Probablemente ahora, Lisa y Dominik pensaban que era una inmadura. Pero da igual, me conocen desde que tengo memoria.
Cuando David, invito a Jacki, como el la llamo, a un paseo. Del que nunca me había comentado a mí, en mis dos semanas de invitada. Me encolericé. Pase toda una semana, caminando a su lado bajo el sol, revisando cada maldito ramo de uvas ¿y no pudo invitarme a hacerlo montando a caballo? Tenia callos en mis hermosos pies, por suerte las botas lo cubrían. Al regresar a Nueva York mi primera visita seria con el pedicurista. Pero dolían como el infierno.
Así que antes de que Jacki cruzara la puerta le grite, invita a Javier.
Con la voz mas dulce y emocionada del mundo. Fue el impulso del momento debo de admitir, no quería jugar con el pobre de Javier, pero David merecía una cucharada de su propia medicina, y no, no era sobre Jackelin, esto era por mis pies.
Después de eso Sali de la cocina, directo a mi habitación porque casi muero de la vergüenza.
Estaba revisando mi bandeja de correos, cuando Michael Turner me devolvió una respuesta. El prometido de mi hermana tenia buenos contactos por lo que le solicite buscar información de esa mujer misteriosa en la vida de Dominik. Me desanimé con la misma, solo decía: ”¿Por qué necesitas esa información? Necesito un nombre para buscar a esa persona, es Dominik Roux probablemente salió con muchas mujeres antes de su esposa.”
Si, no tenia esperanzas, era una aguja en un pajar.
Esperanzada, le solicite a Lisa, despejar la oficina y la casa con la ausencia de Dominik, podía invitarlo a cenar o algo así. Necesitaba revisar cada rincón de la casa, en busca de alguna pista acerca de esa mujer.
Mi habitación estaba prácticamente limpia, pero, debía matar el tiempo. Saque de la lavadora mis vestidos de coctel arruinados por el campo, y mis pantalones de diseñador igual. Lloriqueé internamente por el valor sentimental que le tenia a cada prenda. Las doble guardándolas en el armario. Mi habitación lucia impecable.
Aun era temprano, alrededor de las dos de la tarde, la cabalgata seria a las seis, cuando el sol se estaba metiendo y era menos fuerte, con la vista preciosa del ocaso.
Dominik Roux leía el periódico en la sala, mientras bebía un poco de wisky. Incomodo.
Lisa no estaba a la vista, por lo que supuse no se encontraba en casa. Y David, preparaba a los caballos para esta tarde. Supongo que debería ayudarlo…
Me disponía a marcharme fuera de la hacienda cuando la voz rasposa de Dominik me detuvo.
—Pequeña Amber ¿Por qué ayudas a mi esposa a separarse de mi?
—Con todo el respeto que le tengo señor Roux ¿cree que tener un hijo fuera del matrimonio no es motivo de divorcio?
—Escucha pequeña, amo a mi esposa, desde el día en que me enamore de ella, jamas eh estado con otra mujer.
—Si, y es por eso por lo que tiene otro hijo. Comente con ironía. Me sentía mal al hablarle de esa manera a el señor Roux, mas cuando el aun me llamaba con el apodo de mi infancia “pequeña Amber”.
—No tenía idea de la existencia de ese hijo, ni siquiera lo conozco y no tengo ni idea de quien es su madre. Estoy igual de sorprendido que mi esposa, por favor, hazla entrar en razón que esa verdad no destruya veinte años de matrimonio.
El tono de suplica en su voz y esa mirada vidriosa, me flaqueaba. Tal vez, Dominik Roux estaba siendo honesto, y él también era una victima de este destino desafortunado.
Un padre que no sabia de su hijo y un hijo que creció sin su padre.
Tal vez ya no era necesario despejar la casa por la noche. Así que le cuestione.
—¿Podrías darme los nombres de las mujeres con las que saliste?
Ya había buscado con los nombres que me dio Lisa, pero esos eran nombres informales, necesitaba los nombres completos, algo más especifico que los diminutivos.
—Claro, todo con tal de salvar mi matrimonio. Aunque no creas que es una lista extensa, solo son cuatro mujeres. Era un chico de casa y demasiado estudioso. Las citas no eran mi fuerte, pero por supuesto que era muy atractivo, cualquier chica quería salir conmigo. Algo que heredo David, pero igual que su padre, chico ñoño de casa.
—Si, lo es. Pero no esta mañana, el parecía muy interesado en Jacki.
Dominik Roux, después de semanas de seriedad por fin sonreía.
—No te preocupes, ese niño te entrego su corazón desde el día en que te conoció y eso no a cambiado.
Después de esa declaración Dominik tomo su wisky y se escondió en su guarida.
Creia en las palabras de ese hombre, David aun me queria y el tal vez, nunca engaño a su amada esposa.
Pero como mis instintos de abogada me exigian, debia verificar ambas afirmaciones.
Nota: Hola lector espero te guste mi historia, de ser así, me ayudarías mucho regalándome tu comentario y estrellas. No olvides seguir mi perfil para estar al pendiente de mis actualizaciones! Muchas gracias por leerme.