones.

Hoy le diré a Kathe que soy novia de Danny y bueno ya llevamos un tiempito juntos. Desde el primer momento en que lo vi supe que no habría más nadie en mi corazón. Hay personas que no creen en el amor a primera vista, que dicen que eso es algo que sucede en libros o en películas. Osea que es ficticio, pero una vez que encuentras a esa persona te das cuenta de que lo ficticio puede hacerse realidad. Y e allí nuestro ejemplo, no sé si él lo sentirá así pero yo sé que muy en el fondo yo soy su amor a primera vista.

Nos estábamos preparando para ir al bar donde nos vamos a reunir, Kathe no tiene ni idea de lo que le vamos a decir ella solo sabe que nos reuniremos a pasar el rato ya que los chicos tienen un descanso de los conciertos y decidieron que lo iban a pasar con nosotras, estoy muy emocionada de decirle a Kathe que Danny y yo estamos en una relación. Sé que me dirá que tenga cuidado y todo lo demás, ella no quiere que me pase lo que le pasó a ella. Pero esa ya es otra historia y si ella se la quiere contar a los chicos esta en su derecho.

 

Nos estábamos arreglando, bueno arreglando lo is se llama arreglando no. Solo estábamos viendo que ponernos para la salida. A la final nos decidimos por ir sencillas pero sexys.


Bueno la idea de Kathe de sencilla y sexy es muy diferente. Y ya que tenemos unos conjuntos que son iguales pero de diferente color decidimos ponérnoslo. En lo que a mí respecta son sencillos y también sexys, pero bueno eso ya está a criterio de los demás yo me siento bien con mi cuerpo y con mi ropa.

 

***


Después de terminar de arreglarnos, quise comerme una mandarina, es reo ya que a mí no me gustan mucho las mandarinas. Pero era como una ansiedad que de solo pensarla se me hacía agua la boca.

 

- Oye Kathe, ¿Tenemos mandarinas?.- Le preguntó a Kathe porque creo que la última vez que fuimos al supermercado ella compro unas cuantas.

 

- Creo que en el refrigerador quedan unas cuantas. ¿Por qué?.- Ya no le estaba prestando atención ya que estaba muy ensimismada con la mandarina, cuando probé la primera fue como si algo se detonará en mi ser, estaba muy dulce y jugosa.

 

Cuando termine de comérmela me lave las manos y fui hacia dónde estaba mi loca amiga que estaba hablándose al espejo. Así como dándose ánimos, sé que está nerviosa cada vez que ve a Blake se pone así, no es que tenga problemas de confianza ni nada simplemente que ella es así. Le gusta buscar ánimo en ella misma y no en las demás personas ya que hay peros en las cuales no se debe de confiar y ella ya pasó por eso.

 

Soy una de las pocas personas en las cuales ella confía y hora Blake es otra, yo solo espero que no la lastime ya sufrió mucho.

 

Cuando estaba por llegar a mi habitación y conseguir mi bolso, se me revolvió el estómago. Fue extraño así que no le de importancia, pero cuando sentí que me bilis subía y quería salir, corrí al baño y prácticamente abrace al inodoro mientras veía como se un la mandaría que me había comido hace solo cinco minutos. Sentí como Kathe agarraba mi cabello y me limpiaba la cara con una toalla húmeda.

 

- ¿Qué sucedió? Lo único que vi fue tu cabello cuando pasaste corriendo por mi lado e ibas al baño.- Me observó con los ojos abiertos como platos.

 

- No lo sé, de repente se me revolvió el estómago.- Le dije mientras me ponía de pie y me enjuagaba la boca con enjuague bucal.

 

- Bueno debió ser algo que te callo mal. Deberíamos de irnos ya los chicos están en el bar y nosotras parecemos quinceañeras dado que ya es tardisimo la fiesta empezara sin nosotras.- Dijo mientras nos reíamos ya que en sus quince años ella llegó después de la hora en la que tenía que salir a bailar en vals. Fue muy gracioso ver a todos esperando a Kathe en el club mientras la canción de entrada se repetía tres veces.

 

- Bueno está bien, vamonos antes de que se emborrachen y quieran hacer karaoke así como tu tío Mario.- Solté una carcajada ya que aún recuerdo que el tío Mario se había adueñado del micrófono y no lo quería soltar y canto desde la canción de entrada hasta las quince primaveras.

 

Cuando terminamos de agarrar todo lo necesario, ósea nuestros bolsos y dentro de ellos todo lo necesario, salimos y nos dirigimos hasta nuestro taxi. El cual menos más que Kathe había llamado después de mi momento romántico con el inodoro. Porque sino que vergonzoso sería verle la cara al taxista el cual estuviera esperando un buen rato.

 

- Oye Kathe.- Le dije pero mi voz sonó muy lejana y no se porque si la tenía al lado mío.- ¿Por qué esta todo borroso?.

 

- ¿Como que borroso? si apenas está anocheciendo, ¿Te sientes bien Soph?, ¿Soph? ¿¡¡SOPHIA!!?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.