Embarazada sin Querer Editando

Capítulo 24

Hoy es lunes, a empezar la rutina de nuevo. Gonzalo y yo habíamos decidido que no esconderíamos nuestra relación, aunque tampoco estaríamos gritándole a los cuatro vientos. Si la gente se enteraba, bien, si no, estaba bien igual.  

Estamos en su auto rumbo a la editorial. Estoy feliz y estoy segura que la cara de idiota no me la podrá quitar nadie.  

—¿Almorzaremos juntos? —Gonzalo me mira mientras estaciona el auto.  

—He quedado en almorzar con Lizzy.  

—De acuerdo señorita Avery, es hora de trabajar.  

Salimos del auto y entramos a la empresa como cualquier día. Saludamos a las recepcionistas y entramos al ascensor.  

******  

Había sido un día relativamente tranquilo, Gonzalo había ido a almorzar con unos socios y yo estaba esperando a Lizzy en la puerta para ir a comer.  

—Vaya tu barriga ha crecido mucho, increíble que te queden esos pantalones —Liz llega a mi lado mirándome divertida. Me he puesto unos jeans, polo y bléiser junto a unos zapatos de tacón rojos, debo aprovechar mientras pueda seguir usándolos, estoy segura que en poco tiempo eso cambiará.  

—Pues se hace lo que se pude, aunque ya debo empezar a buscar ropa nueva porque está casi no cierra.  

Caminamos despacio rumbo al restaurante, tenía mucha hambre. Cuando llegamos, hicimos nuestro pedido.  

—Hablé con Vanessa ayer, me contó que el jefazo dejo de ser un idiota y se decidió por fin.  

—Si, estamos muy bien ahora. Ya estamos viviendo juntos. Aunque es un poco apresurado.  

—María Fernanda por Dios, van a ser papás ya creo que eso de ir despacio es algo irrelevante. Si tú eres feliz todo irá bien, ya verás. Y nos tienes a Vanessa y a mi contigo.  

—Si lo sé.  

******  

Me siento en mi escritorio después de regresar de almorzar.  

La oficina de Gonzalo aún está cerrada, seguramente aún no ha regresado de su almuerzo.  

Empiezo a revisar mi correo cuando escucho un golpe en la oficina de Gonzalo.  

Me levanto curiosa para ver qué pasaba ahí adentro.  

Cuando abro la puerta encuentro a Cassidy que esta parada detrás del escritorio de Gonzalo.  

—¿Qué haces aquí? —pregunto sobresaltándola.  

—Yo... —Parece nerviosa. Se estira en su típica pose de reina del mundo—, pues que gracias a que la secretaria de este piso no estaba en su puesto de trabajo tuve que entrar yo misma a dejar unos papeles.  

—Papeles —digo levantando la ceja—. Bueno señorita Castillo ya estoy aquí así que puede entregarme los papeles. Y le pido que en un futuro no entre a la oficina si no está mi jefe aquí.  

—Como te atreves a hablarme así. —Se acerca molesta a mí y se planta frente a mi—. Te recomiendo que modules ese tonito conmigo ¿No sabes quién soy? Respeta a tus superiores muchachita. No creas que por que estas embarazada no te puedo poner patitas en la calle. Tu solo eres una simple secretaria. Yo cuento con todo el apoyo de Gonzalo y puedo sacarte de aquí cuando quiera. —Se cruza de brazos con una sonrisa de superioridad.  
 

<< ¿Quién se cree esta arpía? >> 
 

—Mire señora Castillo en ningún momento le he faltado el respeto. Y si, puedo ser una simple secretaria como usted dice, pero yo no he cometido ninguna falta para con la empresa, como para que usted amenace con despedirme.  
 

<< ¡Ni pienses que me voy a quedar callada maldita bruja! >> 
 

—Mira niñita....  

—¿Que sucede aquí? —la voz de Gonzalo nos hace sobresaltar.  

—¡Gonchi! Pues, aquí tu secretaria que se toma atribuciones que no le corresponden.  
 

<< ¡Ahí está otra vez, activando su modo perra en celo restregando sus tetas sobre mi hombre! >> 
 

—¿Que pasó María Fernanda? —pregunta frunciendo el ceño, y alejando con disimulo a Cassidy.  

—Lo que pasa señor Carson, es que aquí la señora Castillo ha entrado a su oficina cuando no había nadie. Y yo le dije que evitara entrar cuando no hubiera nadie aquí.  

—Tenía que entregarte los papeles de los contratos para el nuevo editor, pero tu secretaria no estaba en su puesto de trabajo. Creo que piensa que porque está embarazada debemos tener ciertas contemplaciones con ella.  
 

<< ¡No vayas por ahí bruja! >> 
 

—Bueno Cassidy, lo cierto es que María Fernanda solo está haciendo valer mis reglas, nadie debe entrar aquí si no estoy yo. Y por lo que no estaba en su puesto de trabajo, ella aún está en su hora de almuerzo. —La cara de Gonzalo muestra el fastidio que le produce esta situación.  

—¡Ay Gonzalo! ¿Cómo puedes ser tan condescendiente con ella? Es solo una simple secretaria.  

—Bueno Cassidy, ésta simple secretaria como tú la llamas es muy eficiente en su trabajo, nunca ha tenido errores, es por eso que mi padre la recomendó cuando llegué yo aquí. Además, es de mi novia de quien estás hablando.  
 

<< ¡Oh, lo dijo! >> 
 

—¡¿Que?! —La cabeza de Cassidy gira rápidamente hacia Gonzalo con una expresión horrorizada—, ¿Acaso te has vuelto loco? No puedes mezclarte con alguien como ella, solo es una secretaria y además ¡ESTA EMBARAZADA! Vaya a saber cómo saldrá ese niño, con qué clase de tipo se habrá revolcado esta mujer —Me señala con desprecio.  
 

<< ¡Hasta aquí llego esta bruja! >> 
 

Estoy lista para saltar sobre la serpiente venenosa. Cuando Gonzalo se me adelanta.  

—Espero que sean unos bebés sanos y fuertes. Y por lo del padre no te preocupes, me hago periódicamente exámenes y no tengo nada mal, así que mis bebés no tendrán problemas.  

—¿Qué? —su voz es un susurro, veo su rostro palidecer.  

—Así es Cassidy, María Fernanda es mi novia y la madre de mis hijos. —Se acerca a mi lado y pasa un brazo por mi espalda—. Y te agradecería que te guardes tus comentarios fuera de lugar, espero que la respetes a ella y a mis hijos.  
 




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