Embriagame con tu amor

Capítulo 25

Punto de vista de Amber Wilson

Me aferre a David con toda mi fuerza, él se alejó un poco para observar si me encontraba lastimada. Su mirada emitía furia y preocupación. Mi rostro continuaba húmedo por las lágrimas de alivio al ser rescatada por estos dos tercos y determinados hombres, si, los chicos Roux, no se tomaban a la ligera, aparentaban una tranquilidad y raciocinio inquebrantable, pero si te metías con ellos eran letales. Lo habían demostrado al darle una merecida paliza a Maximiliano. Al intentar salir el dolor de mi tobillo era insoportable, por lo que mis quejidos fueron notados por los rubios. Me miran con preocupación, diciendo a la vez.

—Debemos llevarte al hospital. 

Ambos se observaron momentáneamente por su nueva sincronización, sentí un deja vu interno porque esa conexión la tenía con Mariane, era cosa de hermanos, lo aceptarían con el tiempo...

—Lo llevaremos de inmediato a la comisaria, necesitamos un testigo que declare los acontecimientos.

 

Punto de vista de David Roux

Andrew se quedó junto a Amber en el hospital, mientras a mí me mantenían en la comisaría local declarando como testigo de su secuestro. Estaba ansioso por volver a estar a su lado, recompensándola por los días que sufrió en los que no pude acompañarla. Una vida no sería suficiente para disculparme con ella, pero a partir de ahora haría únicamente todo lo posible por hacerla feliz. El oficial Figueroa hizo las preguntas de rutina, mi nombre, edad, etc.

—¿Conoce a la víctima y al agresor?

—Si. Respondí con frialdad, al pensar en el desquiciado que intento arruinar la vida de Amber.

—¿Sabía usted las situaciones de ataques previos que sufrió la victima?

—No. Me lamente mentalmente al permitir que mi orgullo me alejara de la mujer que amaba en el momento que ella más necesitaba de mí.

Respondí todas sus preguntas, solo para que al desgraciado de Maximiliano no le quedara ni la mínima posibilidad de reducir su sentencia o librarse de la justicia. Ese tipo se pudriría entre las rejas.

—Gracias por su cooperación Sr. Roux le daremos noticias al tener el veredicto del juez.

Dijo el oficial tendiéndome la mano en señal de despedida.

—De acuerdo, estaré al pendiente.

Sali con prisa del lugar, porque mi mejor amiga me necesitaba y estaría ahí con ella hasta que estuviera lista para volver a abrir su corazón.

Conduje deprisa, ella ahora estaba a salvo, después de todo lo malo que vivió, pero necesitaba abrazarla y verla para tener la certeza de que estaría bien.

Al entrar al hospital, Andrew estaba en la recepción arreglando los papeles y una chica morena se aferraba a su brazo con firmeza, como temiendo que se escapara de su lado. Me resultaba conocida, pero no me sonaba mucho su cara.

—¿Cómo se encuentra Amber?

Pregunte al llegar a su lado.

—Está bien, solo una lesión en el tobillo, pero nada grave.

Asentí satisfecho por la información. La castaña tosió disimuladamente asiéndose notar.

—David te presento a mi novia Rebeca, Rebeca te presento a mi medio hermano David Roux.

Los ojos de la morena se ampliaron con impresión, mirando en ambas direcciones, encontrando la similitud física de Andrew conmigo. Saliendo de su conmoción, me miro entusiasmada y me rodeo con sus brazos. Respetuosamente solo palmee su espalda.

—Me alegra que Andrew continue teniendo una familia. Se bueno con él, al inicio es un tipo duro, pero una vez que lo conoces es alguien que vale la pena tener cerca.

Susurro por lo bajo, para que mi…hermano no escuchara sus palabras. Se alejo de mi con sus ojos brillosos pidiéndome silenciosamente que le diera oportunidad a el chico con el que salve a la mujer que amaba, aun si no fuese un Roux, tendría mi agradecimiento de por vida, por apoyar a Amber cuando necesitaba ayuda.

—Un gusto Rebeca, si me disculpan tengo una persona que me espera.

Dije alejándome en dirección a la habitación de Amber. Con el estómago contraído por lo que me esperaba al cruzar esa puerta.

Punto de vista de Amber Wilson

En el hospital Andrew había salido de la habitación, para arreglar los documentos de ingreso. Aunque no era su obligación, se ofreció a pagar los gastos médicos, alegando que era mi jefe y debía hacer esto por mí. Claro que no iba a discutir con el señor nadie tiene la razón además de mí.

 Excepto Rebeca, que había llegado al hospital al mismo tiempo que mis padres, estaban probando el banquete para la boda de Mariane cuando les avisaron de mi secuestro, recién por la mañana llegaron a la ciudad. Para ese momento habían notificado mi rescate y el hecho de que Andrew junto a David, fueron los héroes de la historia.

Por supuesto que Rebeca al enterarse del altercado de Andrew contra una persona desquiciada, corrió directo a Walla Walla, para saber si su novio se encontraba vivo y sano. Aunque el respondió al teléfono que se encontraba bien, ella se rompió en llanto apenas lo tuvo frente a ella.




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