Embriagame con tu amor

Capítulo 20

 

Esa tarde cuando Andrew Miller llego con rostro alterado a la hacienda, se imaginó que Maximiliano habría lastimado nuevamente a su familia. Porque esa mirada llena de aturdimiento que le compartía Andrew debía tener un origen.

David estaba en los sembradíos, Dominik se encontraba en su oficina como todos los días y Lisa Eastwood cocinaba algo para merendar esa tarde mientras veían juntas la película de legalmente rubia.

Si era cómico como Amber Wilson era la versión real, rubia, hija de una familia con dinero y subestimada constantemente por su belleza. Si, ese estándar de que las rubias eran tontas estaba sobrevalorado. Las rubias eran mujeres de artillería pesada.

Aun no compartía con nadie que debía marcharse esa misma noche por seguridad. Pero arriba en su habitación, las maletas estaban empacadas y en ella cada recuerdo que había hecho en ese corto periodo de tiempo en Walla Walla.

Era consciente de que no debía irse, debía apoyar a Lisa y Dominik en esa crisis familiar que estaban teniendo, debía ser honesta con David sobre sus verdaderos motivos para estar en la hacienda, aun si eso la volvía a alejar, ya no deseaba más mentiras, no con él, eso incluía el hecho de que David ni siquiera estaba enterado del chantaje y la manipulación que Maximiliano ejerció sobré ella. Aunque estaba segura de que ese viejo sentimiento de traición había quedado atrás después de su noche juntos.

Porque la forma en la que la miro con adoración y anhelo, mientras la sostenía sobre su pecho y envolvía su diminuto cuerpo con sus brazos firmes, le hacia revolotear el estomago y sentir que estaba en casa, que nunca ningún otro cuerpo se amoldaría tan perfectamente al suyo como el de David. Quizás ninguna palabra fue dicha esa noche, pero cada palabra que sus corazones deseaban expresar, habían sido demostradas con cada beso y afecto íntimo.

—Hola Andrew bienvenido, pasa. ¿Sucedió algo malo? Estas pálido.

Dijo abriendo completamente la puerta de la entrada a la hacienda, su jefe tenía una mirada de pavor, algo poco habitual en él. Que solía estar seguro de cada paso que daba.

—Si.. todo está bien, no quería alarmarte, pero debía prevenir en caso de que el se adelantara en intentar hacerte daño.

Andrew tomo asiento a mi lado, mirando con nerviosismo a su alrededor. Esa actitud nueva, le estaba provocando aguijones de angustia a Amber, en lugar de tranquilizarla con sus palabras protectoras.

Antes de que esta cuestionara cada palabra dicha por él, una sonriente Lisa salió de la cocina con rollos de pizza para la función.

—Están listos querida, puedes poner la película.

Le comento cruzando por la puerta, pero se detuvo en seco cuando se percato de mi inesperado invitado.

—¿Quién es el?

Pregunto con cautela, analizándolo de pies a cabeza y deteniéndose por demasiado tiempo en las facciones del rostro de mi jefe.

Podría haber jurado pasar el miedo por los ojos azules de Andrew, ese hombre frio y controlador nunca sentía miedo. Pero justo ahora eso era lo que me transmitían.

El carraspeo sonoramente casi como si estuviera ahogándose. Lisa aun con incertidumbre, dejo la bandeja en la mesilla frente a nosotros y corrió de vuelta a la cocina por un vaso de agua.

Andrew lo acepto, tras beberlo todo de un trago le agradeció con voz temblorosa.

—Gracias Señora Roux.

Lisa sonrió gentil, se giro dispuesta a irse, pero regreso su mirada a nosotros llena de terror.

—Acaso tu eres el… ¿El otro hijo de mi esposo?

Lisa había recordado la voz de un adolescente, que le llamo con nerviosismo confesando ser el otro hijo de su esposo, hace varios años, pero que por supuesto tomo a broma. Excepto cuando tiempo después, en la actualidad para ser precisos, volvió a llamar con la misma afirmación y la clara intención de comunicarse en días próximos con su padre.

Fuera de todo profesionalismo, Amber rio a carcajada limpia mientras negaba efusivamente con su cabeza. Porque eso era ridículo.  Incluso ligeras lagrimas salían de sus ojos, es que era imposible.

Pero todo empeoro cuando escucho la voz grave de David entrando a la estancia.

— ¿Cómo que mi padre tiene otro hijo?

¿Por qué todo lo malo venia en grupo? Amber no podía lidiar con tantas cosas a la vez. Sentía como su corazón se aceleraba, al punto de que creyó tenia un infarto o deseaba sufrir uno para no enfrentarse a la realidad.

Miro en busca de ayuda a su jefe, pero este continuaba pálido y aun mas atemorizado que cuando entro en la casa. Entonces lo supo, Lisa Eastwood tenía razón, él era el hijo de Dominik Roux, incluso se parecía mas a el, que David, compartía sus facciones y los mismos ojos azules.

Y recordó en ese momento, la historia del pasado doloroso de Andrew Miller. Como este era hijo de una mujer soltera la cual había pasado a mejor vida un par de años atrás. Declarando que era un hombre solitario que no tenia mas familia, solo a Michael Turner, su hermano de vida.

Pero ahí estaba, con el rostro entumecido lleno de pavor como un niño pequeño que acaba de romper la ventana de la vecina jugando futbol en la calle. Seguro de que tendría grandes problemas.

Amber deseaba reír nuevamente, pero seguro parecería una demente. ¿Cómo iba a enfrentar a David justo ahora? ¿Lisa mencionaría el divorcio? ¿Ella debía confesar a David que estaba enterada de la existencia de Andrew y que además sus padres estaban por separarse? Tal vez llorar o fingir un desmayo era lo mejor.

Pero ese momento no le pertenecía a ella, ni a Lisa que continuaba viendo con temor a Andrew, mucho menos a David que lo veía con furia y sorpresa. Ese momento le pertenecían a Dominik y a el hijo que nunca tuvo oportunidad de conocer.




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