Embarazo por Venganza

Capítulo 4

Alondra regresó a su casa, el descapotable de Eulices, estaba vez sí que le había ido bien a los dos cuando se fueron a la playa. Y llegaban riéndose de las travesuras que había hecho los dos, Alondra esta vez sonreí y ya se le había olvidado lo que su padre había dicho en el estudio.

 

— Bueno, mi querida Alondra, estamos ya en tu casa, así que la dejo y me voy, no me vaya a caer encima tu nana.

— no digas eso que la cocinera no es mi nana, además dejemos de hablar de esas cosas y hablemos cuando me vuelves a invitar a salir, Daddy.

— Alondra… No me digas Daddy.

— Como si no te distes cuenta, de todas esas chicas que se te quedaron viendo en la playa.

 

Y Eulices lo que hizo fue reírse y al bajar Alondra él sale a toda velocidad de la mansión. Al entrar y encuentra con su padre con cara de molesto.

 

— Mi hija saliendo con ese viejo mujeriego de pacotilla.

— Papá Eulices no es un mujeriego, además tampoco es un viejo.

— Vamos, necesito hablar contigo, y no quiero verte al lado de ese hombre.

— ¡Papá! —había exclamado ella, antes que su padre la metiera en el estudio.

 

Cuando ella se sentó, su padre la miro con cara, no de muy buenos amigos. Eso si le extraño a Alondra, no sabía con qué le podía venir su padre esa vez.

 

— Quiero que te enteres por mí, y no por otra persona, Alondra. Verás tu hermana se casará con Apolo Cristos, y formará parte de la familia, eso significa que pronto te casarás tú también.

— ¿Qué quieres decir con eso papá? —dijo ella preocupada.

— Que te buscaré un esposo, en la reunión de compromiso de tu hermana que se celebrara mañana.

— Papá pero… —su padre la corto inmediatamente.

— No hay más nada que decir, solo prepárate que pronto serás la esposa de alguien qué varga la pena.

 

Alondra salió de aquel estudio, con los ojos llenos de lágrimas, y en ese momento llegaba su hermana después de su encuentro con Apolo esa tarde. Al mirar a su hermana, ella le dice.

 

— Y ahora que tienes tu hermanita. —Alondra se le queda mirando y después le dice.

— Papá quiere buscarme marido en tu fiesta de compromiso que será mañana.

— Vaya que papá está urgido en desecarte de ti querida hermanita.

— Helena, no digas eso, eres perversa con tus pensamientos.

— Hay no… Hermanita de verdad que no sé donde has estado metida tú.

— Estudiando Helena, algo que no has hecho tú.

 

En ese momento Helena se molestó por aquellas palabras y le atino a Alondra una bofetada que le volteo la cara. Esta se le quedó viendo y le dice.

 

— No sé, porque viniste a Grecia, te fueras quedado donde estaba, aquí solo eres un estorbo. Deberías saberlo.

— Espero que no me vuelvas a dar una bofetada Helena, porque así de inocente que sea yo también tengo mi lado malo.

 

Así mismo, cuando dijo aquellas palabras, Alondra, así mismo, se fue corriendo escaleras arriba a su habitación, dejando a Helena en medio del salón. Ella solo se le quedó mirando a Alondra y luego dio media vuelta y fue a buscar a su padre para contarle lo que había pasado, pero a la manera de ella.

Al rato, Sirus va a la habitación de Alondra, y termina por insultarla, decirle unas cuantas cosas y Alondra quedarse quieta.

 

— No quiero que trastes a tu hermana mal. —le decía su padre con odio. — Espero que te sepas comportar mañana, y la verdad que es mejor que te cases y que un hombre te domine.

— Papá, pero yo no le hice nada a Helena.

— Ya basta.

 

Cuando ella le iba a agarrar la mano, su padre se suelta de ella y la levanta para darle una cachetada bien fuerte que le dejo el cachete rojo del impacto. Aunque no era la primera vez que su padre le pegaba de esa manera. Alondra, al salir su padre de la habitación, ella va y cierra la puerta.

 

“Nunca debí volver a Grecia, pero todo es una mentira de la boda de mi hermana, una que me odia, un padre que no me quiere. Y solo un amigo, Eulices, ahora papá, quiere encontrarme esposo. Y la verdad que no quiero”

 

Esa eras las palabras que Alondra sentía en su corazón, su familia la odiaba, necesitaba volver de donde vino. Así que vería cuando era el momento y tomaría un avión y largarse de allí. Paso toda la cena encerrada en su cuarto sin comer nada.




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