Embriagame con tu amor

Capítulo 1

Amber Wilson se encontraba llorando mientras recordaba cómo meses atrás se burlaba de su tonta media hermana Mariane. La primogénita de su padre y a la que él siempre había preferido. Aunque él no lo demostrara, Amber había crecido con la constante frase de "Mariane tuvo notas sobresalientes, Mariane planea estudiar una carrera relacionada a los negocios, Mariane es una hija maravillosa". Resaltando el hecho de que ella no estudiaría ni hacia algo referente a la empresa. Como pasatiempo era una aclamada modelo. Pero a tiempo completo era estudiante de derecho, a nada de terminar la carrera para ser una exitosa abogada.

Con mucho resentimiento acumulado por los años que vivió siendo comparada con Mariane, planeo que su mejor amigo, David Roux enamorara a su inocente hermana mayor, para así robarle su futura herencia y el futuro puesto como dueña de industrias Wilson. Y claro, después romper su corazón.

Aunque el padre de Amber a lo largo de los años le había puesto trabas a Mariane con respecto a ser la heredera, él no podía hacer nada para evitarlo, el testamento nunca cambiaba, se firmaba el papel original de cuando se fundó la empresa y una copia actual.  Así que las cláusulas eran las mismas el primogénito o primogénita, heredaba todo y este era el único con derecho a otorgar parte de la herencia a otro. 

Ella como futura abogada y siendo una joven curiosa había hurtado el documento dándose cuenta de que, aunque a puertas abiertas Amber era la hermosa y angelical hija del magnate, nunca seria la heredera de nada.

De todas formas, ella nunca quiso nada de ese poder, pero el orgullo la orillaba a desear que Mariane tampoco obtuviese nada.

Recuerda cuando todo ese plan se puso en marcha.

1 año atrás

— David por favor, eres mi mejor amigo.

Amber suplicaba mientras hacia una mueca de tristeza en un vago intento por convencer a su joven amigo.

— Amber no puedo, lo que me estas pidiendo es una idea descabellada.

— Solo tienes que enamorar a mi hermanita, casarte con ella y robarle todo con un contrato prematrimonial.

— Estas hablando de matrimonio, el matrimonio son dos personas que se aman.

David no podía creer como ella solicitaba eso, él nunca había visto ese lado tan cruel de su parte, ella era linda y amable la mayoría del tiempo, además él no estaba dispuesto a salir con su hermana mucho menos casarse con ella, él estaba enamorado de Amber. Claro que, ella no tenía ni idea.

— No seas cursi David, de todas formas, tus padres arreglaran un matrimonio para ti ¿no te gustaría además de ser mi mejor amigo convertirte en mi hermano político?

No porque, no te considero solo mi amiga, mucho menos mi hermana. pensó el rubio sin atreverse a obviar sus sentimientos.

— No lo sé...Es un compromiso para toda la vida y ni siquiera conozco a tu hermana.

— Hola, existen los divorcios y yo, que seré tu futura abogada. Y acerca de que no la conoces puedo acordar una cita con ella.

Amber tenía esa mirada de súplica junto con esa sonrisa infantil que le derretía el corazón a David y conociendo lo determinada que era Amber, nunca ganaría, así que, con la esperanza de generar un poco de celos en su amiga, acepto el trato. Enamoraría a su hermana, quizás Mariane lograra despertar los celos de Amber o tal vez de paso a nuevos sentimientos en el corazón de David.

Con esas ilusas esperanzas, David decidió aceptar el trato, no deseaba enamorar a Mariane, deseaba que Amber peleara por él.

— De acuerdo, lo hare.

Listo había aceptado David se mostraba seguro, pero en el fondo tenía el presentimiento de que, todo saldría mal.

Actualidad

Ahora Amber lucia patética, llorando en su sofá, ingiriendo un montón de calorías con papas fritas, helado y una deliciosa hamburguesa. 

El karma le había explotado en la cara, su plan había fracasado y vaya de qué manera.

Mariane termino enamorándose de su jefe Michael, que sí, era bastante sexi, pero no lo suficiente como para perder la cabeza.

De ahí en más, todo fue cayendo, Mariane había descubierto todo el engaño y David había confesado en ese momento sus sentimientos de amor hacia Amber.

Ella jamas pensó que el la veía de esa manera, él era su mejor amigo, nunca funcionarían y todo se arruinaría en un dos por tres. E incluso si hubiese deseado responder a su confesión, Mariane estaba hirviendo de decepción y enojo con ella. Cuando Mariane se fue del departamento esa tarde Amber solo dijo.

— Necesito estar sola, vete David.

Sus palabras eran secas y su lengua estaba afilada por todo lo que estaba pasando en un mismo momento, realmente necesitaba estar sola para pensar en todo el desastre que había provocado.

Entonces conforme pasaron las semanas y analizo toda su historia, su cerebro hizo corto, él era el único hombre que la había tratado con respeto y cariño, la protegía y motivaba a cumplir sus sueños. Era el que siempre estaba a su lado y lo había perdido por idiota.

Cuando había aceptado sus sentimientos, él ya se había marchado a Washington a una ciudad llamada Walla Walla.

El timbre del departamento la saco de su autocompasión y aun envuelta en frazadas abrió la puerta.

Era Mariane, la cual aún tenía un par de cosas en el departamento que solía ser de ella, en el que actualmente reside Amber. 

Si, ahora se llevaban mejor, ambas habían sido manipuladas por su padre, el cual creo discordia durante años. Pero un día, se detuvieron a hablar y se dieron cuenta que no eran tan diferentes a como pensaban la una de la otra.

— Dios Amber, estas hecha un asco.

Irónico que un año atrás, eso se lo decía ella a Mariane. 

— Gracias hermana, he estado peor.




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