Embarazada sin Querer Editando

Capítulo 30

Esto es agotador, las chicas que estoy entrevistando no cumplen con los requisitos para poder encargarse de mi puesto.  

Hace una semana que papá había salido del hospital y se encuentra muy bien, por ahora está dirigiendo la empresa desde casa, no es lo más indicado, pero hasta que no encuentre a alguien que me reemplace debíamos seguir como hasta ahora.  

Estoy en la sala de reuniones y toda la mañana he estado con las candidatas, Gonzalo había insistido en que debía ser yo quien encuentre un reemplazo.  

Son la una de la tarde, me muero de hambre, voy a tomar una pausa para almorzar.  

Salgo a buscar a Gonzalo para ir juntos. Entro a su oficina sin tocar.  

—¡No puedo entender que es lo que le has visto a esa mujer! ¡Yo soy mejor que ella! —Cassidy está frente a Gonzalo con cara de desquiciada.  

Ambos voltean cuando se dan cuenta de mi presencia.  

****** 

Gonzalo:  

Ha sido una mañana tranquila para mí, aunque no puedo decir lo mismo de la pobre Mafer, ha tenido que entrevistar a varias secretarías para ocupar su puesto. 

Lo normal hubiera sido que Cassidy escogiera a la nueva secretaria, ya que ella es la encargada del área de recursos humanos, pero pienso que la mejor para encontrar a un reemplazo es Mafer, ya que ella sabe todo lo que se debía hacer en ese puesto.  

La puerta se abre de pronto mostrando a una enfurecida Cassidy.  

—¡¿Por qué has hecho eso?! —Se acerca a mí y golpea la mesa con las manos.  

—Te puedes calmar y decirme que es lo que te pasa. —Trato de estar calmado, pero Cassidy siempre logra exasperarme.  

—¡Yo soy la encargada de escoger al nuevo personal! ¡Y tú has pasado sobre mi autoridad, has hecho que esa mujercita haga mi trabajo!  

—Mira Cassidy entiendo tu posición, pero creí que lo mejor era que la señorita Avery escoja quien debía suplirla ya que ella sabe todo lo que se tiene que hacer en ese puesto y así... —No puedo terminar de hablar, ya que la voz chillona de Cassidy me interrumpe.  

—¡Claro ella sabe perfectamente lo que te gusta en tus secretarias! ¿Verdad? ¡Crees que por llamarla por su apellido restas importancia al hecho de que te revolcaste con tu secretaria! —chilla enfurecida.  

—Si no quieres que pierda la poca paciencia que me queda contigo, será mejor que te calles y te retires de una vez.  

—¡NO!, ¡No acepto que esa trepadora se quede contigo!! —Su expresión enloquecida cambia a un semblante suave. Bordea el escritorio hasta quedar a mi costado, se agacha aun con esa expresión suave.  

—Cariño si lo que tú quieres es tener un buen polvo puedes hacerlo conmigo —Me agarra las manos mientras me suelta ese disparate—, no tienes que conformarte con ella, puedes tenerme a mí.  

Me pongo se pie y camino hasta la puerta, giro y ella ya está pegada a mí.  

—Veras que para lo único que te sirve esa mujer es para eso, y yo lo puedo hacer. Yo puedo cumplir mejor que ella. —Pasa sus brazos alrededor de mi cuello.  

Agarro sus manos y las quito de mi cuello.  

—Tu realmente estás loca Cassidy. —Toda esta tontería ya me está colmando la paciencia—. Quiero que te quede algo bien claro, María Fernanda es la madre de mis hijos y es la mujer que amo, es la persona que escogí para mí. ¡Nunca! ¡Óyelo bien, nunca voy a fijarme en ti! Y no quiero escuchar que hablas así de ella nuevamente ¿Te quedó claro?  

—¡No puedo entender que es lo que le has visto a esa mujer! ¡Yo soy mejor que ella! —Suelta molesta.  

La puerta se cierra de pronto, volteo cuando me percato que María Fernanda había entrado a la oficina.  

—¡TU! —grita Cassidy mirando a Mafer.  

—¿Qué sucede aquí? —exclama Mafer con los ojos abiertos.  

—¡Tú eres la culpable! ¡Tú me robaste! ¡Me lo robaste! ¡Gonzalo era para mí y tú lo engatusaste! —Se acerca amenazadoramente a María Fernanda.  

—Nadie te quitó nada Cassidy, deja ya de hacer el ridículo —digo tratando de estar calmado.  

—¡Claro que sí! ¡Hasta estoy segura que esos engendros no son tuyo... —Cassidy no pudo terminar de hablar.  

Todo pasa deprisa, María Fernanda le había dado una soberana cachetada a Cassidy.  
 

<< ¡Bravo Mafer! >> 
 

—¡Escucha bien cucaracha engreída! —Mafer le planta la cara señalándola amenazadoramente con el dedo—. Tú puedes decir de mi lo que se te dé la gana, pero si te atreves a decir algo de mis hijos te las vas a ver conmigo ¡¿ENTENDISTE?!  

—Maldita oportunista —Cassidy avanza con intención de agarrar a Mafer del cabello, pero soy más rápido que ella y agarro su muñeca.  

—¡Es suficiente Cassidy! ¡Ya estoy cansado de toda tu estupidez! —Le hago mirarme—, ¡Ahora mismo quiero que agarres tus cosas y te vayas de mi empresa! ¡Estoy cansado de tener que aguantar tus quejidos!  

—No puedes, tú madre... —empieza a decir.  

—Mi madre no tiene nada que hacer aquí —la corto de golpe—, el jefe de esta empresa soy yo, y ya no eres necesaria para la empresa. —Avanzo, me coloco al lado de María Fernanda y abro la puerta—. Es más saludable para todos que así sea.  

Ella me mira una vez más y avanza hasta quedar frente a María Fernanda.  

—Me las vas a pagar, maldita —susurra despacio—. Te vas arrepentir.  

Y sin más sale dando un portazo tras ella.  

—Lo siento Gonzalo, no quería que llegara a este punto —se disculpa Mafer.  

—Tú no tienes nada de que disculparte amor —Pongo mis manos sobre sus hombros—, yo no puedo permitir que ella te hable así y menos a nuestros bebés.  

—¿Crees que se quede, así como así, sin hacer nada? —pregunta mirando la puerta por dónde había salido furiosa Cassidy.  

—Yo no creo que ella haga gran cosa, a lo mucho irá corriendo a llorarle a mi madre.  

Coloco una mano en su mejilla y me acerco a darle un beso.  




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