Mariane Wilson POV
Esta mañana había mensajeado a David, porque estaba asustada. Amber había comenzado a salir con este empresario italiano que salió de un día para otro. Investigué en internet y no encontré absolutamente nada de él o su familia. Las empresas que manejaba, incluyendo una marca de vinos, eran populares en Europa, y recién estaban tomando terreno americano. Pero respecto a su director o dueño no daba ningún dato. Y aunque Amber era una mujer hermosa, me causaba desconfianza e interés que tenía el tal Maximiliano Russo respecto a ella.
Así que alerté a David sobre ello, bueno solo le puse, te van a robar a tu chica, regresa ya.
Pero no esperaba que se lo tomara literal, aunque lo era.
Al entrar a mi oficina con David a mis espaldas, cuestione
—¿La viste?
—¿Como no reconocerla?
Dijo el con ojos emocionados, esa era una buena señal, tal vez aun sentía algo por mi hermana.
—¿Porque no te acercaste a ella?
La vida en el campo le había sentado bien, su piel tenía un bronceado cálido, y podía notar los músculos tensarse bajo la tela de su camisa.
— Era evidente que no deseaba verme, lo entiendo, me he comportado como un idiota estos meses.
Aún recuerdo como mi hermana se encerró en sí misma, cayendo en una profunda depresión. En ese aspecto Maximiliano tenía un punto positivo, le había devuelto la alegría a mi hermana. Pero, ella no lo amaba, porque aún extrañaba a David.
—No tengo un argumento para negarlo. Lo hiciste, ella intento comunicarse contigo para arreglar las cosas.
— No deseaba hablar con ella, la última vez que la vi, me humille suplicándole que me diera una oportunidad para demostrarle que funcionaríamos como pareja. Y ella solo me rompió el corazón con su frialdad,
— David, ella está completamente enamorada de ti, no es fácil atreverse a cambiar una amistad por algo más.
—Solo necesitaba que confiara en mí, que tomara mi mano y saltara a lo desconocido. Pero me dejo correr solo al precipicio.
— ¿Eso significa que te has olvidado de ella?
Cuestione al notar el dolor en sus palabras.
— Si lo hubiese hecho no estaría aquí. Nunca voy a dejar de amarla, ahora soy yo, quien desea arreglar las cosas con ella. Pero no la vi muy contenta por mi regreso.
— Dale espacio ¿Te quedaras de forma permanente?
— Quisiera poder hacerlo, pero aún tengo trabajo en el viñedo. Por fortuna mi familia reside allí, así que están supervisando el proceso en mi ausencia. Además tengo un evento para conseguir clientes y conocer otras compañías en el sector del vino.
Amber Wilson POV
No esperaba reencontrarme de esa forma con David, creí que su presencia en mi vida se había borrado de forma permanente, pero ni siquiera el guapo y exitoso italiano con el que salía, lograba que dejara de pensar en él. ¿Porque me tenía tan obsesionada? Maximiliano era el mejor tipo con el que jamas me había cruzado, es mi sueño hecho realidad. Pero, no es David y por más que me esfuerce en amarlo, nunca lograre amar a nadie como lo hice con David. Porque tenia todo lo que yo necesitaba, mi vida hubiese sido solitaria, si el no hubiera sido mi compañero, crecimos juntos, nos apoyamos en los momentos mas difíciles, siempre sabia como hacerme sentir mejor cuando una crisis sucedía en mi vida. Pero toda esa conexión que teníamos se había evaporado, por el miedo que tenia a enamorarme, solo que ignore el hecho de que David ya poseía mi corazón.
Fui unas cuantas horas al trabajo, en realidad mi paseo por industrias Wilson fue demasiado breve y no me tomo demasiado tiempo como pensé. Además de que patéticamente salí huyendo lejos de David.
Para mi tiempo de comida, fui al habitual café, con la esperanza de encontrar a Maximiliano, su presencia me reconfortaba.
—Hola preciosa
—Me alegra verte Max
Sonreí ampliamente. Y el sin dudarlo, dejo un suave beso sobre mis labios. En un principio me tense, debido a que mi mente estaba llena por el nombre de David, pero los besos de Max siempre eran dulces, no podía negarme a ellos. Y aunque tardaron un poco en aparecer, el cosquille surgió en la boca de mi estómago, como esas cursis mariposas.
—Estaba seguro de que vendrías, pedí de antemano tu platillo favorito.
Murmuro tras apartarse de mi boca. No me había dado cuanta en que momento, el casto beso paso a uno intenso, pero sus labios rojos, lo delataban, ya imaginaba como se encontraban los míos.
—Eso es muy lindo de tu parte, gracias amor.
Movió mi silla, y tomo asiento frente a mí. Se veía guapísimo, con una camiseta negra con el logotipo de la cafetería en él, llevaba unos pantalones con cuadros a juego.
—Casi lo olvido, este fin de semana tengo un evento de trabajo, me gustaría que me acompañaras esa noche.
Solicito mirándome con duda.
—Por supuesto que sí, pero eso es en dos días, necesito conseguir un vestido pronto.
—Yo lo pago, cuando quieras ir a ver alguno al centro comercial avísame.
—Gracias amor, pero tengo a mi diseñador personal.
Dije pensando en Jason, ojalá no me matara por el limitado tiempo.
—Aún mejor, todos los demás me tendrán envidia, por tener a la mujer mas hermosa del mundo junto a mí.
—Basta, haces que me ponga roja.
—Solo digo la verdad, sei perfetta.
Dijo con su seductor acento italiano. Instintivamente mordí mi labio inferior, intentando contener, la agitación que recorría mi cuerpo. Notando la intensidad de su mirada sobre mí, bebi un poco de agua. Buscando la salida de la densidad del deseo que se estaba generando entre nosotros.
No dije nada más, comí más rápido de lo habitual. Poniendo como excusa que había llegado tarde al despacho y debía regresar antes de mi descanso.
Me despedí de el con un rápido beso y hui a mi oficina. Necesitaba distancia, mi corazón estaba en un conflicto, Maximiliano me hacia feliz, y lo deseaba demasiado, pero David era el dueño de mi corazón, no podía estar con nadie, hasta que borrara cualquier sentimiento acerca de él. Y eso aun no lo lograba.