Embarazada por Venganza.

Capítulo 03: Lejos de casa.

Nunca es tarde para comenzar de nuevo y ser redimido de tus pecados.

Bruce Wilding

Unas semanas después.

Luego de haber tenido un exquisito viaje a Inglaterra para atender una conferencia de mi carrera de Odontología, muchas cosas cambiaron. Si hubiese podido atender a mi madre dentro de mi apretada agenda, no hubiese pasado nada a mi madre por una mala acción, ni mucho menos al negocio de esa irresponsable mujer, pero, por otro lado, me siento bien, ya que ella estaba practicando cosas de forma ilegal. 

Deseo que esa mujer pague, me hubiese gustado verle la cara para darme cuenta de quien se trata, usurpadora, estafadora y mentirosa. Tres cualidades en una misma persona, las cuales odio con todo mi corazón. 

Me he expandido tanto con mis negocios que tengo diferentes en varias partes del mundo, aunque la sede principal se encuentra en Estados Unidos, que no es mi ciudad natal, pero aquí vivo. 

Coloco mi ropa de trabajo, esterilizo correctamente mis herramientas y otra las cambio para comenzar con mi labor. Le pido a una de mis asistentes, Maia, que venga a suplir con esta tarea que tengo de una extracción de una muela del juicio. 

—Buenos días, señor Wilding, no lo había visto hace unas semanas desde su viaje a Inglaterra, justo eran mis vacaciones, dígame, ¿cómo estuvo su conferencia? —esboza una sonrisa. 

—Buen día, Maia, me fue bien, aunque pasaron otros percances. Me alegra que tomaras descanso, así vienes preparada para todas las tareas que nos conciernen —coloco mis guantes antes de acomodar a la paciente—. Antes de empezar con esto, hazme saber si ya conseguiste la empleada sustituta, no puedo tenerte a ti aquí y en recepción a la vez, es demasiada labor y puede resultar peligroso para la seguridad. 

—Aún no, quizá ya en esta semana aparezca alguien más. Quienes han venido no cumplen con los protocolos o son aprendices. ¿Por qué no le dice a su hermana que venga a cumplir con esto y yo me quedo en servicio al cliente? —niego repetidas veces. 

—De todas las ideas brillantes que me sugieres siempre, esta se quedó sin luz. La rivalidad entre mi hermana y yo por los consultorios es muy reñida, por lo que, no puedo poner a trabajar a mi competencia aquí para que se quede con el mérito de todo. 

—Podría adivinar… —se pone a pensar—, ¿herencia?, ¿algún negocio importante? —asiento y carcajeo para empezar con la extracción. 

—Sí, mi padre tiene uno de los mejores consultorios, por eso el mío aún es medianamente grande. Quiere que sea su sucesor en todo este aspecto, pero me faltan algunas ramas. Tengo años en esto, sin embargo, cada quien tiene su especialidad. 

—Comprendo, que feo es que tengan esa competencia. En fin, son sus asuntos. Más tarde le haré saber respecto a una nueva empleada.

—Muchas gracias, empleada estrella, sin dudarlo eres la mejor de todas —no sonrío, eso no me gusta para nada. 

—Lógicamente, porque no hay más asistentes, los demás son de publicidad, organización y contabilidad. 

Seguimos con la pequeña cirugía, la cual no fue nada compleja a comparación con otros pacientes. Esta mujer en particular, tenía sus dientes limpios y sanos, cosa que no a todos les sucede.

No dejo de pensar en lo mal que está mi madre, le dije que viniera para acabar de esta paciente y empezar a tratarla a ella, fui un mal hijo y ese regaño de mi padre lo recibí en grande por ser un inútil, no fui un hijo honrado al no colaborar con mamá. 

Papá estaba de viaje y mi hermana, pues estaba aquí en el país, el único que podía tratar su dolor era yo, así que fallé totalmente. 

Ahora solo deseo que aquella mujer pague por el daño causado a mi señora, si no, me encargaré de que con mis propias manos sufra doblemente por lo que hizo.

 

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Zaya Lawless

Estuve varios días en la cárcel donde las condiciones que pasé eran críticas, al menos pude salir gracias a Nick. La verdad no lo merezco como pareja, ni siquiera como un amigo, pero pudo ayudarme de una forma madura a pesar de estar enojado conmigo. 

Tengo que hablar con él, debo irme, de hecho, lo poco que me quedaba de mis ahorros pude usarlo para comprar los boletos de avión de cada uno de la familia y huir lo más pronto posible. 

Con las maletas listas y rumbo al aeropuerto, decido llamar a Nick. 

Al contestar, no sé ni como comenzar.

 

📞 Hola, Zaya —sus respuestas frías como el hielo me quiebran el alma, pero es lo menos que merezco ahora mismo basándose en mis acciones. 

📞 Hola, Nick —trago en seco—, no te llamo para molestarte, solamente para decirte que gracias por todo y que voy camino a Estados Unidos. Allá trabajaré de forma honrada y te pagaré lo que gastaste en estas semanas para sacarme de la cárcel. Si ya no me quieres, te entiendo, no es tu culpa. 

📞 ¿Y dónde estás?, ¿por qué te vas así de repente? —se escucha desesperado—, no puedes pretender que de inmediato te olvide, Zaya, es lógico que te quiero aunque me hayas mentido tantas veces. 




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