La terapia estaba funcionando, todas las secuelas de lo que viví meses atrás estaban sanando. Me encantaba mi trabajo, tenia un jefe algo bipolar, pero era un gran amigo, al igual que compartir oficina con America mi mejor amiga era mil veces mejor que Marcos o Adrián quienes habían dejado de insistir en salir. Creo que Andrew tuvo algo que ver con eso, era obvio que después de mi última relación empezar a salir con alguien no era algo que me apeteciera.
Hablando de relaciones…este fin de semana se celebraría la boda de mi hermana Mariane y Michael su prometido, aunque ya contaba con cuatro meses de embarazo, su vientre aun no era notorio.
Mas que preocuparme por el vestido que iba usar o quien se encargaría de ponerme guapa ese día, me generaba ansiedad el reencontrarme con David. Claro si decidía asistir a la boda. Por extraño que parece, creo una gran amistad con Michael aun cuando un año atrás había competido por conquistar a mi hermana. Ahora creía tanto en el karma, por caprichos de mi padre deseaba que mi hermana se casara con mi mejor amigo, aun cuando el no sentía amor por ella, solo era mi egoísta deseo de arruinar su futuro como dueña de industrias Wilson. Gracioso que tiempo después termine en una relación con un hombre que solo deseaba lastimarme y arruinar mi vida. Ese fue mi karma, el cual cambio mi vida. El proceso después de esos acontecimientos tormentosos continuaba, pero estaba en un punto estable, satisfecha con mi vida reencontrándome conmigo misma.
—Me voy puntual hoy amiga, que es la boda de mi hermana y debo ponerme guapa.
—Suerte Amber, diviértete mucho.
Dijo la morena despidiéndome con un abrazo, había estado dando vueltas todo el día con el pensamiento acerca de cómo sería mi reencuentro con David. ¿El estaría ansioso de verme? Hablábamos de vez en cuando, por las noches compartiendo un poco de nuestro día, se sentía casi como si nunca nos hubiésemos alejado. Nuestra amistad estaba de regreso, aunque esa nunca termino. Pero verlo, tenerlo frente a mi compartiendo el mismo espacio, era algo mayor a hablar por teléfono.
Jason el diseñador estrella de industrias Wilson había tomado tiempo en su apretada agenda y se encargó personalmente del vestido de novia de Mariane e insistió en también diseñar los de las damas de honor, en un color verde oliva. Eran hermosos, todos los vestidos eran del mismo estilo, con un escote profundo y una falda que caía en cascada.
En mi departamento me arregle, tenia demasiada experiencia en las pasarelas por lo que el maquillaje y peinado era una de mis tantas habilidades. La boda sería un evento íntimo, nada ostentoso como acostumbraba nuestro padre. Andrew y Rebeca, su novia, pasarían por mí. Vivian cerca y Andrew era consciente de que desde lo sucedido no me iba en autobús o en automóviles de desconocidos. Habíamos desarrollado una rutina habitual, en la que me iba con el por las mañanas y por las tardes regresaba con Rebeca, ya que el acostumbraba a quedarse más tiempo trabajando, y Rebeca odiaba conducir sola por las noches, ella también tenia una especie de acosadora, eso me comento en uno de los viajes que tuvimos juntas. Meses atrás jamás me hubiera relacionado con las amigas de Mariane, porque nuestra relación no era la mejor. Pero ahora que estaba mas unida que nunca a mi hermana mayor, podía convivir de forma cómoda con su círculo de amigos.
El timbre de mi departamento sonó indicando que ellos habían llegado, en ocasiones me sentía el mal tercio, esta era una de esas ocasiones.
Andrew tenia una camioneta azul eléctrico que desencajaba un poco con los coches lujosos de Manhattan, pero siendo el un chico de Texas era el automóvil adecuado para él. Rebeca se veía hermosa con el vestido idéntico al mío, su piel bronceada se veía luminosa y sedosa. Su cabello recogido con un moño medio y una corona de flores blancas diminutas, le daban un aspecto clásico a su rostro.
Sonreí en forma de saludo. Andrew me dedico un asentimiento a través del espejo retrovisor. Rebeca lo tomaba su mano libre con la suya. La aguja de los celos se clavo en mi pecho, en un mundo perfecto esa sería yo junto a David.
—Me muero por ver a Mariane con su vestido, Jason y ella lo mantuvieron oculto, porque debían sorprender a todos.
—Lo sé, le insistí por mensajes a Jason pero me ignoro, excepto cuando ocupaba una modelo de emergencia.
El resto del camino fue en silencio, la música de Taylor Swift sonaba de fondo específicamente Back to December, y de verdad hacia un gran esfuerzo por no llorar. Al parecer Rebeca era una gran fan, porque todos los días escuchaba una canción de ella en su playlist. Pero Back to December me recordaba a David. Lo perfecto y breve que fue nuestro amor, y al final como todo se destruyo por mi culpa.
Punto de vista David Roux
Tenia una semana completa en Nueva York, estaba manteniéndome al corriente con la dirección de Michael en industrias Roux. Este fin de semana era su boda con la hermana de Amber, Mariane Wilson, dueña de industrias Wilson. Michael me actualizaba la información debido a que se iría de luna de miel por dos semanas.
Un escalofrió me atravesó al imaginar que ese sería yo, casándome con Mariane Wilson, solo para olvidarme del amor que un día considere imposible. Pero el destino juega bajo sus propias reglas, cuando no es, no es y cuando si, ni aunque te quites.
Siempre lo supe, Amber era la chica indicada para mí, mi mejor amiga y cómplice de travesuras. Habían pasado algunos meses desde nuestra despedida, ella se encontraba mejor, al menos así parecía cuando la llamaba por las noches. El corazón me daba un vuelco cada que escuchaba su voz, la extrañaba demasiado. Me había prometido que, al volver a verla de nuevo, no iba a renunciar a ella. Ese día había llegado, era hora de cumplirla. Porque no existía otro ser humano sobre este mundo que se comparara con ella. Tan perfecta para mí.