Embarazada sin Querer Editando

Capítulo 12

—Voy a ir a mi casa a recoger algún vestido para esta noche —le digo a Gonzalo mientras terminamos de tomar desayuno.

Él aún viste su pantalón de pijama, mientras que yo ya estaba lista. Me había puesto un suéter blanco, pantalón negro y unos botines con un poco de taco.

—De acuerdo, yo iré al gimnasio y de ahí me pasaré a la casa de mis padres —en cuanto menciona a sus padres siento mi cuerpo tensarse.

—Bien —respondo levantándome, agarro mi cartera.

—Tendremos que decirles pronto lo del embarazo —informa—. Pero tranquila no ahora —se apresura a decir notando mi incomodidad.

—De acuerdo. —Salgo del departamento.

Bajo por el ascensor hasta el estacionamiento. Le escribo a Lizzy y a Vanessa para almorzar juntas.

****** 
 


Llego al edificio, me acerco a recepción.

—Buenos días señora Clarita —saludo a la encargada de recepción.

—Mi niña ¿Como estas? Te veo diferente —me dice regalándome una tierna sonrisa.

—Estoy bien señito, dígame como van las cosas por acá ¿Cuándo podremos volver?

—Los pisos de abajo pueden volver, el problema es con el 5 y 6 piso que están en mal estado y los bomberos dicen que por precaución el 4 piso tampoco podrá ser utilizado por el momento.

—Ya veo, entonces aun no podemos volver, gracias señora Clarita. Iré a recoger unas cosas —me despido y subo las escaleras.

Cuando llego a mi casa todo está igual a cuando lo dejamos. Voy a mi cuarto y empiezo a mirar entre los vestidos que tenía.

Me pruebo varios y al final me decido por un negro corto suelto, busco unos zapatos que combinen y algún collar. Después de decidirme, guardo las cosas en una bolsa y también guardo algo de maquillaje.

Miro la hora, son las 12:30 pm. No me había dado cuenta de que había pasado tanto tiempo. Agarro todo y salgo de la casa para ir al restaurante donde comería con las chicas.

Manejo cantando junto a Bruno Mars, cuando llego al restaurante estaciono y voy en búsqueda de las chicas.

Las veo sentadas en una mesa de atrás.

—Hola chicas —saludo sentándome.

—Chiquita ¿Cómo estás? —pregunta Lizzy.

—¿Cómo estas con respecto a tus padres? ¿Te han llamado? —indaga Vanessa.

—No he sabido de ellos desde ayer que se fueron —les comento con tristeza.

Así pasa la tarde, entre la comida y chismes. Me había enterado de que Vanessa iba a conocer a los padres de Juan David. Y Lizzy había conocido a una chica y estaba saliendo con ella. 
Son las 6:00 pm cuando me despido de mis amigas. A Lizzy la vería más tarde porque ella debía estar en el evento.

Llego al departamento, dejo el vestido y todo lo demás sobre la cama y me meto a bañar. Aprovecharía que Gonzalo esta con sus padres para cambiarme sin prisas.

Dejo salir el agua caliente, mientras espero que se llene la tina me desvisto y amarro mi cabello, cuando el agua ha llenado lo suficiente cierro el grifo y me meto. 

 

<< ¡Esto es la gloria! >>
 

Luego de estar aproximadamente una hora en el agua, es hora de salir. Me envuelvo en una toalla y camino hasta el cuarto. Seco mi cuerpo con la toalla, la dejo a un lado sobre la cama, agarro mi ropa interior, me pongo mi braguita tanga y un sujetador negro a juego. Me siento sobre la cama para maquillarme, decido hacerlo un poco más de lo usual, quiero resaltar mis ojos. Cuando termino el maquillaje y obtengo el resultado que buscaba paso a arreglar mi cabello. Me hago unas cuantas ondas en las puntas de mi largo cabello.

Agarro el tubo de crema corporal para ponerme un poco, me unto crema en una pierna y la esparzo con mis manos, cuando quiero repetir la acción en la otra pierna agarro el tubito de crema, pero este se resbala y cae al suelo, al pararme lo pateo sin querer y termina debajo de la cama. 

 

<< ¡Perfecto! >> 

 

Me agacho y meto la mano debajo de la cama para poder alcanzar el dichoso tubito.

—¡Maldito tubo! ¿Por qué me haces esto? —exclamo enojada tratando de alcanzar al desgraciado cuando escucho un carraspeo detrás de mí. Giro mi cabeza, apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y una sonrisa pícara esta Gonzalo.

—¿Interrumpo? —pregunta.

Me levanto de un salto y trato de buscar algo para cubrirme, pero no encuentro nada.

Él camina despacio a mí mientras voy retrocediendo. Somos como el cazador y su presa, sigo retrocediendo hasta que mi espalda choca con la fría pared, se acerca hasta que queda pegado a mí.

Puedo sentir su cuerpo duro contra el mío, con una mano agarra mi cadera con fuerza, siento sus dedos quemar contra mi piel desnuda, la otra mano la apoya en la pared, al costado de mi cabeza.

—Estas hermosa así —susurra. Siento sus labios rozar mi oído.

Me siento nerviosa, siento calor por todo mi cuerpo. Mi corazón empieza a latir con rapidez, paso saliva con nerviosismo.

—¿Q-que haces? —tartamudeo.

Me mira y sonríe, luego se gira y sin decir nada más se mete al cuarto de baño.

Suelto el aíre que estaba reteniendo desde que Gonzalo empezó a acercarse a mí, agarro mi vestido que sigue sobre la cama y me lo pongo.

Justo cuando termino de colocarme el collar Gonzalo sale del baño con una toalla sobre su cadera. Lo miro y salgo lo más rápido que puedo de la habitación.

****** 
 


Gonzalo:

He pasado toda la tarde con mis padres, les he dicho que tengo que contarles algo importante. No les dije exactamente de qué se trata, pero había quedado en ir a comer mañana y llevaría a María Fernanda.

Es algo tarde, debo apurarme en cambiarme, el evento es a las ocho y debo llegar antes. Entro a la casa, veo la cartera de María Fernanda, ya debe estar lista. Voy al cuarto y me llevo una GRAN, GRAN, GRAN sorpresa.




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